Chile elige presidente entre la centroizquierda y la ultraderecha

🇨🇱 En un país con ausentismo récord, en plena Constituyente y con un candidato de ultraderecha que podría colarse en el ballotage, Chile elige presidente este domingo.

En 2022 y por primera vez en los últimos 16 años, la presidencia de Chile no estará en manos de Sebastián Piñera ni de Michelle Bachelet, que alternaron el poder político y sostuvieron el modelo económico neoliberal durante más de tres lustros. Este domingo 21 de noviembre se celebrarán las elecciones presidenciales en Chile luego del histórico levantamiento popular de 2019 que consiguiera una Asamblea Constituyente para modificar la carta magna creada por el dictador Augusto Pinochet. Los comicios se dan en un clima particular, marcado por el ascenso de la extrema derecha y la compleja pelea del candidato de centroizquierda Gabriel Boric por convertirse en el futuro presidente de la nación.

Boric (Frente Amplio) es diputado por la región de Magallanes y cobró notoriedad pública hace más de una década, cuando dirigió las protestas estudiantiles contra el excluyente sistema educativo chileno. En mayo de este año se impuso en internas contra su rival Daniel Jadue, integrante del Partido Comunista y alcalde del distrito de Recoleta. Centrado en la inclusión social, con un discurso de defensa ambiental y de universalización de la salud y la educación, Boric llega como principal candidato en las encuestas e impulsa la descentralización de Chile y el fortalecimiento de sus regiones.

Del otro lado, la emergencia de un fenómeno que ya es regional: el abogado José Antonio Kast, un ultraderechista de herencia pinochetista que levantó en las encuestas en los últimos dos meses y llega al domingo con posibilidades de imponerse en las urnas. Achicar la inversión pública, fortalecer la seguridad y privatizar empresas estatales son algunas de sus promesas. Incluso se comprometió a derogar la Interrupción Voluntaria del Embarazo en casos de violación. En su ascenso dejó relegados a los candidatos de la derecha más moderada y a los candidatos de partidos tradicionales como Sebastián Sichel (Chile Vamos) y Yasna Provoste (Democracia Cristiana).

Quien vuelve a insistir con su candidatura es el progresista Marco Enríquez-Ominami, hijo del histórico líder guerrillero chileno y uno de los principales promotores del Grupo de Puebla. Si bien fue uno de los ganadores del debate presidencial, su candidatura es casi testimonial, aparece muy relegado en las encuestas y desde la coalición de Boric lo han acusado de dividir el voto en un escenario complejo.

Datos de color: se presenta un candidato que no vive en Chile, sino en Estados Unidos. Franco Parisi, de 54 años, es un economista mediático de derecha que se postula por segunda vez y que asegura que “Joe Biden hizo la misma campaña que yo”. Las encuestas lo ubican entre el cuarto y quinto lugar. Desde Alabama centró su campaña en las redes sociales a través de su programa «Bad Boys», que emite por la plataforma Youtube. Parisi es hijo de militares y registra una deuda millonaria por pensiones alimenticias con sus hijos, que llevó a que su mujer lo demande por 250 mil dólares.

«Lo que realmente se vota este domingo no es tanto quién será presidente de la República, sino quién pasa a la segunda vuelta que se realizará a fines de diciembre», explicó Pedro Santander, doctor en Lingüística y analista político chileno, en diálogo con este medio. «Uno de los favoritos y que seguramente pasará a la segunda vuelta es Gabriel Boric, pero está la duda sobre quién será el otro: si el fascista Antonio Kast o el candidato de la derecha liberal Sebastián Sichel», agregó Santander, quién señaló que la imagen que desplegó Kast en el debate presidencial fue «lastimosa» y lo asocia directamente al pinochetismo.

Los datos de siempre atraviesan a la elección chilena: un abstencionismo récord en la región que, incluso durante la elección Constituyente alcanzó apenas el 41% de los votos. Y en las pasadas elecciones regionales de junio participó apenas el 20 por ciento de los convocados. El precedente presidencial tampoco es más auspicioso: Piñera fue electo con apenas el 28% de las voluntades en un ballotage donde obtuvo el 57 por ciento pero participó menos de la mitad del padrón. Al histórico ausentismo se le suma ahora la crisis de representatividad. Si bien todas las encuestas posicionan un 25 por ciento de indecisos, también hay matices claros y uno de ellos es etario: Boric tiene su nicho de votantes en los menores de 30 años, mientras que Kast arrasa en los mayores de 60.

Al tiempo que se elige presidente y diputados, la Asamblea Constituyente avanza con su trabajo, aprobó su reglamento interno y se espera que pueda tener un referéndum de aprobación del nuevo texto constitucional para el segundo semestre de 2022, desafío que deberá asumir el próximo presidente.

Con extremos antagónicos y polarizados, sin «avenida del medio», en un clima de movilización social y en plena Asamblea Constituyente, Chile va a las urnas para elegir presidente en una elección que podría definir el rumbo de Latinoamérica para los próximos cuatro años.

Compartí

Comentarios

Yair Cybel

Una vez abrazó al Diego y le dijo que lo quería mucho. Fútbol, asado, cumbia y punk rock. Periodista e investigador. Trabajó en TeleSUR, HispanTV y AM750. Desde hace 8 años le pone cabeza y corazón a El Grito del Sur. Actualmente también labura en CELAG y aporta en campañas electorales en Latinoamérica.