«Los vínculos entre puérperas son salvadores»

🤱 En la semana de la lactancia hablamos con Ana Santamaría, puericultora que se dedica a acompañar mamás y compartir información sobre lactancia desde la cuenta de Instagram @holapueri.

Entre el 1 y el 7 de agosto, 170 países del mundo celebran la Semana de la Lactancia Materna. Esta fecha, incentivada por gobiernos, agrupaciones militantes y ONGs, se basa en los estudios internacionales que calculan que la lactancia materna exclusiva hasta los seis meses puede evitar anualmente la muerte de 1,3 millones de menores de cinco años. 

Si bien la intención de difundir la lactancia materna viene a contrarrestar el avance que tuvieron durante el siglo XX los suplementos nutricionales, la noción de que es parte del “instinto natural” y debería lograrse de manera espontánea puede convertirla en una imposición y generar angustia. En ese sentido el rol de las puericultoras, quienes trabajan acompañando la diada persona gestante bebé desde el embarazo hasta el destete, es fundamental.

En Argentina existe -desde el año 2016- UPA, la Unión de Puericultoras Argentina que nuclea a las integrantes de las tres escuelas que brindan la formación en la materia. Esta organización busca compartir información, afianzar los lazos y visibilizar una profesión que, a pesar de su importancia y la existencia de un proyecto de ley, aún no cuenta con reconocimiento estatal ni matrícula. Para conocer más del tema, El Grito del Sur habló con Ana Santamaría, puericultora, integrante de UPA y mamá doble que difunde información sobre desde la cuenta de Instagram @holapueri. 

Existen teorías tanto en contra como a favor de la lactancia materna. ¿Cuál es tu postura?

Desde mi lugar siempre aliento a la lactancia humana porque sé que es lo mejor en cuanto a la nutrición, pero lo mejor también depende de la persona. Muchas veces hay casos de mujeres que sufrieron abusos o violencia de género y dar la teta, que no deja de ser algo que involucra la sexualidad, las angustia o simplemente no se sienten cómodas por otro motivo. Más allá de lo que recomiende la OMS, la lactancia materna requiere de poner el cuerpo todo el día a disposición de otre y para que funcione sin afectar de manera negativa el vínculo es fundamental que la persona quiera.

¿Qué pasa con las personas gestantes que desean amamantar y tienen alguna dificultad?

Si bien hay personas gestantes que por cuestiones físicas no producen leche, muchas veces las dificultades tienen que ver con la falta de experiencia y no poder generar la “prendida”. En ese sentido, el rol de la puericultura es fundamental. Un montón de veces las mamás que tienen una dificultad o no les nace dar la teta se sienten mal porque algo que se considera «natural» les esté costando, pero hay que pensar que hace tiempo nos desligamos de nuestro ser natural y la cultura nos atraviesa totalmente. Ya no somos como nuestros antepasados mamíferos y la implicancia social de muchos de nuestros actos se ven influenciados por eso. También es importante decir que dar la teta no debe doler. Hay mucho mito de que duele y te la tenés que bancar y no es así, si duele hay algo que solucionar. 

¿Y las personas gestantes que no quieren amamantar?

Venimos de muchos años donde el paradigma médico hegemónico ponderó los suplementos o la leche en polvo por encima de la lactancia materna, por eso somos tan insistentes, pero es una decisión. Yo tengo pacientes que eligen tener una lactancia mixta y no por eso las voy a juzgar. Lo que tengo que hacer es informar, luego decidir es derecho de ellas. La alimentación tiene que ver con el amor y eso no tiene que ver con el método, hay mamás que dan la mamadera con muchísimo amor y padecen dar la teta. 

¿La lactancia se vio afectada por la pandemia? 

El periodo de la lactancia de por sí es muy intenso y muchas veces las personas quedan sin sostén profesional, porque pasan del obstetra que las revisa todos los meses al pediatra que se encarga del bebé. Estar sola con las dudas, los miedos, los fantasmas del no poder es muy angustiante y esto recrudeció en la pandemia que nos distanció a todos. Además, las licencias para padres o personas no gestantes son cortas, de apenas dos o tres días, lo que sobrecarga más y aumenta la sensación de soledad. Yo siempre trato de conectarlas entre sí, aunque sea de manera virtual. En estos contextos, los vínculos entre puérperas son salvadores.  

Según la Encuesta Nacional de Nutrición del 2018, una de cada diez lactancias se pierden por la vuelta al trabajo. ¿Cómo afecta la reinserción laboral en las personas lactantes?

Muchas lactancias terminan cuando las mamás vuelven a trabajar, lo cual para quienes lo deseaban puede ser trágico. Si por alguna cuestión la mamá tarda en acomodarse a la lactancia y cuando logra amamantar debe volver a trabajar, el proceso queda trunco. Esto puede ser muy doloroso y ni que hablar que es casi privativo tomarse una licencia sin goce de sueldo en este momento. Por otra parte, en los ambientes laborales no se suelen contemplar las condiciones necesarias para la lactancia. Hay una gran contradicción porque todos te dicen «lo mejor es dar la teta», pero no existen políticas públicas al respecto.

¿Qué políticas públicas se adeudan para incentivar la lactancia? 

Ahí se juegan múltiples aristas. Por un lado la extensión de las licencias por paternidad, adaptar la reinserción laboral, es decir darle varias pausas al día, que tenga un lugar donde extraerse la leche, donde guardarla y no tener que ir a un baño donde las miran mal. Por el otro están las cuestiones que tienen que ver con políticas del cuidado y la redistribución de tareas dentro de la casa, que requieren que los acompañantes -especialmente los varones cis- se hagan cargo o que existan dispositivos estatales para suplirlas. En tercer punto, formar a los profesionales de la salud que a veces dan información errónea, desactualizada y moralizante que no contribuye. Los bebés que toman la teta se enferman menos y todos queremos que haya menos enfermos, es una cuestión de salud pública, por eso tiene que ser alentada.

Sos muy activa en Instagram. ¿Cómo juegan las redes para visibilizar el trabajo de la puericultura? 

En primer lugar hay que advertir que el rol de la puericultora aún no está reconocido en el Ministerio de Salud. Si bien existe un proyecto de ley, no tenemos matrícula. Esto es una injusticia porque hace diez años somos parte del sistema médico, estamos en sanatorios y hospitales, pero no tenemos un lugar formal. En cuanto a las redes, me permitieron llegar a sitios donde tal vez no es tan fácil acceder a la información, pueblos del interior o lugares donde hay una sola salita. Más allá de mi trabajo, las redes ayudan a muchas personas a dejar de sentirse solas. Cada vez que comparto testimonios sobre lactancia se generan lazos de identificación y empatía por los cuales todos quieren ayudar a quien la está pasando mal. Surge una sororidad espontánea que permite, en la voz de la otra, cuestionar lo naturalizado. 

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El Grito del Sur es un medio popular de la Ciudad de Buenos Aires.
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