El potrero no se va

⚽ Vecinos de Caballito juntan firmas para frenar la posible conversión del potrero de Parque Centenario en un estacionamiento.

Vecines de Caballito resisten a una nueva avanzada contra el espacio público del Gobierno de la Ciudad. Esta vez, la víctima es el potrero ubicado en el Parque Centenario, el último potrero porteño, y juntan firmas para salvarlo. “El reclamo es que no pongan cemento ni siquiera para cancha. Creemos que si ponen cemento, el lugar va a funcionar unos meses como canchita y después van a hacer un playón de estacionamiento”, dijo Fernanda Cano, referente del barrio, a El Grito del Sur

A mediados de agosto y sin avisar, aparecieron las máquinas excavadoras para destruir la cancha que cobija a vecines que durante 50 años se han juntado para jugar un picadito con amigues. “Nos dijeron que iban a hacer un playón de estacionamiento, pero algunas personas de la comuna decían que no era cierto, que iban a hacer una canchita de cemento. Ahí nos empezamos a movilizar”, contó Cano.

En la web de la Comuna 6, donde se detallan las obras públicas, no aparece información sobre la cancha del Centenario. “No existe en ningún lado y nos dicen que el espacio de la canchita no pertenece a espacio público, sino que es directamente de la Comuna. Pero ni siquiera cuando vinieron con las máquinas pusieron un cartel que dijera que iban a hacer una obra con determinada función”, aseguró la referente. 

Les vecines cortaron la calle frente a la sede comunal, ubicada a metros del potrero, pero el presidente de la Comuna 6, Federico Ballán (Juntos por el Cambio), no los recibió. En lugar de eso, abrió un hilo en su cuenta de Twitter en el que calificó a les vecines como grupo de violentos, habló de personas que “quieren seguir haciendo su negocio” y prometió una “puesta en valor de la cancha” para que “deje de ser un lugar inhabitable cada vez que llueve”. El texto está acompañado de una foto con la cancha cubierta de agua.

“Los vecinos que viven cerca nos dijeron que dejaron la canilla abierta para inundar el lugar. ¡Inundaron la cancha para la foto! Es cierto que cuando llueve se llena de agua, pero a partir de que empezaron a remover la tierra nos encontramos con que los desagües estaban tapados con cemento”, manifestó Fernanda Cano.

Asimismo, la mujer aseguró que la tierra que dejaron de forma pacífica en la sede comunal la sacaron les niñes de unos montículos de tierra que las máquinas del Gobierno porteño ubicaron estratégicamente frente a los arcos del potrero. “Fuimos a la sede acompañados de la Policía, ellos nos cortaron la calle. Y fue todo pacífico, están los registros de las cámaras de seguridad”, agregó.

Niñes y adultes que juegan en la cancha empezaron una juntada de firmas que ya supera más de 6 mil adhesiones y tiene el apoyo hasta de les agentes de la Policía de la Ciudad, encargades del desalojo. Algunes de elles van a jugar, han jugado o tienen un amigue o familiar que va a la canchita.

Las sospechas de les vecines no son infundadas: hace 15 años, el Gobierno porteño puso cemento en una cancha de fútbol 5 aledaña al potrero. Rápidamente se convirtió en un estacionamiento privado, aunque los arcos metálicos todavía están ahí para dar testimonio de lo que el lugar supo ser.

El miércoles pasado, el jefe de Gobierno porteño, Horacio Rodríguez Larreta, fue a Caballito a inaugurar un local partidario del PRO. Y ahí fueron les vecines a llevarle las firmas recolectadas y contarle la situación. Ballán estaba ahí y finalmente concedió reunirse con dos de les referentes al día siguiente.

“Todo lo que nos dijo fue una chicana, nos preguntaba si queríamos eso, mostrándonos la foto de la canchita inundada. ‘Parece una canchita de Laferrere’, nos dijo. Le pedimos que aunque sea deje el potrero como está y nos contestó que no porque ‘se junta dengue cuando llueve’. Si se junta dengue, ¡fumigá! Dice eso con un lago en el medio del parque”, relató la referente.

Al finalizar la reunión, Ballán se habría comprometido a averiguar un presupuesto para poner pasto sintético en la cancha y frenar la obra por el momento. “Pero al otro día a las nueve de la mañana me llama mi hijo desde la canchita para decirme que la habían llenado de policías con escudos”, denunció la mujer.

Les vecines continúan en alerta permanente: se turnan para dormir en la cancha y no dejar el potrero abandonado porque temen que ese sería el momento en el que entren las máquinas a destruir ese rectángulo de tierra que funciona como un espacio de comunión para el barrio desde hace casi medio siglo.

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Ludmila Ferrer

Periodista y Licenciada en Comunicación Social (UBA). Escribe también en Página/12 y sigue más podcasts de los que puede escuchar.