Un tercio del «espacio público verde» porteño es trucho

🌳🛣️ Un informe elaborado en base a información del GCBA da cuenta que un tercio de la superficie verde total de la Ciudad es trucha: en su mayoría son canteros, bulevares y terrenos bajo autopista que no califican como tales, según el propio Código Urbanístico y el Plan Urbano Ambiental vigentes.

Canteros, bulevares, plazoletas de cemento, “separadores de tránsito”, veredones y otras yerbas del estilo llegan a conformar casi un tercio de la superficie total de “espacios verdes públicos” de la Ciudad, según la cuenta que lleva el propio Gobierno porteño. Así lo indica un informe del Observatorio del Derecho a la Ciudad (ODC), la Cátedra de Ingeniería Comunitaria (CLIC) de la UBA, el IPYPP y la Defensoría de Laburantes, elaborado en base a un pedido de acceso a la información pública, que da cuenta de hasta qué punto es capaz el Ejecutivo que conduce Horacio Rodríguez Larreta de maquillar el déficit de parques y plazas que padece Buenos Aires. 

Según el relevamiento, basado en información que aportaron el Ministerio de Espacio Público y las Secretarías de Ambiente y Gestión Comunal, la Ciudad llega incluso a contabilizar los terrenos baldíos bajo las trazas de las autopistas o los patios de algunos edificios como parte de su oferta de espacios verdes, que a septiembre de este año supera por poco las 1600 hectáreas. De ese total, sólo el 71,5 por ciento reúne los requisitos para ser considerado un “espacio verde público” de acuerdo a lo que dicen el Código Urbanístico y el Plan Urbano Ambiental vigentes, como por ejemplo abarcar “una superficie considerable” para realizar “actividades culturales, sociales y deportivas” y tener un suelo “absorbente”, es decir, permitir la conexión del agua de lluvia con las napas. El restante 28,5 por ciento se reparte en una lista interminable de pequeños canteros o plazoletas cementadas de poca superficie y demás inventos insólitos que en el mejor de los casos contienen algo de pasto y un árbol escuálido para adornar el paisaje y poco más.

“La Ciudad entregó un listado de lo que considera espacios verdes públicos que en varios casos rozan la tomada de pelo, como patios enrejados con macetas, superficies de cemento bajo las autopistas, bulevares casi sin vegetación y plazoletas de unos pocos metros todas cementadas”, indicó Jonatan Baldiviezo, titular del Observatorio. “El Gobierno porteño dibuja los números porque sabe que viene demostrando una alarmante inacción frente al déficit de espacios verdes públicos que se arrastra desde hace años. Y que además se profundiza por las decisiones regresivas que está adoptando en la materia, que no se condicen ni con la emergencia ambiental y sanitaria que vive la Ciudad ni tampoco con la crisis climática existente a nivel nacional”, señaló.  

Espacios verdes según tipología, de acuerdo a la Secretaría de Gestión Comunal de CABA. Crédito: Arquitecta Liana Battino.

Varios de los “canteros” y espacios verdes truchos se cuentan como oferta para los barrios que arrastran la menor densidad de parques y plazas, como Caballito, Boedo, Almagro, Villa Crespo o Villa Santa Rita, que no superan los 0,21 metros cuadrados en promedio por habitante, lejísimos de los 10 a 15 metros recomendados. En Almagro, por caso, la Ciudad cuenta unos 13 espacios verdes, entre los cuales hay una única plaza (Plaza Almagro); el resto se reparte en cuatro “veredones”, un “patio” y siete plazoletas, de las cuáles sólo una tiene más de una hectárea. En Villa Santa Rita, el barrio peor ranqueado, la oferta es de tres plazoletas, dos “pasajes” y un “veredón”. 

Hay algunos casos concretos que en el informe aparecen georreferenciados, lo que permitió graficar hasta qué punto llega la inclusión de espacios «truchos» en el listado de la Ciudad. Por ejemplo, el Gobierno porteño dice contar con un perímetro de 55000 metros cuadrados en pleno Caballito que llama «Veredón Rivadavia», que les investigadores fueron a buscar y directamente no lo encontraron. A cambio, se llevaron una sorpresa enorme cuando el espacio verde en cuestión era en verdad una suma de 40 maceteros sobre ambas manos de Rivadavia. De ese estilo hay cientos más: desde un bulevar 100 por ciento pavimentado en Mataderos hasta parcelas de pasto magro a la vera del acceso a Dellepiane, todo cuenta a la hora de inflar el número.

«En la Comuna 3 observamos varias plazoletas que se encuentran enrejadas y, en ocasiones, los vecinos refieren que también están con llave y por ende no se pueden usar. De todas maneras sus espacios son exiguos, suelen tener piso de cemento o baldosas y poca vegetación. No cumplen entonces con los servicios ecosistémicos que deberían cumplir si tuvieran árboles y no macetas. Algunas plazoletas en general en distintas comunas tienen un poco más de espacio, pero si no hay juegos para niños, bancos y mesas como mínimo, resultan muy poco usables como plazas», precisó Myriam Godoy, integrante del Observatorio.

el cantero de Caballito de «5500 m2»

La situación es también crítica en los barrios populares. “El déficit de espacios verdes, si bien es un problema de casi toda la ciudad, no se distribuye de manera uniforme. Los diferentes relevamientos que realizamos evidencian que en los barrios populares este indicador es cien veces menor a los estándares ambientales recomendados. En Villa 20, un barrio centenario de la Ciudad, donde hace 6 años se lleva adelante un proceso de reurbanización, la superficie verde por habitante es de 0,122 metros cuadrados. Y mientras la OMS recomienda que cada tres habitantes haya un árbol, en promedio en la Ciudad contamos con un árbol cada 7 habitantes, y en Villa 20 con un árbol cada 80 habitantes”, precisó Maria Eva Koutsovitis, de la CLIC. 

En total, en la Ciudad hay unos 132 “veredones”, 22 espacios “bajo autopista”, 132 “canteros centrales”, 386 “plazoletas”, 109 “bulevares”, unos 110 “derivadores de tránsito”, diez “pasajes” y nueve “paseos”, entre otros espacios similares desperdigados en todos los barrios, que suman 497 de las 1600 hectáreas totales. Prácticamente todos estos espacios dependen de las comunas. Si se suman sólo los espacios comunales, la cuenta es peor: la oferta verde trucha llega al 40 por ciento. Algunos de estos espacios podrían contabilizarse como espacios verdes públicos, pero su superficie es compensada por aquellas plazas y parques que no cumplen con los requisitos legales para ser considerados como tales.

La cuenta final realizada por el GCBA, de todos modos, es generosa: dentro del total de los espacios verdes reales, se cuentan muchos que no tienen acceso gratuito, están privatizados, se transformaron en las terrazas verdes de estacionamientos subterráneos o que muchas veces fueron perdiendo vegetación frente al cemento y las rejas. En la ecuación también entran las reservas naturales, que forman parte de la oferta pero no son de cercanía. 

«Espacio verde» bajo autopsita

Falsas promesas

A través del nuevo Código Urbanístico, sancionado en 2018, el Gobierno porteño se comprometió a promover lo que llamó “Espacios Verdes de Proximidad”, una serie de parques y plazas de uso cotidiano que debían estar al alcance de les vecines, a una distancia no mayor de cinco minutos de caminata (400 metros). Se trató de una suerte de contraprestación a cambio de permitirle al mercado inmobiliario que se triplicara y hasta quintuplicara la capacidad constructiva en barrios residenciales de casas bajas, que iban a llenarse de potenciales nuevos habitantes. Pero nunca se cumplió. “Hace tres años que estamos esperando la planificación para alcanzar este objetivo. Pero para el Gobierno porteño construir ciudad sólo es habilitar negocios inmobiliarios sin considerar la infraestructura verde necesaria para garantizar un hábitat adecuado”, señaló Baldiviezo. 

Cuando asumió en 2015, Rodríguez Larreta prometió sumar 100 hectáreas a la oferta de espacios verdes públicos de la Ciudad antes de cumplir su primer mandato. Durante los debates por el destino de Costa Salguero, el propio Jefe de Gobierno dijo en una entrevista que el objetivo estaba cumplido. Sin embargo, fue desmentido por organizaciones civiles y referentes de la oposición, que pudieron demostrar, también en base a información que el propio Ejecutivo entregó al sitio Chequeado, que de las 100 hectáreas prometidas sólo 31 coincidían con lo que demanda el Código Urbanístico. Canteros, bulevares y macetones formaban parte, otra vez, de la “oferta” trucha de espacios verdes.

Cantero en Flores

“Es un listado dudoso donde se suman m2 de espacios públicos mayormente cementados o de espacios verdes aún no revelados (SIC) por las comunas que ascienden a las 31 hectáreas. Absolutamente no creíble. Los espacios no están relevados pero coinciden justo con el número faltante para llegar a las 100 hectáreas prometidas. También dicen que el Paseo del Bajo incorporó 16 hectáreas cuando casi la totalidad del paseo está cementado o a lo sumo son veredas verdes. Incorporan en el listado al Parque Natural Lago Lugano con 36 hectáreas. Este sitio históricamente fue un espacio verde que ahora tiene estatus de Reserva Ecológica. Para este gobierno cambiar el nombre de un espacio significa crear nuevos espacios verdes. Suman 3,5 hectáreas de las terrazas verdes que fueron creadas a partir de rellenar ilegalmente el Río de la Plata para la construcción de estacionamientos subterráneos de autos para Aeroparque. Otra terraza que no es verde que se encuentra en el listado es el Centro de Convenciones al lado de la Facultad de Derecho. Este techo cementado contabiliza por 1 hectárea. De un análisis rápido surge que de las 100 hectáreas declaradas como espacios verdes públicos, 87,5 son truchas. Lo que el Gobierno porteño no transparenta es que en estos últimos 10 años hemos perdido más de 150 hectáreas de espacios verdes públicos en la ciudad. Los indicadores son críticos con relación a la cantidad de metros cuadrados por habitante, con relación a la proximidad de los espacios verdes y con relación a la distribución equitativa por comunas y barrios. Un verdadero desastre urbanístico”, aseguró Baldiviezo. 

«Mas allá de los números engañosos y de su uso marketinero, lo que se busca es instalar el concepto de espacio verde como accesorio del desarrollo inmobiliario privado y que no puede existir sin él, argumento repetido una y otra vez en defensa de los proyectos de privatización de la costanera. En el modelo de la ciudad mercantilizada, no puede haber espacios que no tengan alguna rentabilidad. Hasta se busca denostar los parques y plazas históricos, calificándolos de “obsoletos”, y se contrapone el modelo de parque moderno cementado, con canteros bien ordenados de plantas nativas, y apto a la explotación comercial a cielo abierto o subterránea. Por eso los espacios verdes públicos genuinos de la Ciudad están bajo amenaza constante de privatización parcial o total. Si no fuera por la presión y vigilancia de la ciudanía organizada, la cuenta hoy podría ser mucho peor», afirmó por su parte Liana Battino, una de las autoras del informe.

“La Ciudad de Buenos Aires se encuentra en emergencia habitacional, sanitaria, climática y ambiental. Los estándares más reconocidos establecen como saludable para los centros urbanos disponer de entre 10 y 15 metros cuadrados de superficie verde por habitante. Sin embargo, la Ciudad de Buenos Aires, con menos de 6 metros cuadrados por habitante, se ubica entre las ciudades del mundo con menos superficie verde”, concluyó Koutsovitis.

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Matias Ferrari

Periodista, comunicador y militante social. Trabajó en Página/12 y colaboró en la investigación del libro "Macristocracia" publicado por Editorial Planeta.