A propósito de los DNI no binarios y la X

💜 Tras el anuncio de la aprobación de los DNI no binarios, que contó con un pequeño episodio de activistas que pusieron en cuestión la X que se utilizará para romper con el binarismo, le integrante de la Asamblea No Binarie de Buenos Aires, Pau Galanzino, reflexiona sobre el tema.

Hoy es sin duda un día histórico. En Argentina, los DNIs dejan de ser binarios. Se plantea, así, una tercera opción al dicotómico F/M: la X. Pienso, en primera instancia, que esta medida será un gran alivio para aquellas personas que han podido rectificar sus partidas de nacimiento (paso previo para cambiar el DNI) pero que no pudieron avanzar en el trámite, por lo que cayeron en un hueco legal por no poder acceder a un DNI acorde a sus partidas. Genera, además, un precedente hasta el momento inexistente, que servirá para propulsar la lucha por nuevos derechos y la posibilidad de conquistarlos. Además, estoy segure de que inspirará a compañeres de otros países que se encuentran también en camino a un documento de identidad no binario. 

Sin embargo, creo necesario profundizar un poco más en los debates que se desprenden de este nuevo decreto y la “X”. Se establece, sin dudas, un DNI no binario, ya que cuenta con 3 nomenclaturas, pero esto no significa que sea acorde a nuestras identidades de género “autopercibidas”, como plantea la Ley de Identidad de Género (LIG), vanguardista en la materia a nivel mundial. Para muches, una X no es más que una letra.

El artículo 4 del flamante decreto hace alusión, justamente, a cómo todo lo que se corra del binomio mujer-hombre es considerado “X”. ¿Bajo qué criterio? Imponer arbitrariamente una letra azarosa para la representación de un espectro de identidades tan amplio resulta violento e invisibilizante. Porque como ya sabemos, lo que no se nombra, no existe.

Y este no es un planteamiento nuevo. Desde distintos frentes se ha manifestado la necesidad de un DNI que permita escoger qué identidad iría en la mal llamada categoría “sexo”, apoyándose en la Ley de Identidad de Género (LIG). Desde la organización Todes con DNI han trabajado arduamente para transmitir las necesidades del colectivo trans-travesti-no binarie en relación a lo registral y todo lo que esto implicaría. Desgraciadamente, las autoridades encargadas de concretar esta política pública decidieron ignorar la propuesta de colaboración y asesoramiento de les compañeres de ese espacio a la hora de formular este decreto.

Y justamente era importante un seguimiento de espacios con estas características porque, al día de hoy, los documentos de identidad siguen manteniendo muchas de sus contradicciones intrínsecas, en lugar de haber sido solucionadas. Por ejemplo, la categoría “sexo” en sí misma dejó de tener credibilidad en el momento que se aprobó la LIG en el año 2012. La consonancia de cierta nomenclatura con determinadas características sexuales dejó de existir y, hoy, se agrega una nueva nomenclatura que tendrá como rol el seguir confundiendo. Ya hace tiempo esa categoría debió ser reemplazada por “género” o algo alusivo a éste.

Y me pregunto: ¿seguirá asignándose un “sexo” binario a la hora de nacer? Es decir, ¿seguirán asignándose Fs y Ms en base a ciertas características sexuales y no otras? ¿Se seguirá enseñando a las nuevas generaciones a ser hombres y mujeres? Les compañeres que ya hayan hecho un cambio registral, ¿deberán judicializar sus casos? ¿No se consideró la posibilidad de corregir este factor presente incluso en la LIG, sabiendo lo desgastante que puede ser un proceso judicial sobre todo para una comunidad tan golpeada como es la trans-travesti-no binarie?

La iniciativa significa, sin duda, un antes y un después en la historia de la comunidad LGBTIA+ internacional. No estoy tratando de negar eso. Sino que se trata sólo del puntapié inicial para seguir exigiendo una mayor ampliación de derechos.

No soy una X. Soy una persona trans no binarie.

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