Escuelas sustentables: energía solar para la escuela y el barrio

☀️ Desde hace tres años, la Escuela Antonio Devoto de la Ciudad de Buenos Aires se abastece de energía por medio de paneles solares. Además, se convirtió en la primera institución pública en distribuir el excedente a la red eléctrica. ¿Cómo surgió esta iniciativa y qué alcances tiene?

En el barrio porteño de Villa Devoto se ubican la Escuela Primaria N° 15 y la Escuela Secundaria N° 3. Ambas comparten la misma cuadra, se llaman Antonio Devoto (en honor al fundador del barrio) y comparten la misma particularidad: poseen paneles solares para abastecer de energía al edificio.

La iniciativa surgió de una propuesta de les docentes a sus estudiantes de educación secundaria en el año 2014. En ese momento les pidieron pensar en un proyecto para presentar en la Legislatura porteña en el marco del programa La Legislatura y la Escuela. Silvana Justo, actual directora de la secundaria N°3, reveló a El Grito del Sur: «La iniciativa se les ocurrió a los alumnos, luego el proyecto fue enviado a la Legislatura para su evaluación y posterior aprobación, el nuestro consistió en un proyecto vinculado a la sustentabilidad». En una declaración para IPSnoticias, el estudiante Sebastián Ieraci comentaba por qué se les ocurrió proponer la instalación de paneles solares en la escuela: «Se nos ocurrió porque sabíamos que la terraza de la escuela no tenía ningún uso y que hacerlo podía ser doblemente beneficioso, en lo ambiental y lo económico, ya que la escuela podría generar su propia energía».

En 2016 el gobierno porteño realizó un estudio de prefactibilidad, mediante el cual se buscó averiguar qué lugares eran favorables para la instalación de paneles solares. Del relevamiento ubicaron 140 terrazas, de edificios de escuelas públicas, que eran terreno fértil para la implementación del sistema de energía renovable. Las instalaciones del Antonio Devoto cumplían con los requerimientos necesarios, por lo que el proyecto resultó ganador de BA Elige N°12.535 «Módulos fotovoltaicos Comuna 11». De esta manera, a finales del 2019 se procedió a la instalación de los paneles. Justo destacó: «Desde el Gobierno de la Ciudad financiaron el proyecto, aportaron los fondos para realizar la instalación». 

A inicios del año 2020 comenzó a funcionar y se convirtió en un caso pionero, al ser la primera institución pública en inyectar el excedente energético -producido por los paneles- a la red pública. Esto fue posible gracias a la Ley 27.424 «Régimen de Fomento a la Generación Distribuida de Energía Renovable Integrada a la Red Eléctrica Pública», reglamentada a fines del 2018. Esta normativa establece el marco legal para la utilización de energías renovables, e incluye la posibilidad de que el usuario pueda distribuir el excedente energético a la red pública mediante la instalación de un medidor bidireccional que queda a cargo de la compañía distribuidora de electricidad en el barrio, en este caso Edesur. En este aspecto, la directora del colegio reconoció la labor comunitaria que implica contar con energía solar: «El excedente se distribuye en la red eléctrica del barrio, esa era un poco la idea también, realizar una labor que beneficie a los vecinos». «Estamos en proyecto para poder suministrar el excedente energético al Hospital Zubizarreta; para darse una idea, con ese excedente se podría abastecer de energía a la mitad del hospital», concluyó.

El proyecto forma parte del programa Escuelas Verdes y contó con la supervisión de la Subsecretaría de Tecnología Educativa y Sustentabilidad de la Ciudad de Buenos Aires. En la actualidad el sistema sigue suministrando energía a la escuela, aunque Justo advirtió: «Hoy siguen funcionando, pero el mantenimiento de los paneles se realiza cada cierto tiempo, e implica un costo económico importante».

En el barrio porteño de Villa Devoto se ubican la Escuela Primaria N° 15 y la Escuela Secundaria N° 3. Ambas comparten la misma particularidad: poseen paneles solares para abastecer de energía al edificio.

El rol de «Escuelas Verdes»: más sustentabilidad

Escuelas Verdes es un programa que depende del Ministerio de Educación e Innovación de CABA y pertenece a la unidad de Proyectos Especiales Educación para la Sustentabilidad. Inició su actividad en 2010 y su propósito es «fomentar la sustentabilidad a través de la educación y la gestión ambiental en las escuelas». 

Para este organismo, una Escuela Verde es aquella que «incluye a la Educación Ambiental en el proyecto escolar y en la currícula de contenidos del colegio, y establece relaciones de cooperación recíproca con la sociedad civil en su conjunto», y que además «fomenta prácticas sustentables y gestiona ambientalmente sus recursos». En la actualidad hay 439 escuelas reconocidas en el marco del Programa.

Otras escuelas que cuentan o contaron con paneles solares en CABA son: el colegio Washington School, que en 2019 instaló un sistema fotovoltaico conformado por 14 paneles solares, y la escuela técnica N° 1 Otto Krause, que en el mismo año puso en funcionamiento 80 paneles solares. Además, en la escuela Media N°3 de La Boca se encuentra el laboratorio de energías renovables, un espacio educativo e innovador cuyo objetivo es concientizar a docentes y alumnos sobre el uso responsable de la energía y promover la gestión sustentable. Mientras tanto, en la provincia de Buenos Aires pueden mencionarse los casos de la escuela Primaria N°24 «Dr. Patricio Brenan», el Centro Educativo de Producción Total (CEPT N°29) de la localidad de Magdalena, y la escuela Agrotécnica N°1 de Mercedes, entre otras.

El emblemático caso de Mar Chiquita

En 2018, la escuela Primaria N°12 «Brigadier General Manuel Hornos» se convirtió en un caso emblemático, al ser la primera escuela en la Argentina, y la segunda en Sudamérica, 100% autosustentable. El edificio está ubicado en Mar Chiquita, una localidad costera de la Provincia de Buenos Aires. La construcción demoró alrededor de 45 días y estuvo a cargo del arquitecto Michael Reynolds, director de Earthship Biotecture y creador del método constructivo basado en la reutilización de materiales reciclados. En la construcción se utilizaron materiales como cubiertas usadas, latas, botellas y cartón. La idea fue re-encauzar lo que normalmente desechamos. El edificio dispone de un sistema que permite reciclar el agua de lluvia para otros usos, cuenta con paneles solares para autoabastecerse de energía eléctrica, y recurre a otro mecanismo para mantener la temperatura entre los 18°-25° durante todo el año. Además, se beneficia de su propia producción de alimentos, ya que posee una huerta con fines pedagógicos que cultivan les alumnes y docentes. En la actualidad, la asociación civil Amartya se encarga de promover y fomentar los hábitos ecológicos y sustentables que se llevan a cabo en la escuela.

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