Colombia, más cerca de terminar con la larga noche uribista

🇨🇴 Los resultados electorales de este domingo ubicaron al Pacto Histórico, liderado por el opositor Gustavo Petro, como la principal fuerza política en el país. Quién es quién en la contienda electoral y posibilidades en el camino rumbo a las presidenciales del próximo 29 de mayo.

Los resultados electorales que ubican al Pacto Histórico como la principal fuerza política en el país no emergieron de manera repentina, y mucho menos son producto de la buena suerte o el azar del destino. A pesar de la ausencia en los principales medios internacionales del tema Colombia, hay tres elementos que vale la pena destacar en el telón de fondo que antecedió a estas elecciones: por un lado, la firma y exigencia de implementación del Acuerdo de Paz firmado en 2016 entre las FARC y el Estado colombiano que, a pesar de no haber significado el tan anhelado “fin del conflicto”, sí corrió el eje de discusión de la política nacional de la guerra, hacia la paz, en medio de una apertura del debate público sobre la lectura de la historia y la elaboración de estrategias para la transformación del país. 

Por otro lado, está la crisis social y política que ha venido profundizándose de manera dramática durante los últimos años, cristalizada en materia económica, sanitaria, de empleo, entre otras variables a las que se suma la ya permanente crisis humanitaria que arroja solamente entre los años 2016 y 2022, 1322 líderes y lideresas sociales asesinadas por parte de actores armados que desarrollan disputas por el control territorial en diferentes regiones del país, lo que se vincula con el tercer elemento que fue la irrupción del Paro Nacional de 2021 donde el rechazo a esta crisis estructural, y en particular al modelo neoliberal y las medidas de Iván Duque, fueron la chispa que inició el incendio de la pradera de deslegitimación del gobierno nacional y rechazo tajante a su gestión. Según la encuestadora Invamer, la desaprobación de la gestión de Iván Duque a febrero de 2022 llegaba al 73 por ciento, cifra que tuvo su correlato en los resultados electorales del domingo pasado que abren el camino, nada más y nada menos, a la posible superación de más de 20 años de gobierno en manos del espectro político del uribismo. 

¿Quién es quién en la disputa electoral?

Ya en 2018, Gustavo Petro había llegado a competir en segunda vuelta contra Iván Duque por la presidencia. En ese momento, con un armado más próximo con Decentes —y producto de un agrupamiento de las fuerzas de la derecha, además de otras causas diversas— perdió las elecciones y se proyectó como objetivo político llegar a los comicios de 2022 con un armado que le permitiera finalmente llegar al gobierno nacional. 

En ese marco, se construyó la coalición del Pacto Histórico como principal articulación de las fuerzas de oposición, que además de contener expresiones partidarias como es el caso de la Unión Patriótica, el Polo Democrático, el Partido Comunista Colombiano, entre otros, fue impulsada por diferentes sectores y organizaciones sociales que vieron en la construcción de este espacio amplio la posibilidad de pasar finalmente la página del uribismo. El Pacto, entonces, se consolidó como la expresión progresista o de centro-izquierda del espectro político-electoral colombiano y levantó las difíciles banderas —en el contexto colombiano— de la defensa del acuerdo de paz, la justicia social y la democracia, con base en el reconocimiento de la diversidad política, étnica, biológica, cultural, entre otras; la conquista de derechos de las comunidades indígenas, campesinas, LBGTI+; y la lucha contra el racismo y las estructuras patriarcales. 

Gustavo Petro y Francia Márquez, líderes del Pacto Histórico.

Por otra parte, la Coalición de Centro Esperanza se conformó con el objetivo de consolidar un sector de centro que no estuviera “con los extremos” que representan las opciones del Pacto, y la continuación del Centro Democrático, partido de gobierno. Su ya ratificado candidato Sergio Fajardo jugó un rol protagónico en la segunda vuelta presidencial de 2018, cuando llamó al electorado de la alianza de Coalición Colombia a votar en blanco y aportando, por acción u omisión, a la llegada de Iván Duque a la casa de Nariño. A este espectro de “centro” se suman Ingrid Betancourt y Colombia Renaciente, que no fueron a consulta este domingo. Finalmente, la Coalición Equipo por Colombia agrupaba los principales candidatos y partidos de la derecha entre los que se encontraban Creemos Colombia, el Partido de la U, el Partido Conservador, entre otros que, junto al Centro Democrático, Cambio Radical y otros, con sutiles diferencias, encarnan a grosso modo la opción que ha gobernado al país por lo menos desde el año 2002 con la llegada de Álvaro Uribe Vélez a la presidencia. 

Un Congreso renovado: ganadores y perdedores —por ahora—

En medio de fuertes denuncias de fraude electoral, y con un alto nivel de conflictividad en diferentes regiones del país signado por paros armados de algunos actores como el ELN, se llevaron adelante unas elecciones que, aunque no fueron arrasadoras, fueron satisfactorias para el arco del Pacto Histórico (PH) y las diferentes fuerzas que lo componen. 

El objetivo de la coalición del PH era lograr consolidar una mayoría parlamentaria que, además de acercar al candidato que ganara la consulta interna a una holgada disputa por la presidencia, permitiera construir una bancada propia que garantice la gobernabilidad en una eventual victoria presidencial. A pesar de no haberlo logrado, el Pacto consiguió ganar 25 escaños de 172 en la Cámara de Representantes y 16 de 108 en el Senado de la República, consiguiendo 27 nuevas curules. Con esto, se consolidó como la principal fuerza política del país en cantidad de votos. Si superponemos el mapa electoral con los lugares de principal movilización durante el Paro Nacional de 2021, podemos encontrar un claro correlato que indica que las principales regiones de conflicto y rechazo a las políticas neoliberales del gobierno de Duque tuvieron una masiva votación al Pacto Histórico, como fueron Bogotá, Cundinamarca, Valle del Cauca, Cauca y Putumayo. 

Este positivo desempeño contrasta con dos importantes derrotas: por un lado, la que protagonizaron las expresiones electorales vinculadas con el gobierno nacional, como sucedió con el partido del Centro Democrático que perdió 21 escaños entre el Senado y la Cámara de Representantes y pasó de ser 1º a 5º fuerza a nivel nacional, a lo que se suma la pérdida de escaños del Partido de la U y Cambio Radical. Por otro lado, la mala elección del Centro Esperanza que parece indicar que el espacio político que buscaban ocupar, lejos del Pacto Histórico pero -por lo menos discursivamente- también del arco uribista, es muy pequeño y poco representativo: obtuvieron solamente 2.141.172 votos, y en la consulta interna Sergio Fajardo que, a pesar de que ganó con 723.084, obtuvo la votación más baja en comparación con los ganadores de las otras coaliciones, quedando debajo inclusive de la segunda candidatura del Pacto HIstórico. 

El partido del Centro Democrático, al que pertenece el presidente Iván Duque, perdió 21 escaños entre el Senado y la Cámara de Representantes y pasó de ser 1º a 5º fuerza a nivel nacional.

Sumas, restas y preguntas dentro del Pacto Histórico

Además de las cifras generales que obtuvo la coalición a nivel nacional, vale la pena destacar tres elementos: el primero, la importante participación que tuvo el PH en su consulta interna (cerca de 6 millones de votos), teniendo en cuenta que el tarjetón de las consultas no era entregado por los jurados electorales, sino que debía ser solicitado expresamente por cada votante. Por otro lado, la victoria de Gustavo Petro con 4.487.551 votos en dicha consulta por sobre Francia Márquez, la candidata interna por el Polo Democrático que obtuvo 783.160 votos, lo consolida como el candidato que permitiría proyectar una eventual victoria presidencial por sobre los candidatos de la derecha quienes, según las mismas cifras de las elecciones, serían los principales contendientes del Pacto. 

En tercer lugar, es precisamente el desempeño electoral que tuvo Francia Márquez, como expresión de movimientos y organizaciones sociales con agendas antirracistas, ambientales y feministas que, lejos de tener maquinarias electorales detrás, logró un importante caudal de votos dando cuenta de la irrupción en el mapa electoral de agendas que hasta ahora parecían secundarias en el debate político vinculado a las elecciones, pero que vienen impulsando importantes disputas en las organizaciones sociales y políticas, y que fueron protagonistas en el Paro Nacional de 2019, 2021 y diferentes movilizaciones. 

Rumbo hacia el 29 de mayo: un camino con algunas espinas

El camino hacia la primera vuelta presidencial va a estar marcado por las posibilidades y límites que tienen las principales fuerzas políticas para lograr articular, en poco tiempo y con los resultados del domingo pasado, acuerdos que permitan el triunfo sin necesidad de ir a una segunda vuelta presidencial. En el caso del Pacto Histórico, el buen desempeño en las elecciones legislativas puede tomarse como un indicador que abre posibilidades reales de disputa en la jornada del 29 de mayo, pero que no garantiza que solamente con su propio acumulado pueda ganarle a las fuerzas vinculadas a la derecha tradicional encarnada en la candidatura de Federico Gutiérrez y otras cercanas. Gustavo Petro necesita adelantar conversaciones con otros espacios políticos para llegar con un caudal electoral más robusto a la contienda, lo que implica, por supuesto, un juego de sumas y restas con los otros partidos e inclusive con las fuerzas políticas al interior mismo del Pacto Histórico. 

Una de las principales preguntas que arrojó la elección de Francia Márquez fue precisamente si la ex candidata conformaría finalmente la fórmula vicepresidencial de Petro, o si este cargo el candidato lo utilizaría como elemento de negociación con fuerzas como el Partido Liberal principalmente, quien obtuvo la mayoría de escaños en la Cámara de Representantes, además de otras fuerzas políticas. La pregunta sobre lo que esto implicaría hacia el interior del Pacto, en especial teniendo en cuenta que el caudal electoral de Márquez está protagonizado por la agenda política disruptiva que ella representa, que podría entrar a restarse en caso de que la ex candidata no ocupe un lugar estratégico dentro del diseño del eventual gobierno. En ese marco, vale aclarar que las demás fuerzas políticas que permitirían una mayor fortaleza al Pacto Histórico para ganar en primera vuelta podrían priorizar inclusive, por encima de la fórmula vicepresidencial, algunos ministerios estratégicos. 

El Pacto, para poder llegar a la victoria presidencial, apunta a una diferencia holgada de votos en la primera vuelta, un elemento clave teniendo en cuenta las elecciones de 2018 donde en la segunda vuelta presidencial, como dijimos anteriormente, las diferentes fuerzas del centro y la derecha construyeron alianzas para apoyar la candidatura del hoy presidente, con tal de evitar el triunfo de la Colombia Humana, escenario que podría repetirse y que complicaría seriamente la victoria de Gustavo Petro, que a todas luces, significaría la oportunidad tan esperada por los sectores populares en Colombia de empezar a pasar la página de la larga y terrible noche uribista. 

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