Luego de la masiva movilización y el acampe en Plaza de Mayo, las organizaciones de izquierda levantaron su permanencia en el centro porteño con la promesa de volver a las calles. Este miércoles, unas 50 mil personas nucleadas en el bloque Unidad Piquetera se congregaron frente a la Casa Rosada para exigir un bono de 20.000 pesos para beneficiarios de planes sociales y una reunión con el flamante ministro de Economía, Sergio Tomás Massa.
Con la conducción política del Polo Obrero y Libres del Sur, el espacio opositor no consiguió la entrevista con Massa pero logró que una delegación fuera atendida por funcionarios del Ministerio de Desarrollo Social que conduce Juan Zabaleta. Ahora anunciaron dos nuevas acciones: el 17 de agosto, en el marco de la movilización del sindicalismo combativo, y el 22 de abril, en una movilización propia del movimiento piquetero.
«La Unidad Piquetera va a hacer una jornada el día 22 porque en esa fecha se convoca al Consejo del Salario Mínimo, Vital y Móvil. Pero ya el 17, junto con el SUTNA y el sindicalismo combativo, vamos a salir por un salario mínimo igual a la canasta familiar», explicó en diálogo con El Grito del Sur Eduardo Belliboni, máximo dirigente del Polo Obrero. «Salimos en conjunto con gremios que no acuerdan con la idea de la CGT de que no hay que dar ninguna lucha. Creemos que es imprescindible la lucha salarial en Argentina», comentó el referente piquetero desde la Plaza de Mayo.
«Los movimientos de desocupados independientes, que no tenemos cargos dentro del gobierno, acompañaremos la marcha del 17 del movimiento sindical combativo», señaló por su parte Vilma Ripoll del MST. «Nosotros venimos a Casa Rosada porque entendemos que hay cosas para reclamarle al Gobierno, no como la CGT que hace una marcha para no reclamarle a nadie». Su espacio político también participará de la movilización del 22 de agosto donde exigirán un salario de 109 mil pesos, equiparable a la canasta familiar.
La crítica a la conducción del movimiento sindical es una constante en los testimonios de los dirigentes de izquierda. «Daer no fue a visitar ningún hospital donde se morían las enfermeras», señaló Ripoll y denunció la connivencia entre el Gobierno y la CGT para llevar adelante un ajuste.
Consultados por el salario contra la indigencia, Belliboni explicó: «Es más miseria sobre la miseria. Las propuestas tienen que ser sobre trabajo, pero un subsidio de 15 mil pesos no es un subsidio contra la pobreza, es una limosna que algunos legisladores se lo toman en un vino». Y caracterizó un momento complejo: «Massa vino a cumplir a rajatabla el programa económico del Fondo Monetario Internacional».
Los piqueteros proponen un programa político propio: todo parte del no pago de la deuda con el FMI y a partir de allí son nutridas las coincidencias en el marco de las organizaciones de izquierda, desde la nacionalización del comercio exterior hasta el desarrollo con trabajo. «Para eso hay que dar vuelta la tortilla. No alcanza con un bono», concluyó el dirigente del Polo Obrero.
