El feminismo sindical insiste en una ley de cuidados integrales

De cara a una nueva jornada de lucha por el 8M, referentas del sindicalismo de todas las centrales obreras y la economía popular se encontraron para discutir uno de los temas acuciantes de los feminismos: la distribución de las tareas domésticas.

Se acerca el 8M y el movimiento de mujeres y diversidades ya empezó a calentar los motores para una nueva jornada de lucha (con barbijos y distanciamiento social). Esta semana, referentas del sindicalismo de todas las centrales obreras y la economía popular (CGT, Corriente Federal de Trabajadores, CTA-T, CTA-A, UTEP, CCC) se encontraron para discutir uno de los temas acuciantes de los feminismos: la distribución de las tareas domésticas.

“Se pretende hacer una ley de cuidados integrales. A todas nos llamó la atención eso del trabajo y los cuidados y nos autoconvocamos para pensar qué significa el cuidado como una tarea, desmenuzarlo y llamarlo con propiedad: es trabajo”, aseguró Jackie Flores, referenta de la Unión de Trabajadores de la Economía Popular (UTEP) y del Movimiento de Trabajadores Excluidos (MTE), en diálogo con El Grito del Sur.

“Nosotras entendemos que las tareas de cuidado recaen especialmente sobre nosotras y esto inevitablemente impacta de manera negativa en nuestra participación en el mundo del trabajo”, señaló Laura da Silva, integrante del Sindicato de Prensa de Buenos Aires (Sipreba).

Según datos del Instituto Nacional de Estadísticas y Censos (Indec), las mujeres utilizan en promedio más de 6 horas diarias para cuidar a sus familias -hijes, adultes mayores, tareas del hogar-, mientras que los varones utilizan 3,4 horas. Esto tiene como resultado una “doble jornada”: además de la jornada laboral de trabajo asalariado, la mayoría de las mujeres se encargan de realizar tareas domésticas no remuneradas.

La distribución asimétrica de las tareas domésticas se mantuvo incluso durante 2020, cuando la pandemia -de acuerdo con los datos de la Encuesta Permanente de Hogares del segundo trimestre del año pasado y un informe de Economía Feminita- causó que los varones trabajaran en promedio menos horas por semana (de 40 pasaron a 36). Aún así, el 73 por ciento de las personas que realizaron las tareas del hogar fueron mujeres.

Da Silva explicó a este medio que la desigualdad en la distribución de tareas tiene como consecuencia que “somos menos las mujeres que podemos acceder a determinados puestos de trabajo o acceder a formación específica y capacitación”. “Justamente porque nos tenemos que ocupar de tareas de cuidado del hogar, de niñes o de adultos mayores, ni hablar de los cuidados socio-comunitarios donde la voz de las trabajadoras de la economía popular es central en ese debate”, afirmó.

El trabajo socio-comunitario, apuntó Flores, es la forma en la que se definen las trabajadoras que están al frente de las ollas populares y que se relaciona con “la diversidad que hay en el universo del trabajo”. “La particularidad que tenemos (las trabajadoras de la economía popular) es que, a diferencia de quienes tienen un trabajo formal y que al cumplir su jornada laboral van a su casa y hacen tareas domésticas, nosotras hacemos cinco trabajos. No ‘salimos de trabajar’”, subrayó.

La referenta de la UTEP afirmó que la realidad de las trabajadoras de la economía popular implica ir a trabajar a las cooperativas durante la mañana y, al salir, “empieza la solidaridad que tiene que ver con el cuidado del otro y que no tiene reconocimiento”. “Se va al merendero, a la olla, nos encargamos de los pibes, se los ayuda en las tareas. El año pasado las compañeras hicieron lo imposible para que nuestros niños y niñas estén conectados -resaltó-. Después viene la otra tarea: cuidar a nuestros familiares enfermos. Es interminable nuestro día. Por eso necesitamos a nuestras compañeras sindicalistas. Hay un montón de proyectos (de ley de cuidados integrales), pero necesitamos que nos reconozcan porque la desigualdad es enorme”.

Durante el encuentro, que se celebró en la casa de jubilados y pensionados de la Asociación del Personal Superior APSEE (Jerárquicos de Energía), se reconoció que existen cuatro universos distintos: las trabajadoras registradas, trabajadoras que realizan las tareas de cuidado en su propio hogar, trabajadoras de casas particulares y trabajadoras del ámbito comunitario. A pesar de las diferencias, el lema de la reunión fue “Trabajadoras somos todas” y se reforzó el compromiso -iniciado cuando se luchó contra la reforma previsional que intentó llevar adelante el gobierno de Cambiemos- de la lucha en conjunto por una mejora en los derechos.

Jackie Flores (MTE-UTEP)

“Cualquier discusión que piense resolver el nudo de las desigualdades que se generan al ocuparse de los cuidados, en cualquiera de los 4 universos que definimos en el cuadernillo de Mujeres Sindicalistas y reafirmamos en esta unidad, no podrá hacerse sin la voz y el protagonismo de las trabajadoras organizadas, quienes también seremos parte de la fuerza y la lucha que necesitarán aquellas iniciativas reguladoras, para convertirse en una realidad efectiva”, dijo Mara Rivera, subsecretaria de Género e Igualdad de Oportunidades de la secretaría de Relaciones Gremiales de APSEE.

“Nosotras pudimos trabajar en conjunto a partir de los cuatro años del macrismo y es muy importante que nos pudiéramos juntar de nuevo para poder vernos como una sola clase trabajadora, que esa es la consigna que levantamos: trabajadoras somos todas”, reiteró Flores.

En el Congreso se han presentado más de 50 proyectos relacionados a la creación de un sistema integral de cuidados. En el encuentro de mujeres sindicalistas estuvieron presentes las diputadas nacionales del Frente de Todes María Rosa Martínez y Vanesa Siley, quienes recogieron las preocupaciones y perspectivas de las representantes gremiales que asistieron al encuentro: Mónica Consoni (Sanidad), Mariana Nuñez (SACRA), Viviana Benítez (Federación Gráfica Bonaerense), Alejandra Vilte (Bancaria), Natalia Fontana (Aeronavegantes), Nené Aguirre y Maia López (CCC), Tania D’Andrea (Sitraju), Gabriela Figueroa (Apuba), Clarisa Gambera (ATE), Mara Rivera (APSEE), Ana Rosemberg (Satsaid), Yamile Socolovsky (Conadu) y Claudia Lazaro (Curtidores).

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Ludmila Ferrer

Periodista y Licenciada en Comunicación Social (UBA). Escribe también en Página/12 y sigue más podcasts de los que puede escuchar.