Desde Cristina Kirchner hasta el rey de España estarán presentes esta tarde en Tegucigalpa para el acto de asunción presidencial de la flamante mandataria Xiomara Castro. La dirigenta de izquierda se impuso el pasado 28 de noviembre con el 51% de los votos y el Partido LIBRE regresó al poder 13 años después de que un golpe de Estado depusiera al expresidente y marido de Xiomara, Mel Zelaya.
Pero las cosas no empezaron tranquilas para la que será la primera presidenta de la historia del país centroamericano. Es que la semana pasada, incluso antes de que asumiera el mando del Ejecutivo, la alianza parlamentaria que la apoyaba se partió en dos pedazos, lo que decantó en que en el día de ayer juramentaran dos Congresos distintos: el que preside Luis Redondo -apoyado por Xiomara- y que tomó posesión en el Congreso; y el de Jorge Cálix, que dice seguir el programa político de Xiomara pero que logró aglutinar casi 20 diputados de LIBRE que juramentaron vía web.
Xiomara Castro Sarmiento llegó al poder tras ocho años de gobierno de Juan Orlando Hernández (JOH), un presidente vinculado estrechamente a la corrupción y el narcotráfico: de hecho, su hermano Tony cumple una cadena perpetua en Estados Unidos por haber filtrado toneladas de cocaína al vecino del norte. Durante la campaña electoral Xiomara prometió romper con el legado de JOH, dar marcha atrás con la liberalización económica, con el proyecto de Ciudades Modelo y la larga lista de concesiones a empresas multinacionales para explotar las riquezas hondureñas, sobre todo en el sector minero.
Previo a las elecciones, el partido LIBRE había trazado un acuerdo con el Partido Salvador de Honduras (PSH) que aceptó deponer su candidatura presidencial a cambio de presidir el Congreso. ¿El objetivo del arreglo? Construir una amplia unidad oficialista contra el Partido Nacional de JOH. EL fondo de la cuestión era garantizar una mayoría simple en un congreso de 128 diputados que se le presentaba adverso a la nueva presidenta. «Todos los candidatos a diputados aceptaron el acuerdo pero sorprendentemente un grupo que inicialmente fue de 20 diputados -pero ahora ya decreció a 17- dijo que no aceptaba el trato porque la presidencia del Legislativo debería pertenecer a LIBRE», explica en diálogo con El Grito del Sur la periodista de Radio Progreso, Iolany Mariela Pérez, sobre la curiosa situación de los Congresos paralelos.
«Es un sector que ha hecho alianzas con los sectores empresariales más oscuros del país con el objetivo de generar una crisis sin que siquiera haya empezado a gobernar la señora Castro Sarmiento», explica la analista en referencia al espacio de Jorge Calix que nucleó a los disidentes de LIBRE con los diputados de los derechistas Partido Nacional y Partido Liberal. El argumento de los díscolos de LIBRE es que Calix debería presidir el parlamento ya que su partido tiene la minoría parlamentaria más grande, con 50 curules.
La ruptura trajo aparejada una importante movilización popular que de desplazó hasta las puertas del Congreso en apoyo a la presidenta electa. Calix fue expulsado del partido LIBRE pero, sin embargo, refrendó su apoyo al programa político enarbolado por Xiomara Castro.
En la actualidad hay dos Congresos y Xiomara deberá lidiar con esa ruptura legislativa desde el día uno de su mandato. «La oligarquía hondureña no está dispuesta a ceder y por eso realiza esta operación», señala Pérez, quien insiste en la importancia de seguir de cerca la reacción de la comunidad internacional y del gobierno de Estados Unidos, de gran participación en Honduras sobre todo en materia de cooperación militar.
