Navegar en (lo que fuera) un río de mierda

🌊 Crónica de un viaje en lancha por el que fuera el río más contaminado de nuestro país. Política, historia, ambientalismo, María Julia, Ezequiel Demonty, ingleses, patriotas y sueños.

1. Ezequiel

«Ya está solucionado, aprendieron a nadar», respondió el oficial Samohano. Eran tres: Claudio (14), Julio (18), y Ezequiel (19). Gabriela había zafado porque se puso pilla y mintió: dijo que estaba embarazada. “Rajá de acá que si no te vamos a sacar el guacho por la boca». Era 14 de septiembre del 2002 y volvían del mítico Radio Studio al barrio pobre de Pompeya. Pero la primavera no llegó ese año en la familia Demonty. El cuerpo de Ezequiel fue encontrado al día siguiente sobre una de las márgenes del Riachuelo. Estaba ahí, inerte, sin vida, como los desechos que se agolpaban. Como la mierda que flotaba en el Riachuelo.

Ezequiel Demonty

2. Que nos tape la mierda

Hubo un tiempo no muy lejano en que los italianos que llegaban a La Boca traían más tuberculosis que cámaras de alta gama. Corría 1942, en primavera llovió mucho y la zona era precaria. Todavía había arroyos, zanjones y humedales, las cloacas eran un sueño lejano y las viviendas eran chapas de colores. Desde el balconcito del Parque Lezama comenzaba la zona inundable. Las casas del barrio tenían un escaloncito a la entrada y las familias guardaban sus bienes en el primer piso. Pero durante años la inundación había amainado. Hasta que en 1942 llovió mucho. El agua tapó todo: hubo que evacuar. Había muchos depósitos ilegales de combustible. Sonó la alarma de inundación, pero había mucha gente nueva en el barrio que perdió todo: de muebles a mascotas. La huella de agua, mierda y combustible alcanzaba casi los tres metros ochenta por sobre el piso. Ahí, sobre la pared quedó una pequeña marquita oficial, un alerta para los desprevenidos. Una herida. Silenciosa.

La Boca (año 1942)

3. La historia de nuestro suelo

Primero fue la colonia con los saladeros, los hueseros y las curtiembres. Después los ganaderos y los frigoríficos: la Negra, la Blanca y el Anglo. Muchos de origen inglés. Todo lo que no servía, iba al río. Basura, resagos, residuos, maquinaria oxidada, aceite de motor, mierda. En un río de llanura, sin movimiento ni pendiente, la mierda se estanca, se hace sedimento. Después llegó el peronismo y con éste las metalúrgicas, las textiles, la SIAM o Fabricaciones Militares. El Riachuelo era la zona extramuro donde la sociedad legitimaba que iban los residuos. El «área de sacrificio» a cielo abierto. La canaleta, el caño, el pozo, el desagote.

Riachuelo circa 1920

4. María Julia

Ella usaba tapado de visón. No era raro: corrían los 90, era hija de un militar y de la Universidad Católica. Funcionaria pública, era secretaria de Ambiente. María Julia prometió como se prometía entonces: un cohete a la estratósfera, una Argentina productiva o limpiar el Riachuelo en mil días. El Támesis había tardado 30 años, pero María Julia prometió diez veces menos y agregó que, una vez finalizada, se tiraría a nadar. En 2004 fue condenada por enriquecimiento ilícito: su patrimonio creció de 400 mil a 2,5 millones de dólares durante las presidencias de Carlos Menem. Cuando se fue, el Riachuelo todavía olía a mierda.

María Julia Alsogaray

5. Ambientalismo es justicia social

El eje cloacal siempre fue importante, ya que muchos desagües se vierten allí. Antes de que se iniciaran las tareas de saneamiento de ACUMAR, apenas 20% de las personas que vivían a las orillas de la cuenca tenían cloacas. Ahora llegan al 60%, pero no se festeja: cuatro de cada diez siguen vertiendo al río. Hay proyectos, hay financiamiento, es caro, es complejo. A los pibes que en la década de 1990 vivían a las orillas del Riachuelo les crecían lagañas, pústulas, se les infectaban las vías respiratorias. La absoluta mayoría eran pibes pobres. La absoluta mayoría tenía que salir de su casa cuando escuchaba que la lluvia se prolongaba por más de una hora. Ambientalismo es justicia social, no lavar pingüinos empetrolados.

6. La espalda de la Ciudad que se limpia con la tuya, catamarqueño

Más de 4 millones de personas habitan en la cuenca del Río. En la Ciudad de Buenos Aires acaricia las costas de La Boca, Barracas, la Villa 21-24, Soldati, Pompeya o Lugano. Una cara de la ciudad que no sale en los videos turísticos y que resulta imposible conocer a menos que se tenga el privilegio de navegar las aguas del Riachuelo. La mayor parte de las obras de saneamiento del Riachuelo las paga el Estado Nacional: los impuestos de Tucumán, de Catamarca o La Rioja financian las políticas ambientales que impactan en los vecinos de CABA. En 2011, después de ganar las elecciones, Cristina Fernández de Kirchner dio cuenta de los avances en la limpieza del cauce del río y pidió «a los que viven del otro lado» del curso pluvial que «pongan la misma fuerza y las mismas inversiones» para sanearlo. Ese día, también fue propuesto cambiarle el nombre. ¿Ideas?

7. Maxi, Ezequiel, Darío, Perón o El Coloso

El Riachuelo vio de cerca la historia política de nuestro pueblo: la llegada de los colonizadores, la resistencia a las invasiones inglesas, las columnas de obreros cruzando en dirección a Plaza de Mayo el 17 de octubre de 1945, el asesinato de Darío y Maxi en el Puente Pueyrredón, el 2001 y los piquetes hasta la cruel muerte de Ezequiel Demonty por violencia institucional. Las curtiembres exportando, las fábricas que se llenaban y también vaciarse. A sus orillas se erige El Coloso de Avellaneda, una estatua monumental donde un descamisado gigante lleva en sus manos un retrato de Evita. La obra estuvo a cargo de Alejandro Marmo y Daniel Santoro y cuentan los que han ido que se forjó en el mismo patio en el que se hizo el retrato de Evita que embellece los muros del edificio de Desarrollo Social. En el lugar donde se construyó todavía permanece la estela de óxido de la Evita sonriente, la que mira al sur, a los descamisados, al Riachuelo. Nadie, en todo este tiempo, se animó a limpiarla.

8. ACUMAR

Hace algunos años, el olor que largaba el Riachuelo era tan fuerte que generaba nauseas. Hoy nos subimos a la lancha de ACUMAR para navegar por su curso. Pero, ¿qué paso todos estos años y cuál es la historia del Río que separa la Ciudad de Buenos Aires de la zona sur de PBA y atraviesa 14 municipios y 9 comunas? Desde 2006, ACUMAR afronta la difícil tarea de sanear el río. Quita residuos flotantes, limpia las márgenes y los lechos y gestiona los caminos de sirga, que implica la mudanza de muchas familias ya que por orden judicial nadie puede vivir a menos de 35 metros de la orilla del Riachuelo. El trabajo es lento y a largo plazo. Pero Antolín Magallanes es soñador. Sueña que algún día exista un transporte náutico popular que conecte Soldati con el Tigre. Sueña un río limpio con deportes acuáticos y pequeñas lanchas. Sueña actividades en las márgenes, una ciudad con río y fauna. Sueña y construye. Pero a costa de creer en lo que sueña.

Antolín Magallanes, Director General de Gestión Política y Social.

9. Futuro

La historia del Riachuelo es la de nuestro país: de la conquista a los primeros saladeros para exportar ganado, de industrialización y desindustrialización, de tango, luchas y villas. Del chamuyo de limpiarlo en mil días, al esfuerzo sostenido de ACUMAR por un saneamiento integral y una educación ambiental. ¿Viajaremos algún día de Soldati al Tigre en lancha? ¿Será posible tomar un vaso de agua del Riachuelo? ¿Tirarse un chapuzón o pescar? Falta mucho, pero al menos sabemos que no hay fórmulas mágicas y la solución es simple: trabajo, conciencia y constancia.

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Yair Cybel

Una vez abrazó al Diego y le dijo que lo quería mucho. Fútbol, asado, cumbia y punk rock. Periodista e investigador. Trabajó en TeleSUR, HispanTV y AM750. Desde hace 8 años le pone cabeza y corazón a El Grito del Sur. Actualmente también labura en CELAG y aporta en campañas electorales en Latinoamérica.