En plena campaña electoral, Horacio Rodríguez Larreta sigue con su afán privatizador y la apuesta por una ciudad de las constructoras. Después de haber vendido en tres gestiones y media el equivalente en hectáreas al barrio de Nuñez, ahora -en un trámite express- la gestión Pro busca aprobar la ley que le permitiría a la empresa IRSA la construcción de un barrio náutico de lujo en la ex Ciudad Deportiva de Boca Juniors, en Costanera Sur. La movida comenzó con una agilidad inusitada: en tan solo una semana firmaron el convenio, lo enviaron a la Legislatura porteña y lograron su tratamiento en la reunión conjunta de las Comisiones de Presupuesto y Planeamiento.
Pese a que el juez Guillermo Scheibler hizo lugar a una precautelar presentada por el Observatorio por el Derecho a la Ciudad, las autoridades legislativas del Pro dijeron no haber recibido la notificación y aprovecharon la resolución de otro juez que, valiéndose de la feria judicial, dictaminó que no había impedimento para avanzar con el proyecto. Así, pese a las quejas de la oposición, el proyecto pasó por comisión y ahora el oficialismo porteño se dispone a discutirlo en el recinto el próximo jueves 5 de agosto.
La iniciativa pretende edificar torres de hasta 45 pisos en la parcela privada más grande de toda la Ciudad de Buenos Aires, una superficie de alrededor de 70 hectáreas, lindera con la Reserva Ecológica de Costanera Sur. Las organizaciones ambientales ya han denunciado que el predio es un humedal, que el desarrollo inmobiliario implica un alto impacto ambiental al ser una zona de contención de la reserva y que podría acarrear problemas de constructibilidad al tratarse de tierras de relleno ganadas al río.
Por su parte, el GCBA esgrime que un 60% del espacio estará destinado al espacio público, pero en esa cuenta desde IRSA suman un espejo de agua artificial construido bajo la gestión del club Boca Juniors. Asimismo, agregan que la Ciudad recibirá 40 millones de pesos de la empresa y que se desarrollará un Fondo de Desarrollo Urbano Sustentable, que hasta el momento no existe.
La historia del predio se remonta a 1964 cuando el Congreso habilitó las tierras para que el club Boca Juniors desarrollase una Ciudad Deportiva. Si bien existió la idea de trasladar la mítica Bombonera al terreno, las obras generales nunca se terminaron. Así, en el año 1993, con la institución asediada por las deudas, Boca decidió vender el predio y dar inicio a la larga historia de privatización. Ya en 1997, el terreno pasó a manos de la constructora IRSA de Eduardo Elsztain, y por idas y vueltas legislativas, judiciales y referentes al código de urbanización, durante estos últimos 25 años el predio ha sido un baldío abandonado.
¿Por qué el apuro del GCBA por aprobar este proyecto en plena pandemia y en año electoral? No hay grandes certezas al respecto, pero algunos indicios pueden dar cuenta de la necesidad de cerrar estos negocios previo a la recomposición de fuerzas que implicaría la elección legislativa. También se suma que el anhelo de resolver de manera rápida la concesión y el desarrollo inmobiliario en Costa Salguero se vieron frenados por una importante movilización popular.
Por si faltaran argumentos contra la construcción de un nuevo Puerto Madero, se suma que el complejo se instalará en las proximidades de la Central Térmica Costanera, la mayor planta termoeléctrica de Argentina. Además, vale considerar que estará ubicado a pocos metros de la villa Rodrigo Bueno sin contemplar ningún tipo de integración entre el barrio popular y las futuras torres de lujo.
La inmobiliaria del PRO en la Ciudad avanza: a la privatización de Costa Salguero se suma ahora este nuevo proyecto en la ex Ciudad Deportiva de Boca y circula también la propuesta de instalar un gran edificio en el estacionamiento del hipodrómo de Palermo. En año electoral, el negocio de las tierras tampoco se detiene.
