Les profesionales de la enfermería, ¿seremos esenciales, eventuales o descartables?

Úrsula Serdarevich, licenciada en enfermería y docente de la UNLaM, reflexiona en primera persona sobre la negativa del Gobierno porteño a reconocer a sus colegas como profesionales de la salud.

Entre las diversas situaciones de desigualdad que han tomado notoriedad pública durante la pandemia de COVID-19 en la Argentina, aquella que pone de manifiesto que hay profesionales de primera y otros de segunda en el territorio nacional indigna y lleva a la acción.

Se podrá argumentar que esto no es nuevo. Sabida es la condición de docentes y trabajadores sociales. Sin embargo, la situación del campo profesional de las Enfermeras (aplaudidas primero, precarizadas luego y reprimidas cuando se manifiestan para visibilizar lo perverso del sistema de salud) muestra que las personas que tienen la sartén por el mango no desean ni siquiera contemplar la posibilidad de una construcción sanitaria basada en la horizontalidad y no en el oportunismo de los tiempos eleccionarios que corren.

Nombradas en actos públicos, publicidades, propagandas de bancos y petroleras, las enfermeras ingresaron a la arena pública con la potencia del elefante blanco. Ese que cuando se enoja muestra lo miserables que son las acciones y discursos políticos. Aquellos que sirven para halagar orejas propias, pero poco comprenden qué significa ser profesional de salud en pandemia.

La relación entre las enfermeras y el Gobierno de la Ciudad nunca fue armoniosa. En el año 2018, en una actitud despreciable y miserable quedaron excluidas de la Ley N° 6035 (Ley de profesionales de la salud) considerándolas personal administrativo (Ley N° 471 – GCABA).

Cabe mencionar que la profesión de Enfermería es regulada por la ley nacional N° 24.004 (Enfermería. Ejercicio profesional) y N° 298 – GCABA, donde, en su artículo número 4 se las menciona como profesionales.

Consultado al respecto, el ministro de Salud Fernán Quirós (médico) había referido que la inclusión de las enfermeras en la carrera profesional no era posible debido a que generaba divisiones internas en el campo profesional, hecho que el GCABA quería evitar.

A partir de ese momento, Enfermería comienza a organizarse de manera horizontal y autoconvocada. Situación que ofusca no sólo a funcionarios sino también a gremios hegemónicos como SUTECBA. ¿Qué sucede en ese proceso? Amenazas, persecuciones en los lugares de trabajo, palos durante el día de la Enfermería en la Legislatura porteña, 63 días de acampe frente al Ministerio de Salud, ofertas truncas de mesas de diálogo y gas pimienta durante la movilización en el Puente Pueyrredón (que debería cambiar su nombre a Puente de los Trabajadores) el viernes pasado.

¿Mejoras en las condiciones del ejercicio profesional? Ninguna como lo demuestran las diferentes manifestaciones de profesionales a lo largo y ancho del país: AMBA, Provincia de Buenos Aires, Misiones, Neuquén, Costa Atlántica (por sólo nombrar algunas de las pocas que aparecen en los medios de comunicación hegemónicos). Bronca de figuras públicas que poco eco tuvieron en las intenciones de políticos y legisladores.

Bronca, mucha bronca. Por las más de 200 enfermeras fallecidas en pandemia. Bronca activa en la voluntad inquebrantable de salir a la calle post-guardia a poner el cuerpo y gritar por la memoria de compañeras que no están, por sus familias que no cuentan con una reparación, por los nuevos profesionales de la Enfermería que merecen un contexto más justo para su desarrollo profesional.

El pedido de las Enfermeras puede sintetizarse en 5 puntos:

1. Salarios iguales a la canasta familiar.

2. Pase profesional de Enfermeras y Técnicas en salud. Eliminación de contrataciones de monotributo (si lector lee bien, las Enfermeras monotributan), contratos y otras modalidades de precarización laboral.

3. Régimen de insalubridad para los esenciales en salud.

4. En salud no sobra nadie. Basta de persecución, violencia laboral y de género.

5. Pensión igual a la canasta familiar para hijos/as de esenciales en pandemia. Ley Silvio, en memoria de Silvio Cufré, primer enfermero fallecido por COVID – 19 en la provincia de Buenos Aires.

¿La frutilla del postre? El anuncio realizado por el presidente Fernández el viernes 18.06.2021 en el Museo de la Casa Rosada de envío del Proyecto de ley de Promoción de la Formación y del Desarrollo de la Enfermería generado por la pluma del diputado Pablo Yedlin (médico, presidente de la Comisión de Salud), con la presencia en el panel central de Nicolás Trotta (abogado), Carla Vizzotti (médica) y el primer mandatario.

¿Quién falta? Bueno, de la cartera salud, María Donatila Gómez Marquisio (enfermera y designada en los primeros días de la gestión de Ginés González García directora de Enfermería) salvo que no siga en su cargo.

¿Había enfermeros/as? Sí claro, sentadas/os tomando apuntes de la clase magistral. Espectadores del futuro de su profesión construido por otros.

Durante el acto, Pablo Yedlin fue el encargado de las primeras palabras donde agradeció la lucha incansable del gremio de FATSA (en primera fila Héctor Daer, quien no necesita presentación). Algunas citas de la exposición presidencial (disponibles en el portal de Casa Rosada) fueron:

(Los/as Enfermeros/as) Son personas muy importantes para la salud de todos nosotros, y que se han preparado para realizar una tarea que no todos sabemos hacer, para lo que hay que prepararse. Sin embargo, no queda claro el rol durante la redacción del proyecto de ley.

(…) En aquella ocasión Héctor y Carlín me contaron lo que estaban haciendo para formar enfermeros y enfermeras, y me acuerdo que en aquel momento supe que había personas de tu provincia, de pueblos originarios, que estaban allí capacitándose. Bueno, hoy los tengo acá recibidos, preparados y capacitados. Felicitaciones a ustedes y felicitaciones a ustedes por haberlo hecho. Y junto a ellos seguramente se habrán recibido muchos otros, y habrán recibido muchos otros y otras a atención necesaria para la preparación y la capacitación. Bueno, eso que hizo el sindicato y hace el sindicato, nosotros queremos multiplicarlo por mil, porque las estadísticas de las que Pablo recién nos habló, que muestra la falta que hace el personal de enfermería que auxilia a los médicos y médicas es muy grande.

Para el Presidente, la Enfermería auxilia a la Medicina. Representación pasada de moda dado que muchos profesionales de la Enfermería cuentan con titulaciones (y responsabilidades) superiores a los médicos. Reveamos el uso de la palabra Doctor/a. El texto omite una referencia hecha por Fernández durante su discurso por YouTube (minuto 26:37) vinculada a las personas que estudian Enfermería y se encuentran presentes en el evento.

(..) Este Programa nacional de Formación de Enfermeros tiene ese objetivo, como dije al comienzo, tiene un interés social, tener mejores enfermeros y mejores enfermeras más capacitados, más preparados, y tiene un acto de reparación que en este momento no puedo dejar de mencionar, porque en la pandemia llevamos quinientos días de pandemia o más, alrededor de quinientos días, hemos pasado momentos muy difíciles y muchos de ustedes lo deben haber pasado, particularmente mal y fueron siempre los que estuvieron al frente de la batalla poniéndole el pecho al virus.

Pareciera que para la gestión nacional actual el problema sólo es de capacitación.

¿Y los 5 puntos? No existen en el proyecto presentado con bombos y platillos en Casa Rosada mientras en el Puente Pueyrredón Enfermería empuja una revolución cultural. Para estos funcionarios, Enfermería es una triste caricatura de Sara Gamp (personaje de Twain en Martin Chuzzlewit, 1843) la cual sólo necesita ser educada en las buenas normas y costumbres para oficiar como una obediente auxiliar de la medicina.

Las expresiones citadas quedarán en las páginas de la historia reciente y, seguramente, sean utilizadas en diferentes contextos para mostrar la distancia, el desprecio y egoísmo que tiene la política hacia las/os trabajadores. Cuando la norma sólo quiere mostrar las bondades de una gestión o política local, el reclamo desde los márgenes insiste en que sin los trabajadores no es posible pensar en una construcción de salud colectiva.

¿Enfermeras vacunando? ¿Tiene algo que ver la campaña de vacunación contra el COVID-19, con la Educación?

El estado de cosas a nivel nacional oficia como introducción del escenario actual vinculado a la Educación en Enfermería bajo la gestión Acuña.

La Escuela Superior de Enfermería “Cecilia Grierson” (laica, pública, mixta y gratuita) existe bajo la órbita del GCABA desde el año 1891. Nunca fue fácil la relación con las direcciones de hospitales municipales o el Ministerio de Educación local. Situación tensionada desde el arribo de Soledad Acuña (Lic. en ciencias políticas) a la cartera ministerial.

Los actores pedagógicos siempre se configuraron como colectivos críticos frente a diferentes embates que asistían a la precarización no sólo de la titulación sino también de la calidad educativa en una profesión de alto valor social. Prueba de ello son las actividades que realizaron en los años 2019 y 2018: carpas blancas, abrazos al edificio escolar, conferencias de prensa, etc.

El escenario epidemiológico y la necesidad de cuidar a las personas que hacen a la cotidianeidad de la Escuela hizo que los encuentros fueran remotos, espaciados y la actividad en la calle se redujera. Situación aprovechada por el GCABA para embestir contra la oferta educativa del modo que ya conocemos: a lo patrón de estancia.  

Tal vez no todos sepan que la comunicación oficial NO-2021-17617139-GCABA-DGGALV del 10-jun-2021, firmada por la Lic. Lorena Pérsico (Socióloga y Dir. Titular de la D.G. Gestión del Aprendizaje a lo largo de la vida, Ministerio de Educación del GCABA), establece “cómo deberán realizarse las prácticas en efectores de salud para los alumnos de 3°2° de la Escuela Superior de Enfermería Cecilia Grierson” durante la pandemia. Una socióloga les dice a profesionales expertos en la formación de Enfermeras cómo hacer su trabajo. No sólo es falta de respeto, es desprecio por una profesión que ella misma ha manifestado valorar en un fugaz paso por la Escuela Grierson.

La nota tiene por objetivo que los estudiantes de la única escuela pública, laica y mixta que se encuentra bajo la órbita de la cartera dirigida por Soledad Acuña realicen un “Curso de vacunadores eventuales” compuesto por 5 módulos y un encuentro sincrónico (disponible a partir del 10 de junio del corriente año) que habilitará (bajo la supervisión de un docente) a la aplicación de la vacuna contra el COVID – 19 en las postas de: Usina del Arte, Centro Islámico y C.C Recoleta. Cabe notar que el curso no es dictado por ningún docente de la Escuela.

Para un lego la vacunación puede parecer una prestación sencilla, pero todo profesional de la salud sabe que vacunar implica una formación extra de postgrado. Las vacunadoras son Enfermeras con matrícula habilitante, en actualización permanente. Cualquier curso de este tipo (el más difundido es el Programa Ampliado de Inmunizaciones) consta de un programa de formación que demanda de uno a dos años con prácticas en efectores destinados a tal fin. Cabe mencionar que no existe marco legal que apoye la propuesta, dado que la Ley N° 298 (vigente en la actualidad) establece:

Artículo 6º.- Queda prohibido a toda persona que no esté comprendida en la presente ley, desarrollar las funciones e incumbencias propias de la enfermería. Quienes actuaren fuera de cada uno de los niveles a que se refiere el Artículo 5º de la presente, son pasibles de las sanciones impuestas por esta ley, sin perjuicio de las que correspondieren por la aplicación de las disposiciones del Código Penal.

Artículo 7º.- Las instituciones y los responsables de la dirección, administración o conducción de las mismas, que contrataren para realizar las funciones e incumbencias propias de la Enfermería a personas que no reúnan los requisitos exigidos por la presente Ley, o que directa o indirectamente las obligaren a realizar tareas fuera de los límites de cada uno de los niveles antes mencionados, son pasibles de las sanciones previstas en la legislación vigente, sin perjuicio de la responsabilidad civil, penal o administrativa que pudiere imputarse a las mencionadas instituciones y sus responsables.

Artículo 8º.- Los profesionales y auxiliares que inicien el ejercicio de la actividad en el sistema de salud deben cumplir con las funciones e incumbencias de los respectivos títulos o certificados habilitantes, a partir de la publicación de la presente ley.

Teniendo en cuenta la importancia de esta campaña de inmunización contra el COVID – 19, las peculiares características de preparación del componente y lo que implica para la población el acceso a esta vacuna ¿Es razonable que se ocupe de esta tarea a personas sin matrícula profesional y habiendo recibido una capacitación virtual de “Curso de vacunadores eventuales”? El docente a cargo del grupo de estudiantes ¿Oficia como garante, a costa de su matrícula profesional, de cualquier inconveniente surgido durante esta práctica? La ART no se ha expresado en lo referido a la protección durante la práctica a docentes y estudiantes. Tampoco la gestión escolar ha preparado un comunicado donde se establezca de manera clara la postura (y responsabilidad) adjudicada en el presente escenario. Silencio y más silencio…

¿Es una buena política en salud exponer a los ciudadanos a ser vacunados por personas sin título y matrícula profesional? ¿Cuál es el marco legal que asiste y protege a la ciudadanía de la CABA? Esperamos que no se presenten eventos adversos, que sabemos que, si bien son infrecuentes, ocurren. Pero ¿Quién asumirá la responsabilidad en tal caso? Si somos vacunados por quien no tiene respaldo ni seguro ¿quien asume el daño provocado?

Este es otro evidente desprecio al ciudadano, a la Educación y a la Salud Pública.

El mismo comunicado establece que otro grupo de alumnos cursará el 20% de las prácticas en Cesacs (Centros de Salud y Acción Comunitaria). Las mismas serán individuales (un alumno por turno de Cesac) debiendo cumplimentar -cada estudiante- un total de 15 jornadas de 5 horas por turno. Otra propuesta claramente inviable y sin sentido. Porque existen cientos de estudiantes esperando completar su formación, y no hay espacios ni recursos suficientes ¿Cuán prudente es, en el momento más duro de esta pandemia, enviar docentes y estudiantes que no están vacunados a los centros de Salud?

Los contenidos y procedimientos que el GCABA propone para que los/as estudiantes obtengan su matrícula habilitante no están contemplados en el plan de estudios vigente de la Escuela Superior de Enfermería “Cecilia Grierson” (Resolución 1435 – 1436). Se evidencia entonces que, so pretexto de la pandemia, al GCABA no le tiembla el pulso en avasallar instituciones centenarias de formación profesional. Parece que sólo algunos tienen el derecho a una formación de calidad en la ciudad más rica del país.

Docentes y estudiantes realizan enormes esfuerzos por sostener la actividad educativa a pesar del desinterés y desprecio de las autoridades. En el primer cuatrimestre del año pasado, la cartera dirigida por Acuña no proveyó de ninguna plataforma virtual, llegando a destiempo y con una capacitación “remota” durante la segunda parte del año. Tampoco se cuenta hasta el día de la fecha con un sistema de gestión (SIU) del estudiantado. Jamás se habilitó ningún tipo de recursos para garantizar las trayectorias educativas de estudiantes trabajadores. Eso sí, se pagaron los servicios de “asesoras” que respaldaron de manera remota la creación de planes de excepcionalidad y contingencia. Nunca se pensó en parar la rueda. La formación de los profesionales en CABA venía siendo atacada por el GCBA con las resoluciones 1435/1436-MEGC-17 que produjeron enormes problemas para la Educación en la Escuela Grierson y, en pandemia, le dieron un hachazo violento con la Resolución N° 1585/MEDGC/20 precarizando los programas de formación de una escuela histórica y centenaria.

Enfermería denuncia fervorosamente que antes del contexto de pandemia la precarización del Sistema de Salud y las condiciones de trabajo eran insostenibles.

Larreta, Acuña, Quirós y empleadas como Pérsico están destrozando nuestras vidas, la Educación y la Profesión de Enfermería, al tiempo que se llevan puesta la Salud Pública.

¿Cuántos asesinatos laborales más vamos a soportar? Pedimos a la ciudadanía que acompañe a la Enfermería. Hoy, más que nunca, necesita su apoyo.

*Barritando Enfermería es el Colectivo que barrita por el reconocimiento de la Enfermería como profesión en los equipos de salud. Todos los viernes de 14 a 16 horas por www.radiosemilla.com.ar.

Compartí

Comentarios