Lucas Quelin es más conocido como @lucasdeprocto en las redes sociales. Proctólogo y activista de la diversidad, el joven se anima a tratar temas que siguen siendo tabú en nuestra sociedad utilizando herramientas pedagógicas y educativas. De espíritu jovial prefiere reservarse su edad, pero nunca sus opiniones. Videos de Tik Tok, placas con colores y emojis de duraznos y berenjenas son furor en su cuenta de Instagram donde recibe dudas de una #ProctoComunidad de más de 26 mil seguidores. Entre usuarios y pacientes agradecides, Lucas explica qué es la salud anal, qué advertencias hay que tener a la hora de usar sexs toys y cuáles son las consecuencias de los enemas. Además, advierte sobre la necesidad de llevar a cabo controles periódicos contra el cáncer de ano, recto y colon.
Entre el consultorio, el celular y el quirófano, el comunicador en salud y cirujano colorrectal habló con El Grito del Sur para despejar dudas y adentrarnos en un mundo que para muches aún continúa en las sombras.
¿Por qué decidiste estudiar proctología?
No fue una decisión tan pensada. La proctología es una subespecialidad dentro de la cirugía general así que yo no sabía desde el primer momento que quería dedicarme a esto, sino que fue más bien un proceso. Son decisiones que uno toma teniendo una idea de cómo puede llegar a ser y al final muchas veces termina siendo más amplio. Después, ya en la cancha me di cuenta que el abordaje involucraba otras cosas de mi personalidad que se fueron sumando y me fui apasionando.
¿Cómo empezaste con la divulgación por redes sociales?
La idea de divulgar en redes surgió porque me di cuenta que lo que yo estaba haciendo no lo hacía nadie. Al consultorio llegaban muchas personas gracias al boca en boca, pero no alcanzaba la difusión masiva que te da internet. Instagram está lleno de nutricionistas, dermatólogos, psicólogos que hacen contenido pero ni siquiera en mi nicho había proctólogos que se dedicasen a esto. La pandemia también ayudó, fue un momento en el que necesité contar lo que me estaba pasando. Hubo algunas resistencias, pero hoy es un antes y un después, tanto a nivel personal como de la comunidad.
¿Cuáles son las consultas más frecuentes que te hacen? ¿Cuál es el mayor tabú?
Las consultas en general son por alguna sintomatología. Lo primero que se piensa cuando hay dolor es que es por hemorroides y se desconoce la pluralidad de patologías. También está lo que respecta al cuidado cotidiano. El mayor tabú creo que tiene que ver con las consultas por sexualidad anal y cómo desarrollarla, porque ahí aparecen miedos impuestos, la religión, frases que alguna vez escucharon de parejas o ex parejas o de un amigo que les marcó.
¿A qué te referís cuando hablas de salud anal?
Salud anal es un concepto que venimos desarrollando desde hace un tiempo con algunos colegas que tiene que ver con pensarnos como seres humanos integrales que tenemos ano, un órgano que está trabajando constantemente. La salud anal busca llevar información sobre cómo me alimento, cómo ejerzo la sexualidad, cómo me hidrato, cómo defeco, cómo me cuido, pensando que nuestro ano no descansa nunca. Salud anal es todo el cuidado integral.
¿Por qué cuesta tanto que los hombres se conecten con su ano y hablen de sexo anal?
Tiene que ver con que gran parte de las construcciones sociales vinculan el ano con la sexualidad anal y eso es objeto de chiste y de burla. Esto viene arrastrándose de generaciones y generaciones que nunca se tocaron el ano, ni lo exploraron, ni saben cómo es. Es un proceso y yo creo que estamos avanzando, pero si queremos que los varones se deconstruyan tenemos que empezar a hablar del ano.
¿Por qué se cree que las mujeres no tienen que ir al proctólogo cuando no es así?
La especialidad proctología no tiene género. No sé si las mujeres van menos al proctólogo pero se asocia la proctología con el prefijo próstata cuando viene de proctum. Una de las cuestiones en las que yo trabajo es en acercar la salud anal a la salud trans ya que las mujeres trans que tienen próstata no querían acercarse al proctólogo porque tenían que esperar con otros hombres que las estaban mirando o recibían maltratos en los mismos consultorios. Trabajar este concepto acercó a un montón de mujeres trans a la salud anal.
¿Cómo se puede prevenir el cáncer de colon, de recto y ano?
Son tres cosas muy diferentes, pero en general la prevención tiene que ver con el cuidado cotidiano, con llevar una dieta variada, hacer ejercicio, disminuir el consumo de carnes rojas, sacar cualquier tipo de ingesta de tóxicos como puede ser alcohol, café o drogas. Esas son actividades preventivas. Además, todas las personas desde los 45 tienen que hacerse estudios de rutina y, si tienen un antecedente, diez años antes. Si existe algún síntoma es fundamental consultar al médico, controlar que no haya HPV, tener articulación con equipos de ginecología, de gastroenterología, etcéctera. La sexualidad anal no produce cáncer, eso es importante decirlo porque es uno de los grandes mitos.
¿Qué consejos le dirías a alguien que quiere incursionar en el sexo anal?
Mi consejo es que se comuniquen, que hablen con la persona con la que van a tener la relación sexual y también con los profesionales. Yo como proctólogo creé una figura de “apto proctológico” con la idea de chequear como está tu salud anal y obtener información. En el ultimo tiempo empecé a tener muchas consultas de primera vez y creo que eso es un gran logro, que vengan personas de 18 o 20 años a preguntarme sobre sexo anal y cómo tenerlo. Mi generación nunca tuvo ni siquiera educación sexual y menos sobre el ano así que ocupar ese rol es algo que me enorgullece y me da mucha satisfacción.
