La muertes no moridas: la pesada carga de sobrevivir, la responsabilidad de narrar por los que no pueden hacerlo, el peso inexplicable de pensar que pudo haber sido uno. ¿Es posible crecer de golpe? ¿Cómo se atraviesa un trauma colectivo en carne propia? ¿Se puede contar Malvinas rompiendo años de espirales de silencio? En «Batallón Puloi», Oscar Luna, psicólogo, guionista y veterano de Malvinas, narra en primera persona, de manera amena y cálida, el dolor de una guerra.
Una gaviota que surca el cielo, un par de guantes que se comparten y el batallón de los encargados de la limpieza, blandiendo sus escobas en pleno combate, son algunas de las vivencias que Oscar narra en el libro donde reflexiona en voz alta sobre el rápido y doloroso tránsito del metegol a la trinchera, de Carapachay al frente de batalla, del barrio, el juego y la ingenuidad a la primera línea de combate. «A Malvinas fuimos pibes y volvimos veteranos. Imaginate si es jodido ser veterano a los 60, lo que implica serlo a los 20. ¿Qué transmutó en esa travesía?», se pregunta el autor como disparador de su diálogo con El Grito del Sur.
«Una cosa es hablar lo silenciado y otra muy distinta es meterse con lo silenciado». El libro no solo incluye un recorrido con imágenes literarias de los meses del combate, sino que también recopila algunos de los artículos que Luna ha ido publicando durante estos 40 años en el diario Página/12 y que permiten entender la evolución de ciertas lecturas. «En los artículos hablaba sobre lo silenciado, cómo eso tiene sus efectos. Y en virtud de las tantísimas muertes por suicidio que tenemos los veteranos de guerra, creo que algo de eso silenciado fue lo que llevó a tantos compañeros a quitarse la vida», afirma.
Hacer soportable lo insoportable. Buscar respuestas en palabras. “Los relatos sirven para contar ciertas cuestiones, pero también para abrir lo silenciado. Por eso planteo la muerte no morida, en función de poner en debate con qué cargamos los veteranos de guerra”, señala Luna. “La sociedad argentina siguió adelante con su expectativa de triunfo -en el Mundial, o en otra cosa-. Y los que cargamos con el peso de la derrota fuimos los que combatimos”, sentencia Luna.
¿Cómo mutó la lectura de Malvinas en la sociedad en estos 40 años? “Yo creo que hacia nosotros, los colimbas, siempre hubo un reconocimiento, un afecto, una calidez. La idea del libro es también rescatar la gesta del pueblo argentino: el pueblo estuvo presente como en ninguna otra guerra. Participó mandando cartas, cadenitas, la presencia se sentía mucho. Era una causa nacional, una guerra antiimperialista acompañada por muchos argentinos. Hoy no hay pueblo del interior que no recuerde Malvinas. Pero por supuesto después hubo una decisión política de la dictadura de barrernos bajo la alfombra, que no se hable más de lo que pasó y que la sociedad siga con su dinámica”, agrega Oscar.
La pandemia, como otro trauma colectivo, también abrió interrogantes. ¿Cómo puede intervenir el Estado para reparar el impacto de estos eventos traumáticos? Aquí, Luna cuenta con la ventaja de responder en su doble rol: como trabajador de la salud mental y como veterano de guerra. ¿Qué políticas públicas podría tomar el Estado en materia de salud pública y mental?
“Creo que antes que nada habría que sacar a Malvinas del 2 abril. Hay que ubicar a Malvinas en otro plano: qué implica el aguante, la solidaridad, el priorizar al otro antes que a uno. Cuando yo fui al frente, mi hermano Juan insistió para venir conmigo. Hay un montón de valores en juego que rescatan la parte humana y que se dan en esos momentos límites donde el humano se expresa bellamente. Ponerse en lugar del otro, los lazos. Nosotros éramos una dotación de 100 pibes: no hubo un solo conflicto entre nosotros”, señala. “El valor de la amistad es un valor argentino y sigue presente entre los veteranos de guerra. Lo que uno vivió con el otro son cuestiones a seguir pensando”.
Batallón Puloi se presentará este miércoles 30 de marzo a las 19 hs en el Centro Cultural Macedonia en Sarmiento 3632, en el barrio de Almagro.
