América Latina va a ser toda feminista

✊🏽 El colectivo NiUnaMenos organizó para este 3J una asamblea virtual con representantes de feminismos de distintos países del continente. Qué consignas levantan los feminismos latinoamericanos y cómo son sus luchas.

Pasó un nuevo 3J, pasó una nueva jornada de lucha y de reclamos: el pedido de aparición de Tehuel de la Torre, la implementación del cupo laboral travesti trans, una justicia feminista, el cumplimiento de la ley de Educación Sexual Integral (ESI), el fin de los femicidios y travesticidios y mucho más bajo la consigna “Vivas, libres y desendeudadas nos queremos”. A falta de marcha, el colectivo NiUnaMenos convocó a un cartelazo y a una asamblea feminista latinoamericana online para fortalecer los lazos entre los feminismos del continente que se encuentran en el frente de las revueltas y reclamos sociales en países como Chile, Brasil o Perú.

“Las madres acompañamos esta lucha feminista desde hace años y hoy tenemos esa emoción de estar todas juntas —dijo Nora Cortiñas, la primera oradora de la asamblea—. Este es el sexto encuentro donde dejamos de ser invisibles para ser miles en las calles, para mostrar que somos muchas, que estamos dispuestas a seguir la lucha hasta que el mundo entienda que las mujeres existimos, que queremos ser libres y que se terminen los femicidios”.

La semilla plantada en Abya Yala en el Encuentro Plurinacional de Mujeres y Disidencias de La Plata dio flor: el grito feminista se escucha en las calles de ciudades de todo el continente. Betty Ruth Lozano, militante colombiana de Otras negras y feministas, contó cómo el movimiento de mujeres está al frente de la revuelta caleña. “Una consigna generada por las mujeres negras es ‘A quién le duelen nuestras muertes’ y es muy importante porque habla de la muerte de las personas negras que no le duelen a nadie en esta ciudad completamente racista”, afirmó.

Lozano aseguró que “hay muchas formas de matar a una mujer”, además del femicidio. “Otra forma es cuando le matan a los hijos y las hijas. Hemos visto a mujeres morir de pena porque les mataron uno, dos, tres hijos. Es un dolor insoportable que ha llevado a la muerte a muchas”, lamentó.

A esto se le suma el abuso policial en las protestas. Según el Observatorio de Feminicidios de Colombia, en las manifestaciones hubo 106 casos de violencia de género por parte de las fuerzas de seguridad; 22 casos de abuso sexual y 1 caso de suicidio después de un abuso sexual.

María Ofelia Santucho, sobrina del dirigente del PRT-ERP, habló de su experiencia con los feminismos cubanos. “Hay un antes y un después del ‘59. Tenemos un piso más favorable para reclamar, pero también es difícil hacerlo dentro de la revolución y a veces con una mirada crítica dentro de la revolución”, remarcó.

Para Santucho, a partir del NiUnaMenos de 2015 y de otras experiencias feministas en el continente en Cuba pudieron “descubrir un montón de cosas que se tenían muy naturalizadas”. “El acoso es algo que empezamos a visibilizar hace muy pocos años”, señaló. Esa naturalización impacta en las políticas de Estado: en la isla no se producen estadísticas sobre femicidios. “Recién ahora el feminismo le pone el nombre que es porque todavía tienen el nombre de ‘crímenes pasionales’ incluso en el espectro legal”, afirmó.

“Hay que dejar de ver a Cuba como la excepcionalidad -sostuvo Santucho y reclamó por la sanción de leyes de matrimonio igualitario y de protección a las mujeres-. Cuba es parte de un mundo patriarcal donde una revolución generó un piso extraordinario, pero ese piso hay que trabajarlo”.

Por su parte, Gahela Cari, integrante de Nuevo Perú, manifestó su preocupación por el avance de la derecha en el continente y en especial en su país, donde este domingo se llevarán adelante los comicios que podrían volver a poner al fujimorismo en el poder. “Las mujeres sabemos en el cuerpo lo difícil que es transitar nuestras vidas en autoritarismos, sean de izquierda o de derecha. Sin embargo, tenemos claro que quienes han obstaculizado los derechos de las mujeres son las derechas que se han aliado a lo más rancio de las iglesias”, afirmó y denunció que Keiko Fujimori firmó un compromiso con sectores evangélicos conservadores para frenar la aprobación de la ley de identidad de género.

“Se oponen a la ESI, a los anticonceptivos y quienes no acceden a ESI de forma oportuna, quienes no pueden comprar anticonceptivos ni hacerse un aborto son las mujeres pobres. Las que tienen dinero se compran un par de boletos y abortan con normalidad en un país donde es legal”, remarcó.

Cari destacó también que son las mujeres las que han puesto el cuerpo durante la pandemia para sostener los vínculos sociales estando al frente de ollas populares y otras iniciativas para “sobrevivir en este contexto tan precario al que nos ha llevado la pandemia”.

Una experiencia similar mencionaron las brasileñas Mónica Benicio (Psol) y Francy Junior (Articulación de Mujeres Brasileñas): los feminismos inundaron las calles estos últimos días en manifestaciones contra Jair Bolsonaro y su pésima gestión de la pandemia que dejó a Brasil como uno de los países con más víctimas del coronavirus. 

“En el movimiento de mujeres de Brasil solo podemos resistir, luchar y reafirmar nuestro compromiso con cada una de las mujeres de Brasil y América Latina. Las mujeres somos resistencia y tenemos la posibilidad de reconstruir nuestros lazos”, dijo Junior y apuntó que los feminismos de la amazonia también luchan contra los crímenes socioambientales que se perpetran en la zona.

Karina Nohales, de la Coordinadora 8M y candidata a constituyente de Chile, remarcó la importancia de los feminismos en el estallido social en el país trasandino y sus conquistas: la nueva Convención Constituyente garantizó un 45 por ciento de mujeres en su composición. Sin embargo, Nohales advirtió que ese cupo fue un arma de doble filo: “Las mujeres fuimos elegidas de forma superior a los varones y la paridad se aplicó para revertir la subrepresentación masculina”.

Zoán Tanís y Shariana Ferrer, ambas de Cole Feminista en Construcción, representaron a Puerto Rico y contaron que una de las consignas que levantan es “Contra la violencia, Estado de emergencia”. Al igual que en otros países del continente, las portorriqueñas tuvieron que luchar (y todavía luchan) para desnaturalizar la violencia de género, que se la llame por su nombre y señalar que el Estado es responsable.

“Sacamos ejemplos particulares de cómo el Estado es negligente con las mujeres de formas particulares -remarcó Tanís-. La policía de Puerto Rico tiene un sinnúmero de casos de policías que violentan a sus parejas y exparejas y a veces las asesinan con sus armas de reglamento”.

Ferrer, por su parte, agregó que la violencia se reproduce desde todas las instituciones del Estado. “Hablamos de un Estado racial, colonialista, que reproduce la violencia antinegra, de un Estado capitalista que posee medios de producción, un Estado neoliberal que ha optado por medidas de austeridad (en especial en la pandemia), despojándonos de lo público y de lo colectivo, aislándonos hacia lógicas de lo individualista”.

Uruguay estuvo representado por Mariana Menéndez, integrante de Minervas, quien destacó puntos de inflexión para los feminismos orientales y la movilización que lograron hacer en el país vecino para el último 8M. “Salimos para decir que somos las que cuidamos, que somos las primeras que no queremos que esta pandemia continúe y (cumpliendo con una serie de protocolos) pudimos salir a la calle sin que haya represión”, afirmó.

Los desafíos todavía son muchos. Todavía resta ver el fin de la pandemia, pero Nohales señaló la importancia de las asambleas y en pensar “cómo mantener la no subordinación sin ser sectarias” en el caso de que la izquierda pueda ganar las elecciones; mientras que Cari remarcó la necesidad de construir más allá de las fronteras “un feminismo antirracista, decolonial, que luche por las mujeres campesinas, indígenas, afros, que pueda intersectar la lucha de todas las mujeres” porque “nadie más lo va a hacer por nosotras”. América Latina va a ser, aunque quizás ya es, toda feminista.

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Ludmila Ferrer

Periodista y Licenciada en Comunicación Social (UBA). Escribe también en Página/12 y sigue más podcasts de los que puede escuchar.