Las tomas de escuelas en la Ciudad de Buenos Aires continúan escalando la tensión entre estudiantes secundaries, docentes y el gobierno porteño. Uno de los puntos principales en debate son las “Actividades de Aproximación al mundo del trabajo” (ACAP), prácticas preprofesionales no rentadas que el Ejecutivo de Horacio Rodríguez Larreta lanzó este año y que ahora se encuentran en el centro de la polémica.
Estas prácticas se impusieron por decreto y contravienen a la propia ley 3.541 de Educación de la Ciudad. Así lo entiende Gustavo Moreno, Asesor Tutelar del Poder Judicial de la Ciudad, quien presentó un reclamo por la ilegalidad de las ACAP que desde el 7 de septiembre de 2020 espera la resolución del Tribunal Superior de Justicia de CABA.
Las principales críticas se centran en el carácter inconsulto de las ACAP, en que las prácticas se evalúan, son obligatorias y forman parte de la currícula escolar. Sin embargo, no cuentan con evaluación pedagógica, la movilidad queda a cargo de los propios chicos y chicas (que muchas veces tienen que atravesar la ciudad entera) e incluso algunas prácticas incluyen un código de vestimenta.
Asimismo, queda más que claro que ninguna de las prácticas tiene una relación directa con la formación pedagógica de les estudiantes y muchas veces atentan contra la propia cursada. Para muestra un botón: desde la Escuela de Danzas Nelly Ramicone hicieron una sentada porque las ACAP se contraponían directamente con los talleres específicos de danza que tienen a contraturno.
En el Lengüitas, se informó a les estudiantes de la modalidad bilingüe que las prácticas iban a realizarse en inglés, atendiendo a clientes y turistas del hotel Marriot. Sin embargo, la realidad fue más hostil: los pusieron a lavar platos en la cocina y a muchos no los dejaron estar frente al público, ya sea por tener el pelo teñido de colores o por usar piercings.
Segun el GCBA, las ACAP tienen como finalidad brindar a les estudiantes de 5°año -de escuelas de gestión estatal y privada- experiencias pedagógicas concretas para ampliar sus oportunidades de aprendizaje y formación. Pero no pareciera enmarcar en esa categorización lo sucedido en la escuela de Villa Lugano: en la pasantía designada en el Hotel Hyatt les exigen zapatos negros de taco cerrado, que las alumnas no poseen pero deben garantizar.
Según fuentes oficiales, las prácticas impactan sobre 29.400 alumnos de 442 establecimientos de gestión pública y privada. Del otro lado del mostrador, entre las empresas que se anotaron destacan Pampa Energía, Banco Ciudad, Accenture, Ente de Turismo de la Ciudad y Stamboulian, entre otras. De hecho, recientemente se conoció la firma de un convenio entre el Ministerio de Educación porteño y el Centro de Monitoreo Urbano del Ministerio de Justicia y Seguridad, que habilita que las prácticas también puedan realizarse en la Policía de la Ciudad, una propuesta que despertó el rechazo del movimiento estudiantil y de los sindicatos docentes.
En diálogo con este medio, desde el Lengüitas explicaron que «mandaron a un 5º al Hotel Marriot, que fue una experiencia muy mala, y a otro 5º a CACYR». La CACYR es la Cámara Argentina de Concesionarios de Servicios de Comedores y Refrigerios (CACYR), ubicada en la calle Solís. Allí, les estudiantes debieron hacer «un curso de manipulación de alimentos» y diseñaron «una dieta como para un deportista vegano», según consigna Télam.
La iniciativa de las ACAP no contempla a les 3 mil estudiantes de las 52 Escuelas Técnicas ubicadas en el territorio porteño -39 de gestión estatal y 13 de gestión privada-. Sin embargo, muchas de ellas se solidarizaron con el reclamo: tal es el caso de la Escuela Fernando Fader ubicada en el barrio de Flores.
Actualmente, cinco colegios continúan tomados y el movimiento secundario permanece en pie de lucha. Solo entre 2016 y 2022, el presupuesto del Ministerio de Educación de CABA se redujo 19,5 por ciento en términos reales.
