Natalia Zaracho es referenta del Frente Patria Grande que lidera Juan Grabois, pero cuando le pedimos que nos describa quién es, responde humildemente: “trabajadora de la economía popular, nacida en Villa Fiorito y mamá de Iara y Dylan». Con su lucha incansable por y desde los barrios populares, y su historia militante que conmueve a más de une, dialogamos con ella sobre su trayectoria, sus proyectos y sus sueños.
¿Cómo empezaste a acercarte a la política?
Por la crisis del 2001 tuve que dejar la escuela, ya que mi mamá había perdido su laburo y tuve que empezar a salir con ella a cartonear. Más adelante me sumé a militar, un poco como una necesidad y otro por una discusión que tuve con unos compañeros. Eso me llenó el alma y me contagió las ganas de transformar, de no acostumbrarnos, de entender lo que implica la decisión política, y sobre todo de afianzar la idea de que nadie tenía que hablar por nosotres. La política en los barrios está muy mal vista, nos hicieron creer que era mala para que no nos involucremos, no participemos.
¿Cómo te sentis dentro del feminismo popular, y cuáles crees que son las demandas que se vienen?
Estoy convencida de que el feminismo viene haciendo un recorrido histórico muy valioso con grandes conquistas. Hoy nos sentimos parte de ese movimiento, y el ser parte implica que nosotras, las trabajadoras de la economía popular, también nos podamos sentar a discutir qué es lo que queremos construir en el feminismo popular. Sin dudas, el feminismo tiene que llevar la consigna de Tierra, Techo y Trabajo, tiene que llevar la agenda de Desarrollo Humano Integral, que es una propuesta que nace de los sectores más vulnerados. Nosotras necesitamos políticas de género que de verdad se implementen en las barriadas, que es donde está la urgencia.
¿Qué le falta al feminismo para embeberse de la agenda popular?
Falta representación de las compañeras que están al frente de las ollas, los comedores y merenderos, ya que son ellas las que van a expresar cuáles son realmente las demandas de su sector. En los barrios se construye feminismo todo el tiempo sin saberlo: desde el momento en que se hacen reuniones para tomar mates y ayudar con las tareas de cuidado, hasta el momento en el que acompañan casos de violencia de género que llegan a los comedores. Si queremos transformar algo de verdad, hay que darle lugar a las y los pobres.
¿Qué es para vos la justicia social?
Justicia social es entender que ante los derechos que nos son arrebatados, nuestra agenda de Tierra, Techo y Trabajo se organiza para cambiar lo que deba ser cambiado y visibilizar lo que pasa en nuestros barrios. Justicia social es tener un sistema de salud digno que nos escuche y nos abrace, educación, un techo, y todos los derechos básicos por los que que militamos en las organizaciones populares. En ese sentido, el Movimiento de Trabajadores Excluidos (MTE) representa muchísimos sectores no sólo como el de cartoneros, sino también a costureros, vendedores ambulantes y trabajadores de la tierra.
¿Qué enseñanzas te dejó la pandemia?
La pandemia visibilizó lo que se vive dentro de las villas y los lugares más vulnerables: hacinamiento, falta de agua y de cloacas, pero sobre todo falta de servicios básicos. Vino a decirle a todes que no podemos vivir más así, pero también le demostró lo solidarios y solidarias que somos, la importancia de cuidarnos y cuidar al otro, que es una mentira que alguien se salva solo. Además nos dejó una enseñanza fundamental: los que más tienen no son los que más aportan, por eso es importante destacar el impuesto a las grandes fortunas o aporte solidario, que de solidario no tuvo nada porque al fin y al cabo fuimos las clases populares las que lo tuvimos que pelear en las calles, y que lo seguimos peleando ante los ricos que hacen maniobras para no pagarlo.
¿Hay agenda ambiental dentro del Frente Patria Grande?
Entendiendo que a las agendas no hay que discutirlas por separado, desde el Frente Patria Grande creemos que tanto el feminismo, como el ambientalismo y la lucha por tierra, techo y trabajo, tienen que ser transversales. Nuestra agenda es y seguirá siendo de y con los sectores populares, con los que viven en los basurales a cielo abierto, con los pibes que llevan plomo en sangre, con las mujeres que paran las ollas. Nosotres peleamos por un sistema de reciclado que impulse y reconozca el trabajo y mejore las condiciones en él.
Yo soy parte de la comisión directiva en Amanecer de los Cartoneros, la cooperativa de cartoneros más grande de Latinoamérica. Ahí estamos peleando por un sistema de reciclado nacional. Esa experiencia se pudo replicar en muchos distritos y provincias, generando no sólo mejores condiciones de trabajo sino también reconociéndonos como trabajadores de la economía popular y como actores fundamentales en el cuidado del medio ambiente.
¿Qué mensaje le dejarías a les pibes de los barrios que sueñan con habitar los espacios en los que vos estás?
Les diría que si quieren hacer transformaciones hagan ruido, que se involucren y contagien militancia. Hay que reivindicar la palabra «política» como una herramienta transformadora para realmente dar vuelta la tortilla y cambiar la situación. Estoy convencida de que les jóvenes, villeros, pobres, mujeres y disidencias tenemos que participar y tener representantes de los colectivos en las bancas, en los lugares de toma de decisión. Es importante ser partícipes, no solo del futuro sino también del presente.
