Época invernal y a la escuela ¿se va en pollera?

👧 En Buenos Aires se han registrado las temperaturas más bajas en lo que va del año. ¿Qué sucede con las escuelas secundarias que exigen el uso de polleras? Las alumnas se organizan para pedir cambios en los códigos de vestimenta.

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En Buenos Aires se han registrado en las últimas semanas las temperaturas más bajas de lo que va del año, llegando a los 4ºC. En ese marco las pibas de las instituciones secundarias con uniformes obligatorios se organizaron y tomaron las medidas para exigir códigos de vestimenta adecuados a las condiciones climáticas en que viven.

Debido a la situación de emergencia sanitaria, los protocolos de salud y seguridad implementados en nuestro país decretaron que la vuelta a las clases presenciales en los niveles inicial, primario y secundario consta de seis pilares: asistencia cuidada, vacunación, uso de barbijo, ventilación, higiene y limpieza, y distancia. Las pautas que se definieron al comienzo del ciclo escolar para que tanto docentes como estudiantes tengan la garantía de volver a la presencialidad de la forma más segura posible no supusieron que ocasione problemáticas dentro y fuera de las aulas.

El contexto pandémico produjo cambios en todos los reglamentos. Que les chiques asistieran a clases con ventanas y puertas abiertas no estaba previsto cuando se hizo el reglamento actual. Pero las nuevas medidas no contemplaron los cambios de estaciones ni que algunas instituciones privadas pautan la obligación de usar pollera aún en temporada de frío.

María Luz Silva, llamada Luleh por sus compañeres, tiene 16 años y es estudiante del Instituto Casa de Jesús, ubicado en el barrio de Almagro. Actualmente es delegada de su curso y, al igual que otras chicas de la institución, padece los códigos de vestimenta impuestos por la reglamentación escolar.

Si bien en cada empresa, institución o escuela tienen normas de convivencia que hay que seguir, el colegio porteño no tomó en cuenta que el protocolo de salud no beneficiaría a las chicas del secundario. Esta situación no es menos preocupante teniendo en cuenta que son mujeres jóvenes, se cree que la escuela tiene la obligación de proteger a sus estudiantes, cuando las mismas se vieran afectadas.

“El uso de pollera es obligatorio hasta cuando los directivos deciden, cuando está habilitado sin riesgo de observación siempre es hasta la primavera, después de eso ya en octubre se tiene que volver a la pollera”, afirma María Luz. 

Si bien es correcto que los directivos cumplan con el protocolo de salud implementado a nivel nacional, no es razonable que no hayan surgido cambios en el código de vestimenta. La situación epidemiológica está sufriendo aumentos de casos y llegando a números preocupantes; sin embargo, esto no es suficiente para que el colegio tome medidas de cambio.

“El tema es que no estamos pidiendo ir al colegio con un jogging verde, o de cualquier otro color, sigue siendo parte del uniforme del colegio, entonces por qué no se nos permite ir con el pantalón”, comenta Luleh, alumna de Bachiller en informática.

Chicas de diferentes cursos del colegio se quejaron con sus delegados de curso, madres, padres y tutores a cargo. En las reuniones de delegados que se llevan a cabo en la institución -como parte de la comunicación entre directivos y alumnos- se solicitó la habilitación del uso de pantalón de Educación Física, de manera que el uso de pollera sea forma opcional. Sin embargo, la respuesta del colegio fue que es una cuestión de higiene por lo cual no se puede permitir y que alteraría un código de vestimenta el cual se elaboró para cumplirse.

“Hay chicas que dijeron no voy a ir al colegio con el pantalón porque ya me amenazaron que me iban a ´observar´. Llega a ser un maltrato psicológico: no solo te están haciendo morir de frío, sino que te están amenazando”, afirma Luleh. 

Aunque los preceptores del establecimiento solo cumplan con órdenes que van por encima de ellos, el hecho llega a tener un grado de violencia. La violencia no tiene por qué ser solo física sino también psicológica y estas acciones se ven cuando amenazan a las chicas de sancionarlas por no cumplir con un código que tranquilamente podría variar. La forma de vestir de una niña no tendría que ser condicionada por la decisión de los adultos, mucho menos en la época invernal que estamos viviendo.

Alejandra Judith Gatto, abogada civil, opinó que “desde el diálogo hay que buscar dentro de esa comunidad escolar una solución”.

Hoy existen varios medios de comunicarse y la institución tiene como deber no solo escuchar a sus alumnas sino también a las familias de los mismos, no solo por un tema de educación y derechos sino porque dentro de su reglamentación detalla que la institución desea crear un ambiente con acceso a la libertad y estimulación al diálogo entre educadores y alumnos.

Además, agregan aceptar el crecimiento armonioso de las capacidades socio-afectivas, físicas, morales e intelectuales. Entre los ítems que tiene el comunicado se le agrega el derecho a ser escuchados en todos los hechos que los involucran. Entonces, ¿cómo una escuela puede negar hacer lo que sostiene tener sus alumnos como derecho?

Las mujeres se vieron desfavorecidas por las reglas que implementa la sociedad machista, este tipo de acciones llevan a que no se evolucione en cuanto a las manera de trato hacia la mujer. ¿Cómo chicas de entre 13 y 17 años tienen que sentirse con miedo a que las sancionen por elegir entre su salud y una vestimenta? 

“No pienso parar hasta lograr el cambio, porque me parece inhumano. Con el frío que hizo y que está haciendo me parece algo que no se puede tolerar”, finalizó la alumna de informática.

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