Racismo, pero no bajo el mar

🧜‍♀️ En el marco de la presentación del último trailer de La Sirenita, El Grito del Sur habló con la activista antirracista Gilma Vieira da Silva sobre por qué es importante que exista una Ariel negra y cuál es su mirada sobre la representación de la negritud en la industria cultural.

La Sirenita vio la luz mundialmente por primera vez de la mano de Walt Disney Pictures en el año 1989. En esa versión, Ariel es una sirena adolescente blanca, con pelo rojo, que canta y baila. Dos semanas atrás, el conglomerado de medios presentó la remake de acción real de la nueva versión de este personaje a estrenarse en 2023, y, aunque ya era conocido que se iba a contratar a una protagonista negra para encarnarlo, fue mucha la polémica que se desató al ver a la actriz Halle Bailey dando vida a la icónica princesa submarina.

No es una novedad que históricamente los cuerpos blancos fueron la norma en casi todas las producciones multimediáticas que conocemos. Sin embargo, especialmente luego de la muerte de George Floyd en el año 2020, algunas compañías vienen trabajando para la inclusión en sus marcas con el fin de apoyar el reclamo antirracista a nivel mundial. 

Pero en el caso de Disney, la última princesa negra presentada al público fue Tiana, que debutó en la pantalla grande en el año 2009 con el largometraje “The Princess and The Frog” (La Princesa y El Sapo). Aunque ese personaje fue recibido con comentarios positivos entre la audiencia, la presentación de una Ariel negra el pasado 9 de septiembre recibió fuertes críticas de los sectores más conservadores y racistas de la sociedad.

En este contexto, El Grito del Sur dialogó con Gilma Vieira da Silva, activista antirracista e integrante de la Agrupación Xango Argentina y de la Coordinación General de la Red de Juventudes Afrodescendientes de América Latina y el Caribe (REDJUAFRO) para conocer su mirada respecto de esta cuestión.

La poca -por no decir nula- representación negra en la industria cultural masiva trae de la mano una falta de referentes de otras etnicidades para les niñes de todo el mundo. Entre otros, éste es uno de los motivos por los cuales es tan importante que Disney haya presentado una Sirenita con otro color de piel.

Acerca de la importancia que reviste que exista una Ariel negra, Gilma señaló: “Yo soy brasileña, y aunque sea un país con un 50% de la población negra, tuve muy pocas representaciones en la cultura o en la tele de personas negras. En su mayoría, eran varones o mujeres blancas. Y en las telenovelas, las mujeres negras siempre eran las que limpiaban o las que servían. Muy pocas eran las personas que tenían un rol más protagónico”. 

Aunque ya era conocido que se iba a contratar a una protagonista negra para encarnarlo, fue mucha la polémica que se desató al ver a la actriz Halle Bailey dando vida a la icónica princesa submarina.

La activista ratificó que este tipo de políticas inclusivas por parte de las empresas efectivamente hacen una diferencia en favor de la lucha antirracista y citó otro ejemplo de su vida personal: “En cuanto a juguetes, nunca tuve una muñeca negra, nunca tuve una representación para inspirarme”. Y agregó: “Creo que también hoy lo que se plantea es todo ese movimiento de tener dibujos con mujeres y varones negros, tener espacios, y soñar ser. Soñar ser hadas, princesas, sirenas…un niño negro nunca podía ser un papá noel, ponele, porque no veíamos esa reproducción. Todavía se estereotipa, pero estamos en el cambio”.

Lo que comenta Vieira da Silva se ve reflejado en el compilado de videos que se viralizaron en redes sociales pocos días después del estreno mundial del trailer de Disney, en el que se puede ver a varias niñas negras de todo el mundo incrédulas y emocionadas porque la princesa se parece a ellas.

Cuando se le preguntó si puede definir con sus palabras qué es el antirracismo, Gilma Vieira da Silva fue clara: “Es una forma de militar contra el racismo, que sería defender o tener ese combate de tolerancia cero a prácticas de racismo”. También afirmó que “hay que ir más allá: si en algún momento ves una práctica de racismo, que puedas tomar parte, porque el racismo es un problema de toda la sociedad y no solamente de personas negras, afrodescendientes, indígenas, o de las minorías raciales y étnicas”.

Pero entonces, ¿podemos decir que es suficiente con incluir cuerpos negros en las producciones? En este punto, Gilma advirtió que “más allá del marketing, también hay que pensar cómo trabajamos eso en la estructura: más allá de traer producciones negras en sus diseños o animaciones, también hay que pensar internamente cómo creamos cargos de gerencias y de direcciones para personas negras y racializadas. El antirracismo también es pensar eso: que está buenísimo que las infancias tengan representaciones negras, pero cómo también garantizamos que las empresas de la cultura puedan tener gerencias negras, indígenas, trans, personas con discapacidad y que sea una inclusión verdadera, más allá de la representación mediática. Que sea una representación integral”.

Con la presentación en sociedad de la nueva Ariel, las redes sociales no tardaron en llenarse de comentarios odiantes de sectores racistas manifestando descontento porque Disney no respetó el formato original de la historia. La activista aseguró no estar sorprendida de que en pleno 2022 todavía un sector de la sociedad se haya escandalizado con el color de piel de la protagonista y concluyó: “Ariel no existe. Básicamente eso: las sirenas no existen y punto. Defendemos seres que no existen. Ariel puede ser narrada de distintas formas. Puede ser una sirena blanca, indígena, asiática, con discapacidad… es un ser mágico creado por la comunicación y la narrativa. La podemos reproducir de distintas formas. El escándalo es que históricamente tuvo una representación blanca y hegemónica, y por eso la gente se shockea”.

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