«El oficialismo puede quedar muy debilitado incluso si parte de la oposición apoya el acuerdo»

🗣️ Facundo Nejamkis, analista político y director de la consultora Opina Argentina, analiza las posibilidades de que el acuerdo con el FMI se apruebe esta semana en Diputados y las nuevas fisuras que podrían abrirse en la coalición de gobierno.

En una de las semanas más tensas desde que asumió la presidencia, Alberto Fernández dio rienda suelta a sus laderos legislativos -Sergio Massa, presidente de la Cámara de Diputados, y Germán Martínez, jefe de bloque del Frente de Todos- para convencer a propios y ajenos sobre la necesidad de aprobar el proyecto de entendimiento con el Fondo Monetario Internacional (FMI), que busca refinanciar una deuda de aproximadamente 45 mil millones de dólares. También está haciendo lo suyo el ministro de Economía Martín Guzmán, quien se presentó este lunes frente a la Comisión de Presupuesto y Hacienda para despejar todas las dudas sobre el nuevo programa. Si bien existiría el acompañamiento de una porción mayoritaria del oficialismo y parte de la oposición, por estas horas el Gobierno negocia cambios al proyecto para evitar un escenario de conflicto.

El Grito del Sur dialogó con Facundo Nejamkis, analista político y director de la consultora Opina Argentina, para conversar sobre las perspectivas de que el proyecto se apruebe esta semana en la Cámara de Diputados y las distintas miradas que conviven tanto en el oficialismo como en la oposición respecto a este tema.

¿Qué balance hacés de la estrategia desplegada por el oficialismo para tratar esta semana el proyecto en Diputados?

Me parece que el oficialismo está haciendo lo correcto ya que tiene una situación de inminente cesación de pagos con los organismos internacionales de crédito. Yo comparto la visión general de que la Argentina no está en condiciones de afrontar una situación de este tipo por el impacto que tendría en una economía muy frágil: todo lo malo que tiene la economía argentina sería mucho peor en una situación de cesación de pagos y, desde ese punto de vista, lo que hace el Gobierno es intentar acumular la mayor cantidad de fuerzas para ir al Congreso y tratar que el acuerdo sea aprobado. Después podemos discutir si el Gobierno hizo bien o mal en establecer este mecanismo para validar esta nueva renegociación de la deuda con el FMI, que la había hecho el gobierno de Mauricio Macri sin pasar por el parlamento. También es cierto que el Ejecutivo se ve en la necesidad de articular esta base de apoyos -movimientos sociales, gobernadores y sindicatos- porque existe una sensación en el mundo ajeno a la coalición gobernante de que hay una fisura entre aquellos sectores que apoyan la línea que está definiendo el presidente Alberto Fernández y los restantes que señalan que la negociación no ha sido buena, que el Gobierno no ha sido lo suficientemente duro con el FMI y que el plan económico que surge del acuerdo no permitiría generar condiciones para repetir el triunfo electoral de 2019 en el año 2023. Por eso hay que entender el marco en que se produce esta estrategia: éste no es un gobierno que quiere poner sobre la mesa toda la fuerza que tiene para llevar adelante una medida de política económica, sino que se ve en la necesidad de demostrar todo lo que tiene.

Teniendo en cuenta las diferentes posiciones que conviven en el oficialismo, ¿qué posibilidades ves de que el Frente de Todos logre amalgamar una estrategia común en torno al tema FMI?

No me imagino el escenario de no-aprobación porque creo que hay una parte importante de la coalición gobernante que va a apoyar y, al mismo tiempo, una parte importante de la oposición de Juntos por el Cambio también va a respaldar. La izquierda no y los libertarios probablemente tampoco. Aunque no apoyen el memorándum, desde JxC van a apoyar el endeudamiento, por lo que daría la sensación de que los votos están garantizados. La pregunta es cómo queda representada la coalición de gobierno en ese escenario y ahí tenés dos posibilidades que van a marcar el estado actual de cosas y la discusión de fondo: la relación entre Alberto y Cristina, al menos en el aspecto legislativo. Un escenario es que haya una resistencia silenciosa de los sectores más duros que no acompañen positivamente la votación, pero que tampoco hagan una sobreactuación ni movilicen o voten en contra. Es decir, que simplemente se abstengan de apoyar el acuerdo y que eso no sea generalizado a todo el kirchnerismo. El mejor escenario sería que queden encapsulados los votos de los sectores más duros en una posición testimonial de abstención, lo cual le permitiría al Gobierno salir airoso con la mayor cantidad posible de votos del Frente de Todos y el apoyo de la oposición. El otro escenario sería que eso no suceda y que haya una gran cantidad de legisladores que voten en contra o se abstengan, que dejaría al oficialismo en una posición muy debilitada aún cuando una parte de la oposición lo apoye e incluso pueda aprobar el proyecto. Creo que el proyecto va a salir, la pregunta es si sale con un gobierno fortalecido o con un gobierno muy debilitado porque queda demostrado que tiene un lugar marginal o minoritario dentro de su propia coalición. Esa lectura se va a hacer también, independientemente de que el acuerdo salga aprobado.

¿Qué lectura hacés de las declaraciones de Wado De Pedro desde Europa diciendo que el acuerdo evita una «catástrofe en lo inmediato» mientras La Cámpora twittea en varias ocasiones contra el FMI?

Esas señales ambiguas no nos permiten saber con certeza, hasta el momento de la votación, si lo de Wado De Pedro es una decisión personal y él se manifiesta en su carácter de funcionario del gobierno, o si expresa una fisura dentro de su agrupación política. O si en realidad Máximo Kirchner es quien tomó la decisión personal de no acompañar el proyecto del gobierno pero después el kirchnerismo -más allá de sus diferencias- lo va a terminar apoyando. Hay una incertidumbre respecto a eso, pero uno tiende a pensar que hay un proceso de fisura dentro de la coalición gobernante que es irreversible. Una cosa es tener diferencias sobre si un funcionario de gobierno es bueno o malo, y otra cosa es tener diferencias sobre un programa económico en su totalidad y con el acuerdo con el FMI en particular.

Desde Juntos por el Cambio ven con terror la posibilidad de un default, pero no quieren quedar «pegados» al programa económico. ¿Qué actitud se puede esperar de las halcones y palomas del PRO, por un lado, y de la UCR por el otro?

Daría la sensación de que hay un sector que siempre tiende a redoblar la apuesta dentro de la coalición opositora. Me refiero a los halcones, los más duros. Éstos vienen siendo tensionados por los grupos libertarios, con quienes tienen vínculos y coincidencias ideológicas pero también posturas radicalizadas. Entonces los halcones no se pueden dar el lujo de perder la iniciativa política a manos de los libertarios. Eso forma parte del cálculo estratégico de los dirigentes políticos en su actividad cotidiana. Después hay que decir que la decisión del Gobierno de hacer pasar el acuerdo por el Congreso establece una especie de trampa, no en el mal sentido, pero al obligarte a votar todo de alguna manera la oposición que apoya el proyecto queda también apoyando el conjunto del programa económico que trae aparejado. Por ejemplo, el aumento de tarifas. A nadie que está en la oposición le gusta convertirse en socio de medidas antipáticas. Ahí el Gobierno va a depender de la cantidad de votos con la que cuente, sino va a tener que flexibilizar los mecanismos de votación para permitirles una válvula de salida a los opositores que no quieran apoyar el programa en su conjunto. Eso va a depender de la contabilización de los votos.

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Sebastián Furlong

Licenciado y profesor en Ciencias de la Comunicación (UBA). Retrato periodísticamente el conurbano y la ciudad de la furia. Agenda popular y política para analizar la realidad y aportar al quehacer colectivo.