La Pugliese, como la llamamos, es una Escuela con mucha historia de participación: la Cooperadora nace conjuntamente con la creación de la escuela y es parte activa en impulsar varias de sus características actuales. Un plan de estudios orientado a Artes y Medios, con parejas pedagógicas en varias materias, una comunidad que consiguió un edificio nuevo, y que votó en conjunto el mismo nombre de la Escuela, entre otras.
Un dato importante: es la única Escuela Media de jornada completa en donde les estudiantes tienen que almorzar obligatoriamente en la escuela. No tiene instalaciones para cocinar en la misma Escuela ni un comedor lo suficientemente grande como para poder almorzar allí todes les estudiantes. Tienen que realizar turnos. El GCBA ofrece un servicio de viandas que llegan cocinadas y hay distintos horarios para almorzar según los años.
Lxs que más saben: lxs que comen
Como todes sabemos, comer en la Escuela no es considerado por el GCBA un derecho universal de les niñes y jóvenes sino que debe solicitarse por medio de un trámite. Uno de los problemas planteados es que con una matrícula de entre 250 y 300 estudiantes, hay alrededor de 100 pedidos de beca alimentaria, y una de las causas es que el trámite para solicitarla es cada vez más engorroso.
La Cooperadora junto al Equipo Directivo realiza todos los años una campaña para que las familias realicen el trámite de solicitud de beca alimentaria, que como dijimos, se fue complicando y “virtualizando” cada vez más.
Fue así que desde la comisión de comedor, nos propusimos primero relevar las opiniones de les estudiantes acerca de la comida escolar. Dos mamás de la Escuela realizaron una encuesta anónima en el comedor de la Escuela durante noviembre de 2018, aprobada por la Cooperadora y con la autorización del Equipo Directivo.
Nos encontramos con que el 61% de lxs estudiantes comía “a veces” la vianda provista. ¿Y por qué razones? Porque “no me gusta la comida de la escuela” (59%), “porque me quedo con hambre” (23%). Otras razones fueron “porque soy vegetariane”, “porque me gusta más la comida que traigo de mi casa”.
Profundizando las razones de que no gustara la comida, nos encontramos con que “la comida no tiene gusto o está mal condimentada” o “la consistencia de la comida me desagrada”, dijeron más de la mitad de les estudiantes encuestades.
Del mosaico de menúes que se entrega – los mismos 10 menúes que en las escuelas primarias – 2 resultaron los más aceptados: pollo o milanesa con ensalada. Pero el 41% de les estudiantes no comía los fideos con estofado.
Dejamos como resumen final de la encuesta el comentario de una joven en la encuesta: “estaría bueno que las viandas sean mejores porque estamos muchas horas”.
La base de datos de la encuesta se envió al Equipo Directivo para ponerla a disposición de les profesores que quisieran usarla en sus asignaturas para trabajar contenidos y se difundió a les delegades estudiantiles de cada año.
Un mes, muchas miradas
Con estos resultados en las manos, se nos planteó cómo seguir. Cómo tener un diagnóstico aún más preciso de la situación. También nos preguntamos si eran “legales” estas situaciones y cuál era la “legalidad” establecida, es decir, el pliego de licitación de comedores escolares. Y ¿cómo podíamos actuar desde la Cooperadora?
Para esto tuvimos intercambios muy valiosos con otras Cooperadoras de la Comuna 15.
Entonces, decidimos conseguir el pliego y proponer a la comunidad de la Escuela llevar adelante un mes de controles diarios. Enviamos la propuesta junto con un Formulario Google con un brevísimo instructivo para que cada familia que pudiera, se anote para controlar las viandas 1 vez al día. Le comunicamos la actividad al Equipo Directivo y a la empleada de la empresa concesionaria (Rodolfo Ferrarotti SRL).
Finalmente, entre el 2 de septiembre y el 2 de octubre de 2019 se realizó un control diario de las viandas, incluyendo peso de varias viandas cada día, fotografías, etc.
Se pesaron en total 143 viandas, de las cuales 93 – un 65% – pesaba menos que lo establecido en el Pliego. Pero no era cuestión de peso solamente.
También se detectó la reducción en el número de ingredientes (por ejemplo: el puré mixto era puré de papas o el arroz con manteca/queso se sirvió sin queso), guarniciones repetitivas (casi la mitad de los días – 44% – la guarnición fue puré de papas) y ocupando una proporción del plato mayor que la estipulada… entre otras cosas más.
Todo el proceso de control y las infracciones detectadas se volcaron en un Informe para difundir en la Escuela, y en noviembre de 2019 se envió una Carta Documento a la empresa Rodolfo Ferrarotti SRL detallando las irregularidades detectadas, que se habían ido asentando en el Libro de Órdenes de la Escuela. También realizamos con ayuda de un profesor un video para la difusión de los resultados.
Docentxs y estudiantxs: articulando con los contenidos curriculares
Una vez producido el Informe del control realizado por la Cooperadora con las familias, surgió la idea de articularnos con dos profesoras de Biología (2do y 3er año), que estaban trabajando el tema de nutrición. Se planificó un experimento, para el cual se tomaron muestras de los medallones de pescado y de verdura (que figura en el menú como “tortillita de verdura”, pero es un medallón rebozado). Las muestras se analizaron en el Comedor de la Escuela, luego de un almuerzo.
Este experimento demostró que el medallón de verdura estaba compuesto principalmente por arroz, y que el relleno del medallón de pescado da una reacción química débil de proteína (reacción de Biuret) y reacción positiva de Lugol (que ocurre cuando hay almidón). Es decir: el medallón no es de verdura y el relleno del medallón de pescado está mezclado con almidón.
Se tomaron fotografías y también en este caso se confeccionó un Informe que se hizo circular en la Escuela.
Todo el proceso motivó que a la brevedad se ponga en contacto con la Cooperadora una Inspectora del GCBA, que desconocía estas irregularidades y se mostró contrariada con la empresa. ¡Pero el GCBA realizaba controles de las viandas en el Comedor periódicamente!
Pandemia y después… la historia continúa
El 2020 nos trajo la pandemia, y los bolsones reemplazaron al Comedor. Fue todo un trabajo este cambio y la participación activa de la Cooperadora continuó aún en estas condiciones tan adversas. Se logró que las familias que más lo necesitaban accedan al bolsón y pasado un tiempo se realizaron controles sobre la calidad y cantidad de lo provisto.
Cuando se retomó la presencialidad en la Escuela, luego de mediados del año 2021, se renovó la Comisión Directiva de la Cooperadora y nuevamente se re-armó la Comisión de Comedor, retomando los controles.
Se volvieron a detectar exactamente las mismas irregularidades que antes de la pandemia, y además se detectó que un menú que se ofreció como “hipocalórico” para une estudiante que lo requería por indicación médica, fue ofrecido al conjunto de les estudiantes ese día. Es decir, se alimenta a les adolescentes de una Escuela de doble jornada con un menú “hipocalórico”.
La información de la encuesta combinada con los seguimientos del peso/composición de las viandas, revela que una proporción importante de lxs estudiantes podrían estar pasando el día en la Escuela sin comer lo suficiente y de una calidad nutricional y de una calidad nutricional acorde a su edad y etapa del desarrollo.
¿Y el derecho a la alimentación saludable y la salud? Bastante mal, gracias.
Necesitamos acciones conjuntas que modifiquen esta realidad para todes les niñes y adolescentes de nuestras Escuelas.
Diana Rubel/ María José Rodríguez (Csión. Comedor Cooperadora EEM 3 DE 7)
Paula Bruno (Presidenta Cooperadora EEM 3 DE 7 2018/2021)
Diego Farielllo (Presidente actual Cooperadora EEM 3 DE 7)
Toda la documentación mencionada en el artículo está disponible y puede ser solicitada al correo electrónico coopeem3de7@gmail.com
