Un nuevo ataque contra el Álvarez Thomas

🏊🏼‍♀️ El Gobierno porteño recortó las clases de natación de los alumnos de la escuela Álvarez Thomas, que cuenta con una pileta construida por la cooperadora. La comunidad educativa denuncia un ensañamiento contra la institución.

La comunidad educativa del Álvarez Thomas, ubicada en el barrio de Agronomía, denunció que el Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires recortó la cantidad de clases de natación que tendrán los alumnos de 4° grado. La escuela ya ha sufrido otros ataques del Ejecutivo porteño: en septiembre de 2020 intervinieron la cooperadora, una de las más grandes de la Ciudad, que se caracteriza por ser un modelo de logro autogestivo que acompaña a la conducción pedagógica y que las familias lograron recuperar en diciembre de 2021. “Hay un ensañamiento contra el Álvarez Thomas”, dijo a El Grito del Sur Ana Zielinski, presidenta de la cooperadora.

Los alumnos del “Alva” todavía no empezaron las clases de natación porque, según explicó Zielinski, “cuando se retomaron las actividades presenciales este año nos encontramos con que el Gobierno de la Ciudad decidió hacer obras, que seguramente había que hacer, pero tuvieron dos años en los que no se hizo nada” y decidieron “empezar ahora cuando están las clases”.

“Por otro lado, nos encontramos con una nota dirigida a la conducción de la escuela con el cronograma de natación para los chicos del Álvarez Thomas en la que dice que los alumnos de jardín a 7° grado en lugar de tener natación durante todo el año, solo van a tener 14 horas de clases los de 4° grado, igual que los alumnos de las otras escuelas”, afirmó Zielinski.

La presidenta de la cooperadora explicó que el actual Plan Natación estipula que todos los alumnos de 4° grado de las escuelas porteñas deben tener 14 horas de clases de natación, pero establece excepciones para las primarias que son intensivas en Educación Física y para las escuelas sede -es decir, aquellas que cuentan con una pileta propia-, donde los alumnos de 1° a 3° y de 5° a 7° tendrán clases “solo si hay disponibilidad horaria y personal”.

“Escuelas sede hay tres, que son escuelas donde el Gobierno de la Ciudad construyó la pileta. La realidad es que no somos una escuela sede porque la particularidad del Álvarez Thomas es que fue la comunidad la que construyó la pileta. Y desde que existe la pileta todos los alumnos de jardín a séptimo grado han tenido clases de natación -aseguró Zielinski-. No cuestionamos que se use la pileta para otras escuelas, pero hay un claro retroceso en los derechos de nuestros hijos”.

La pileta, además, es el orgullo de la comunidad educativa: fue construida en 1971 por Héctor Sacco, director de la escuela en ese entonces, quien junto a otros integrantes de la cooperadora hipotecaron sus casas para pedir el préstamo que usaron para construir la pileta semiolímpica –que está techada y cuenta con baños, vestuarios y calefacción–, aulas nuevas y un comedor.

Manifestación de la comunidad educativa del Álvarez Thomas en 2021 para pedir el fin de la intervención de la cooperadora.

El conflicto entre el Álvarez y el Gobierno de la Ciudad comenzó en diciembre de 2017, cuando el Ministerio de Educación notificó a la escuela que “los alumnos de jardín dejan de tener clases de natación”. Los padres presentaron un recurso de amparo.

Un año después, el Gobierno de la Ciudad llevó más alumnos de otras escuelas al Álvarez Thomas porque había rescindido contratos con otras piletas porteñas que se utilizaban para el Plan Natación.

Y en 2019 se sancionó el decreto 149, que constituye al natatorio del “Alva” en un Centro Educativo Complementario (CEC). “Así borraron toda huella de lo que había hecho la cooperadora. No tenemos acceso al espacio que había para la coope dentro del natatorio, no sabemos qué dejaron ahí y no tenemos diálogo con el CEC. Yo como presidenta de la cooperadora pedí una reunión y me dijeron que no, que tenía que ir con el director”, remarcó Zielinski.

El sábado, la comunidad educativa se reunió para empezar a discutir qué acciones tomar frente a este nuevo embate contra la institución. “Hay mucha incertidumbre porque no sabemos qué otras escuelas van a estar en el natatorio y qué parte de la pileta vamos a poder usar -agregó la presidenta de la cooperadora-. Siempre tienen la misma solución: dejar de alquilar otros natatorios para meter la mayor cantidad de alumnos en uno solo. Los recursos para que más grados tengan natación están, lo que falta es definición política”.

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Ludmila Ferrer

Periodista y Licenciada en Comunicación Social (UBA). Escribe también en Página/12 y sigue más podcasts de los que puede escuchar.