Como si la película pudiera ponerse aún más macabra, en pleno pico de contagios el Gobierno porteño decidió adoptar un test con menor sensibilidad para casos asintomáticos en los PostDetectar.
El PostDetectar es uno de los programas creados por Horacio Rodríguez Larreta para contener la expansión de la pandemia en la Ciudad de Buenos Aires. En un comienzo el programa estaba formado por cuadrillas territoriales de enfermeres que iban puerta a puerta dando seguimiento médico a contactos estrechos. Con el correr de los meses se sumaron los centros de testeo montados en clubes, escuelas y centros culturales, donde los contactos estrechos asintomáticos tenían la posibilidad de realizarse de manera gratuita y sin turno un test rápido de saliva, es decir el análisis a través del método PCR de una muestra de saliva tomada por el propio paciente, cuyo resultado se obtenía en 24 horas.
Sin embargo, por orden del Gobierno de la Ciudad varios dispositivos comenzaron a implementar el test de antígenos, una prueba que solo detecta el virus durante los primeros siete días en los que la persona tiene síntomas. Este nuevo sistema, donde la prueba se toma con un hisopado, no está recomendado para pacientes asintomáticos. “Las pruebas de detección de antígenos del SARS-CoV-2, los cuales pueden ser detectados en los primeros cinco días del comienzo de los síntomas, tienen menor sensibilidad que las pruebas de detección del genoma viral”, explica el “Consenso sobre el uso de pruebas diagnósticas para SARS-CoV-2” del Ministerio de Salud de la Nación. “Dependiendo de la prueba utilizada la detección de antígenos presenta una especificidad aceptable; sin embargo, su sensibilidad no permite descartar el caso y, por lo tanto, se requiere de pruebas complementarias para un adecuado uso en salud pública” , agrega el tratado.
Esto mismo había sido alertado por la OMS en septiembre del 2020, cuando publicó el documento “Detección de antígenos para el diagnóstico de la infección por el SARS-CoV-2 mediante inmunoanálisis rápidos” donde especifica que para entonces las pruebas de antígenos tenían una sensibilidad igual o superior al 80%, y una especificidad del 97%, frente al más del 90% del PCR, por lo cual debían utilizarse en situaciones específicas o cuando no se disponga de otras pruebas. Dicho procedimiento tampoco es alentado por la Organización Mundial de la Salud “para el cribado en los puntos de entrada de aeropuertos o fronteras”. Si bien algunos de estos test de antígenos han sido mejorados durante este tiempo, su eficacia continúa siendo menor al del PCR.
“Al principio fue un shock porque sabíamos que con la cantidad de positivos que hay es una locura que se aplique este test”, aseguró a El Grito del Sur uno de los médicos del programa. “El test de antígenos está hecho para pacientes sintomáticos, no para la población del PostDetectar porque la carga viral es tan baja que no la detecta. Las personas se van tranquilas, pero es mucho más probable que sea un falso negativo. No hay pruebas que certifiquen que el test funciona en asintomáticos”, continúa. “Todo esto se debería decir a las personas en la puerta, pero la realidad es que esa no fue la bajada de línea. Cuando supe que se iba a modificar el sistema pregunté qué hacer si la persona aún teniendo síntomas me daba negativo y me dijeron que quedaba a mi criterio. Después mandaron un protocolo diciendo que sí, que hay que hacer PCR, pero los tiempos no son los mismos. El test de antígenos te da el resultado en media hora y la persona se va, entonces no sabés si sacarle saliva de antemano o no”, explica el profesional que enfatiza en que las capacitaciones para realizar la prueba se dieron por Zoom a un grupo reducido que quedó encargado de transmitirle el procedimiento a les demás. “Nosotres tenemos que buscar nuestras propias herramientas porque no nos dan contención. Si no estalla todo es por la buena voluntad de les trabajadores”.
Si bien el cambio aún no ha terminado de realizarse, las fuentes consultadas afirman que en las unidades donde ya se adoptó este test la baja de positivos asintomáticos fue casi total. A esto agregan que si bien existe un equipo de bioquímicos, éste no se presenta a diario en las sedes para analizar las muestras. “Con la prueba PCR también pueden haber falsos negativos, pero la posibilidad es mucho más baja. En algunas UFU se están haciendo los dos test en paralelo para ver su efectividad y comprobaron que en los pacientes sintomáticos hay aproximadamente un 5% de diferencia. Esto no es tanto, pero pensá que estamos hablando de personas que ya desarrollan síntomas, puede haber mucha gente sin síntomas circulando que no lo sabe”, agrega el médico. “Cambian la logística justo en el pico de contagios cuando lo que hay que hacer es guardar a los positivos para no llenar las camas de los hospitales. Quieren implementar un test con menor sensibilidad para que la tasa de positividad baje, pero que se lo hagan a las personas asintomáticas es puramente marketinero porque no van a encontrar nada”.
Debido a la demanda en las Unidades Febriles de Urgencia (UFU), en las últimas semanas los PostDetectar comenzaron a recibir pacientes con síntomas incluso sin contar con el equipamiento adecuado. Además, cuadrillas de enfermeres dedicadas a la búsqueda activa quedaron reducidas al mínimo personal, decreciendo fuertemente las salidas a los barrios. “En las filas se mezclan sintomáticos con asintomáticos y en muchos dispositivos no hay lugar físico para separarlos. Además, los locales se quejan entonces que no se puede hacer dos filas. Se están tomando todas las medidas para bajar la tasa de positividad, es una locura que hagan esto, es demasiado macabro”, finaliza la fuente.
