El ocaso de los concursos de belleza

Con el feminismo ganando terreno, buena parte de esos eventos asociados a las fiestas tradicionales se han cancelado progresivamente en diferentes localidades del país. ¿Las elecciones de reinas pueden realizarse, deben eliminarse o precisan modificaciones más profundas?

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-Penas más duras para los que violen la libertad condicional…y paz mundial – dice el personaje de la actriz Sandra Bullock en la película “Miss Simpatía”.


Los concursos de belleza se realizan alrededor del mundo. En Argentina, buena parte de esos eventos están asociados a las fiestas tradicionales -en general vinculadas a la cosecha- que se celebran en todo el país donde se eligen a “reinas”. Pero en los últimos años -con el feminismo ganando terreno social y político-, se ha cancelado progresivamente la realización de este tipo de concursos en más de 40 localidades del país. Este año en Guaymallén, Mendoza, el gobierno municipal propuso eliminar la elección de la reina de la Vendimia, aunque buena parte de las y los habitantes se opusieron a este proyecto porque, argumentan, forma parte de la tradición.

“La tradición es lo que estructura y sostiene a estas fiestas, pero la crítica no es a las fiestas, es a los concursos de belleza donde hay una ‘reina de…’, donde el sistema de clasificación es criticable porque reproduce estereotipos de género y discrimina -dijo a este medio Aldana Boragnio, doctora en Sociología y becaria del Conicet-. Y es el Estado el que sostiene estas prácticas y estas fiestas”.

Los concursos son organizados (a grandes rasgos) a nivel municipal, provincial y nacional. Los gobiernos ponen las bases para participar y, en general, funcionarios públicos participan del jurado que elige a la soberana.

“En la lista de los requisitos hay algunos que están vinculados a cuestiones físicas y estéticas, pero hay otros que se refieren a cuestiones personales. Por ejemplo, que las participantes no pueden ser madres, ¿por qué? -inquirió Boragnio, quien en 2014 desarrolló con las abogadas Marisol Burgués y Martina Salituri un trabajo sobre concursos de belleza ligados a niñas y adolescentes-. Muchos dicen que ‘no es solo un concurso de belleza’. Bueno, si no lo es, no se entiende cómo funcionan esos parámetros”.

Con el tiempo, algunos requisitos -medir más de 1,60, no estar casada ni tener hijos- se han eliminado de los formularios de inscripción. En octubre de 2014, el gobierno mendocino sancionó una ley para modificar el reglamento para la elección de las Reinas Nacionales de la Vendimia.

La nueva normativa empezó a regir a partir de 2016 y eliminó el límite máximo de edad (que era hasta los 25), el mínimo de estatura y habilitó a que cualquier persona que tenga un DNI con identidad femenina pueda presentarse a una elección de reina distrital. Asimismo, se menciona que la soberana será embajadora provincial y que deberá “efectuar acciones solidarias tendientes a integrar a la sociedad pudiendo elegir un área con la que más se identifique”.

Sin embargo, la elección de una soberana no es solo para adultas. En 2020, Las Heras, otro municipio mendocino, organizó el concurso de la Reina de la Vendimia Infantil, evento que se realiza desde 2010 y del que podían participar niñas de entre 8 y 10 años.

“Todo lo que nos parece que es un error porque son requisitos arbitrarios y se centran en cuestiones físicas y la reproducción de estereotipos se vuelve peor cuando lo vemos en (concursos para) niñas”, opinó Boragnio.

En Estados Unidos, los concursos de belleza infantiles son un evento mucho más común. Incluso se popularizaron en Latinoamérica a través del reality show “Toddlers and Tiaras” y, luego, con “Here comes Honey Boo Boo”, la serie sobre Alana Thompson, una de las participantes del reality.

“La belleza no es violencia”

La primera ciudad argentina que eliminó la elección de una reina fue Chivilcoy en 2014 a través de una ordenanza municipal. Ahora, el concejal radical de Guaymallén, Ignacio Conte, presentó un proyecto de ordenanza para que el Concejo Deliberante discuta la eliminación de la elección de la Reina de la Vendimia Departamental y la iniciativa cuenta con el respaldo del intendente Marcelino Iglesias.

«Como sociedad nos encontramos en un punto en que la tradición se transformó en una cuestión anacrónica», dijo a MDZ Radio Nicolás González, secretario de Gobierno de Guaymallén. El funcionario destacó que el concurso “no solo tiene que ver con la cosificación de la mujer”, sino que las habitantes de la localidad han perdido el interés en la elección. “Entre los datos concretos tenemos el registro del año pasado solo se inscribieron 60 mujeres del departamento que tiene 340 mil habitantes», detalló.

Pero la resolución municipal también tiene sus detractores. Soledad Reina, presidenta de la Comisión Reinas Nacionales de la Vendimia (Co.Re.Na.Ve.), emitió un comunicado para pedir que el concurso no se suspenda porque considera que el evento no es “un mero concurso de belleza” y que “tal resolución no tiene en cuenta el sentir popular, expresando que la gente prefiere espectáculos musicales o culturales”.

“No se trata de preferencias. Se trata de una unidad y de un todo, que se reúnen en nuestra Fiesta Máxima de los Mendocinos. Nosotras como partícipes de la misma, lo instamos a que efectúe una consulta popular para que el pueblo de Guaymallén decida”, escribió la presidenta de Co.Re.Na.Ve.

También intervino en defensa del certamen Alina Akselrad, elegida Miss Universo Argentina en 2020, quien sostuvo que “hoy no solamente gana una cara bonita, sino una mujer con contenido y con ganas de representar toda la actividad vitivinícola de su región” y que las reinas, en su rol de embajadoras provinciales, promueven el turismo.

“Las reinas no somos culpables de la falta de respeto, tampoco de la discriminación y la belleza no es violencia”, dijo Akselrad en un video que subió a su cuenta de Instagram en apoyo al concurso.

Por su parte, el concejal Conte opinó en Radio Andina que “la elección de una reina es algo de los años ‘30”. “Hay un cambio de época. La reina de la Vendimia es parte de una Mendoza medieval. Elegir a una representante del mundo vitivinícola simplemente por el hecho de su belleza me parece que no va más», afirmó.

“She is beautiful, she is grace”

Todavía no está saldado el debate sobre si las elecciones de reinas pueden realizarse, si deben eliminarse o si necesitan de modificaciones todavía más profundas de las que ya se hicieron en algunos certámenes para poder adaptarse a los tiempos que corren. Para Boragnio, estos eventos son “una práctica simbólica que reproduce la violencia contra las mujeres y reproduce estereotipos” y donde las participantes “son clasificadas y calificadas a partir de rasgos físicos”.

Aunque las bases de los concursos hayan cambiado y se amplíe formalmente el universo de personas que pueden participar (por ejemplo, sin límite máximo de edad o estatura), en ningún momento -al menos en el reglamento de la municipalidad de Godoy Cruz- se especifica por qué se le otorgan puntos a las participantes ni qué se juzga. ¿Sus conocimientos sobre la localidad o provincia? ¿Una habilidad? ¿Su belleza? Y si se tienen en cuenta todos estos aspectos, ¿cuál vale más?

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Ludmila Ferrer

Periodista y Licenciada en Comunicación Social (UBA). Escribe también en Página/12 y sigue más podcasts de los que puede escuchar.