El 22 de abril es el día mundial de la tierra, en este caso, el lema fue «Invertir en nuestro Planeta». Este día busca alertar sobre los impactos ambientales y la necesidad de restaurar los ecosistemas a lo largo de este decenio. En Argentina, las organizaciones ambientalistas y los movimientos sociales aprovecharon la fecha para movilizarse bajo la consigna “La deuda es con el Sur. Sin financiamiento no hay transición justa”
Las organizaciones ambientalistas y los movimientos sociales se movilizaron en el día de la tierra para pedir por la ley de humedales en 2022, un plan para la transición energética justa y la transición agroecológica para la soberanía alimentaria. Bajo el lema “La deuda es con el Sur. Sin financiamiento no hay transición justa” miles de personas se agolparon en las calles. En la apertura, el presentador de Sustentabilidad sin Fronteras, Cruz Ruax, planteó: “que escuchen los países del Norte, escuchen a América Latina, escuchen a todos los jóvenes que decimos que no vamos a soportar más la inacción y que vamos a exigir urgencia”, mientras se entonaba el cántico “yo defiendo mi tierra, yo nací con memoria, me volví ambientalista para cambiar la historia”.
Con cada movilización, el ambientalismo crece. No solo por la adhesión de miles de jóvenes que se inician en la militancia sensibilizades por la cuestión ambiental, sino también por el fortalecimiento de las articulaciones con los movimientos sociales de trabajadoras y trabajadores de la tierra, recuperadoras y recuperadores urbanos y asambleas en defensa de sus territorios. Estos movimientos, además de adherir a las consignas de la movilización, llevaron sus propios reclamos, como la ley para el acceso a la tierra, una ley de envases y la defensa de los territorios de los pueblos originarios. El movimiento ambientalista se empieza a impregnar de la historia y las reivindicaciones de los movimientos populares, pero también de los cánticos, de la mística y del tipo de discursos. “Estamos acá para reivindicar un ambientalismo nacional y popular” dice Lucìa, integrante de Jòvenes por el Clima.
Sin dudas, esta movilización será una bisagra para los movimientos ambientalistas. Por un lado, hay que destacar la separación de la movilización y la realización de dos eventos en paralelo. Mientras en el escenario principal estaban la mayorìa de organizaciones ambientalistas -Jóvenes por el Clima, Consciente Colectivo, Eco House, Sustentabilidad Sin Fronteras, la Red de Universitaries por la Crisis Climática, Climate Save y Alianza por el Clima- junto con los movimientos sociales, en otro escenario estaba la coordinadora “Basta de Falsas Soluciones”, un agrupamiento de asambleas, organizaciones y partidos polìticos del Frente de Izquierda. Por otro lado, hubo una inédita claridad y continuidad discursiva en las intervenciones que pivotaba en tres ejes: la relación desigual de nuestra región con el Norte, la hibridación con otras luchas históricas y la importancia de poner en el centro el bienestar del pueblo.
“La lucha por el ambiente justo y la justicia social son un mismo grito, son las caras de una misma moneda. La primera medida de adaptación al cambio climático es una sociedad más justa, porque quienes más sufren los embates de una crisis climática son los sectores populares, los que menos contribuyeron a la crisis. Mientras que los países del Norte, los que más contribuyeron a la crisis, son los mismos actores que integran el Fondo Monetario Internacional, que nos subyugan y que nos empobrecen” dijo Mercedes Pombo, referenta de Jóvenes por el Clima. Por su parte, Federico Pelegrino de Eco House planteó: “las mismas ideas que tenía San Martín, Bolívar y Belgrano. tal como nosotros cuestionaban la posición periférica y subordinada que nos ofrecía el centro del poder económico. Ellos, al igual que nosotros, soñaban con la unidad latinoamericana y la construcción de la Patria Grande”. En la misma línea, Mijael Kaufman de Consciente Colectivo manifestó: “estamos acá para seguir diciendo que Argentina y América Latina se tienen que desarrollar sin los colonialismos del Norte y sobre todo seguiremos diciendo que los principales responsables de esta crisis tienen que hacerse cargo”. En línea con la consigna de la movilización, sin dudas la deuda ecológica del Norte fue una de los ejes principales de los reclamos.
Por otra parte, hubo una innovadora articulación con otras luchas históricas de nuestra región. Por su parte, el referente de Eco House hizo un puente con muchas luchas de la juventud argentina: “La pasión de disputar el mundo para transformarlo, lo compartió el movimiento juvenil a lo largo de la historia. Es la misma pasión que tenían los pibes y las pibas que hicieron la reforma universitaria del 18’, las pibas del 40’ que conquistaron el derecho al voto femenino, los pibes y las pibas que consiguieron los derechos laborales, quienes fueron reprimidos en la noche de los bastones largo. Son las mismas ideas y la misma pasión que tuvieron los detenidos desaparecidos que enfrentaron la última dictadura cívico militar”. Mientras que Mercedes, hizo hincapié en las nuevas formas de opresión: “Los golpes de Estado de ayer, la invasión y el saqueo, hoy se traduce en sujeción económica, en desestabilización regional, en golpes blandos, pero sigue siendo el mismo proyecto de miseria planificada para América Latina”.
Por último, el abogado de Consciente Colectivo cuestiona a la dirigencia política: “lo que nos sobran son problemáticas ambientales y lo que nos falta son representantes que estén a la altura de esta crisis. A quienes niegan la crisis climática y socioambiental, a quienes callan ante la desidia política, a quienes creen que el único verde que importa es el dólar, les decimos que a fuerza de militancia vamos a seguir exigiendo que la crisis climática tiene que ser prioridad”. Mientras que la referenta de Jóvenes por el Clima exige la condonación de la deuda por el bienestar del pueblo: “No vamos a claudicar en nuestro reclamo por el reconocimiento de esta deuda ambiental, no solo en términos simbólicos, sino en términos materiales con la condonación de la deuda siguiendo criterios ambientales”. Para cerrar, Federico plantea un horizonte a seguir y cómo alcanzarlo: “tenemos que ser cada vez más, convocando desde el amor, que es la fuerza más grande que tenemos. En cambio, el odio, que viene del miedo, es algo que sienten las minorías económicas cuando pierden privilegios; mientras que las mayorías amamos cuando conquistamos nuevos derechos. No podemos seguir hablándole a la gente de la extinción, porque la gente se mueve para construir algo mejor. Hay que levantar la bandera de la industrialización de nuestro país. No somos la generación de ambientalistas que solo se preocupan por conservar los ecosistemas, somos la generación de ambientalistas que venimos a cambiarle la vida a la gente.”
