¿Por qué las mujeres afro crearon un día para ellas?

👩🏿‍🦱 El 25 de julio es el Día Internacional de la Mujer Afro. Cómo y por qué se creó esta fecha y por qué es central para construir un verdadero feminismo interseccional.

Es común que en determinadas fechas algunas personas empiecen a cuestionar “¿Por qué existe un día para las mujeres y no para hombres?”, “¿Por qué existe un mes para el orgullo de las personas LGBTIQ+ y no para las personas heteros?” y etc. En este caso particular, les comparto porque existe una fecha específica para pensar las mujeres afrodescendientes de Latinoamérica, del Caribe y de la Diáspora. 

La fecha tiene como marco el primer encuentro de Mujeres Afro, impulsado por la actual Red de Mujeres Afrolatinoamericanas, Afrocaribeñas y de la Diásporas (RMAAD), el 25 de julio de 1992. En este encuentro, mujeres afro de más de 32 países se unificaron para compartir las distintas situaciones que vivenciaban, cómo podían articularse para unificar fuerzas y cómo harían incidencia en los Estados para luchar por políticas públicas específicas. 

Pero, ¿por qué una fecha diferente si ya existe el 8 de marzo? Para entender esto, es importante repasar la historia de los feminismos, este movimiento que históricamente ha sido marcado por la realidad de mujeres blancas, lo que representa un feminismo blanco (leer más en Afrocolectiva), un feminismo que muchas veces borró la histórica lucha de las mujeres afro, negras, indígenas y trans. 

Encuentro de conmemoración del 30 aniversario del primer Encuentro de Mujeres Negras para Mujeres Negras Activistas de todos los países de América Latina y el Caribe de 2022. Foto: RMAAD.

La primera ola del feminismo, que tenía como uno de ejes centrales el derecho de las mujeres a insertarse en el mundo social-laboral, nunca pautó el hecho que las mujeres afro siempre han sido objeto del trabajo esclavizado y posteriormente precarizado. Para la fecha las personas esclavizadas, en especial las mujeres, estaban luchando existir en su condición de humanidad que la colonización y la esclavitud se llevó. En este sentido, traigo una importante frase de Sojourner Truth una abolicionista y activista por los derechos de las mujeres, que en 1871, en el marco de una Convención por los Derechos de las Mujeres en Akron, Ohio, dijo: “¿Acaso no soy una mujer?”. Esta fue su forma de denunciar cómo los debates sobre los derechos de las mujeres borraba e invisibilizaba totalmente la situación de las mujeres afro al no pautar cuestiones básicas que las afectaban, como la lucha contra el racismo. 

En las demás olas del feminismo, luchas importantes eran priorizadas por sobre otras y, una vez más, la voz y la situación de las mujeres afro no quedaban en el mismo nivel que la de las mujeres blancas. En Estados Unidos, en el auge de la lucha por la despenalización y acceso al aborto, las mujeres afro denunciaban las masivas esterilizaciones que se realizaban en las corporalidades con capacidad de gestar negras. Sin embargo, esta realidad fue totalmente invisibilizada (leer en esta nota). Pero, ¿cuántas veces se les reconoció a las mujeres afro su importancia en la lucha por el aborto? ¿Cuántas veces escuchamos las denuncias de esterilización en mujeres negras e indígenas, no solamente en Estados Unidos, sino en varios países de la región y del mundo?

La palabra interseccionalidad, que tiene su marco en la lucha por visibilizar la situación de las mujeres afro, muchas veces es usada sin este reconocimiento. Este término fue acuñado por Kimbelé Crenshaw en 1989, en el marco de la discusión de un caso concreto legal, que tenía el objetivo de evidenciar la invisibilidad jurídica de las múltiples dimensiones de opresión experimentadas por las trabajadoras negras de la compañía estadounidense General Motors. Este caso explicitaba las situaciones de violencias y discriminaciones por razones tanto de raza como de género. Actualmente, el concepto de interseccionalidad se utiliza para pensar la raza, el género, la orientación sexual, la nacionalidad, la edad, la discapacidad, etc. Esta concepción más amplia, busca comprender las identidades que se correlacionan en un mismo individuo, por lo que una misma persona puede sufrir múltiples discriminaciones. 

En la actualidad, investigaciones realizadas por la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) apuntan que en Latinoamérica el desempleo afecta más a las personas negras, indígenas y trans, y dentro de estos grupos, especialmente a las mujeres y jóvenes. La tasa de pobreza y pobreza extrema se acentúa en las poblaciones afrodescendientes. Y aunque en la actualidad las mujeres afro tengan acceso a niveles educativos más elevados, los sueldos son inferiores a los que perciben los varones y, en algunos casos, los de mujeres blancas en mismos puestos.

De este modo, tener una fecha para visibilizar estas realidades es crucial. Como afirma Paola Yáñez, coordinadora general de la Red de Mujeres Afrolatinoamericanas, Afrocaribeñas y de la Diáspora (RMAAD): “Pese a los avances logrados, hay mucho por hacer para enfrentar las desigualdades históricas y más en este momento donde la brecha de la desigualdad se ha ampliado y ha tenido un impacto especial en la vida de las mujeres afrodescendientes”. 

Tener solamente un día conmemorativo no es suficiente, pero que la fecha sirva para poner el foco en los temas vinculados a las mujeres afrodescendientes es un paso para trabajar hacia la igualdad y la justicia, así como para recordar la importancia sociocultural de las mujeres afro en la historia de la humanidad.

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Gilma Vieira da Silva
Afrobrasileña, migrante en Buenos Aires. Lic. en Trabajo Social (UnB, Brasil) y Mg. en Derechos Humanos (UNSAM, Argentina). Coordinadora de programas #EsConESI y Dale Más Afro en Impacto Digital. Coordinadora general de la Red de Juventudes Afrodescendientes de América Latina y del Caribe (REDJUAFRO). Investigadora de la Red de Mujeres Afrolatinoamericanas, Afrocaribeñas y de la Diáspora. Investigadora en temáticas de género, interseccionalidad, afrodescendencia y discriminación racial.

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