«Follow the truth»: expectativas y límites de la red social de Trump

📲 El ex mandatario norteamericano lanzó su propia red social, "Truth Social", desde donde busca "luchar contra las grandes tecnológicas de Silicon Valley". Límites y expectativas de un proyecto que constituye una disputa de mercado y política.

El 7 de enero de 2021, el expresidente de los Estados Unidos Donald Trump fue bloqueado de Facebook, Instagram, Twitter y YouTube. Su último mensaje fue de agitación política exigiendo la permanencia de sus seguidores en el Capitolio mientras reclamaba un fraude electoral inexistente. De allí transcurrieron más de nueve meses y el líder republicano ya ha acusado el duro golpe: las menciones a su figura en las principales redes sociales se hundieron hasta un 95% entre enero y principios de junio. En ese marco, tras ensayar un blog personal que rápidamente fue cerrado debido a su «poco alcance», Trump anunció el lanzamiento de la red Truth Social (Verdad Social) desde donde busca «luchar contra las grandes tecnológicas de Silicon Valley». 

El conflicto entre Donald Trump y las principales plataformas viene de larga data, pero se agudizó el año pasado tras el asesinato de George Floyd y ciertos mensajes intimidantes del anterior mandatario acusados de «glorificar la violencia». En mayo de 2020, Trump firmó una orden para limitar la inmunidad de la que gozan las compañías de redes sociales por los contenidos que los usuarios comparten en sus plataformas. «No existe un precedente en la historia de Estados Unidos en que un número tan pequeño de corporaciones controle una esfera tan grande de las interacciones humanas», dijo por entonces.

La suspensión de las cuentas de Trump motivó un debate sobre la censura en las redes sociales. La canciller alemana Angela Merkel, por ejemplo, calificó de «problemática» esta decisión y desde la izquierda también hubo repudio: el líder de Francia Insumisa, Jean-Luc Mélenchon, señaló que «el comportamiento de Trump no puede servir como pretexto para que los GAFA (Google, Apple, Facebook, Amazon) se arroguen el poder de controlar el debate público». La crítica a la elite tecnológica se basó en que su accionar se encuentra muchas veces fuera de toda referencia a una norma nacional o internacional elaborada por los Estados y sus representantes electos. 

Truth Social se inscribe en el proyecto Trump Media and Technology Group (TMTG), conglomerado que dirige el expresidente estadounidense y que cotizará en bolsa, que busca crear un nuevo imperio de medios de comunicación y entretenimiento fusionándose con Digital World Acquisition Corp. Esta red de servicios que plantea TMTG pretende arrebatarle una porción del mercado a otras compañías como Netflix, Disney+ o CNN. «Hay una disputa de mercado y de la voz autorizada en términos del clásico concepto de libertad de expresión, actualizado al siglo XXI. También hay una disputa política, él fue presidente de EE.UU. y logró el liderazgo de uno de los partidos mayoritarios con una estrategia ¨novedosa¨», expresó a El Grito del Sur Diego Rossi, investigador y profesor adjunto de Políticas y Planificación de la Comunicación (FSOC, UBA).

Luego de definir a Trump como «un damnificado en la salsa que cocinó su liderazgo político, que es el manejo o la manipulación de redes sociales», Rossi señaló que «al ser censurado de las grandes ligas, éste se propuso armar una liga paralela buscando ser una minoría intensa hablándole de esa forma a millones de personas que piensan parecido».  

Las redes, el debate público y el futuro de Truth Social

Después de las elecciones presidenciales del año 2016 en Estados Unidos, plataformas como Facebook y Twitter intentaron moderar su contenido con algoritmos que permitieran identificar contenidos «ofensivos» o «violentos» y de esa forma frenar campañas de desinformación en redes. Sin embargo, el uso de la inteligencia artificial derivó en conflictos y casos de supresión de contenidos denunciados por las y los usuarios, lo cual ha sido visto como ataques a la libertad de expresión.

¿Qué rol juegan hoy en día las redes sociales en el debate público? «Las grandes plataformas modelan el debate público, con esos algoritmos cuestionables. Hay tres tensiones superpuestas: el esquema del liderazgo político, el juego político y el modelo de negocios. En los Estados Unidos tienen la mirada de la sección 230 en su regulación, que establece una doble responsabilidad del Estado para garantizar el debate y la libertad de expresión individual o de las empresas. En ese sentido, Trump pasa de ser una personalidad a un intermediario. A esta altura, tenemos bien en claro que los intermediarios también son editores. Esas redes son una plaza pública, por lo que debe haber lugar para la regulación», explicó Rossi. «En el caso de Trump, que tiene plata, puede provocar y generar su propia red. Imaginate lo que sucede con los pequeños partidos o expresiones de minorías perseguidas cuando desaparecen de las redes», agregó. 

Truth Social posee varias similitudes con Twitter, puesto que tendrá la posibilidad de hacer retruth (algo similar a un retuit) aunque promete «libertad de expresión» y verificar todas las cuentas evitando así la aparición de trolls. La red social impulsada por el magnate saldrá al mercado durante el primer trimestre de 2022, aunque ya fue hackeada por piratas informáticos que obtuvieron una versión beta y crearon cuentas falsas del propio Trump y otras personas.

«Cuando te metés a jugar contra los grandes, tenés que esperar grandes represalias. Se trata de oligopolios, que fácticamente generan regulaciones paralelas. No es que Trump se encuentra solamente con la ley norteamericana, sino que lo hace con fuerzas que no puede dominar ni negociar a su manera. Que Trump prospere, o no, será una cuestión de habilidad en ese mercado tan imperfecto u oligopólico y tramposo como son las redes», concluyó el investigador de la Facultad de Ciencias Sociales – UBA.

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Sebastián Furlong

Licenciado y profesor en Ciencias de la Comunicación (UBA). Retrato periodísticamente el conurbano y la ciudad de la furia. Agenda popular y política para analizar la realidad y aportar al quehacer colectivo.