El súbito ocaso de Larreta y el regreso de Macri al pago chico

🏴La derrota electoral de Horacio Rodríguez Larreta no puede entenderse aislada de la feroz interna de Juntos por el Cambio y de la disputa por la sucesión porteña. De todo-poderoso a su última caminata cabizbajo. El regreso del apellido Macri a la Ciudad y sus principales desafíos.

Horacio Rodríguez Larreta tenía todo para ser presidente. Al igual que Mauricio Macri, cumplió dos mandatos como Jefe de Gobierno en la Ciudad de Buenos Aires y lo hizo con menos sobresaltos que su antecesor. Durante el primer año de la pandemia, se consolidó como el dirigente político argentino con mejor imagen y por ello se perfilaba como indiscutible candidato de Juntos por el Cambio apenas dos años atrás. Sin embargo, en política 2+2 no siempre es 4 y el domingo por la noche millones de televidentes vieron la escena menos esperada: Larreta ingresando cabizbajo al escenario de Juntos por el Cambio, para dar un breve discurso tras ser derrotado de forma contundente en las PASO contra su contrincante Patricia Bullrich.

La caída de Larreta no puede entenderse aislada del derrotero en que lo sumió la cruda interna de Juntos por el Cambio, materializada en la grieta entre «halcones» y «palomas». Esta última etiqueta le correspondió al Jefe de Gobierno, visto como «blandito» en medio de la radicalización discursiva a la cual abonaron cada vez más figuras políticas de la talla de Patricia Bullrich y Javier Milei. Sin dejar de lado la confrontación con el kirchnerismo desde su lugar de gestión, Larreta empezó a hablar de la necesidad de construir «coaliciones amplias» y de la importancia del «diálogo», aunque la mayoría de las veces sin acordar con quienes pensaban distinto.

Tampoco es posible pensar a un Larreta perdedor sin referirse a la disputa por la sucesión porteña, que enfrentó a macristas con radicales. La estratégica maniobra para colocar a Jorge Macri como virtual candidato comenzó a finales de 2021, cuando fue designado ministro de Gobierno -tras sus dos gestiones al frente de la intendencia de Vicente López- en una acción entendida para tapar a María Eugenia Vidal, que había cruzado otra vez la General Paz sin mayor respaldo al interior de las filas PRO. En ese entonces, Horacio se creía todo-poderoso y que su popularidad le iba a ser suficiente para designar a un sucesor de su simpatía, como podían ser sus ministros Fernán Quirós y Soledad Acuña. Con el lanzamiento de la precandidatura presidencial de Patricia Bullrich, el camino se empezó a embarrar y el rápido posicionamiento de la ex montonera en favor de Jorge Macri fue motivo de nuevas tensiones en la calle Uspallata.

En el último tiempo, la relación entre Rodríguez Larreta y Mauricio Macri fue de mal en peor. Al ex presidente nunca le gustó en demasía la decisión del Jefe de Gobierno de incorporar nuevos actores al armado político porteño, lo cual estaba en línea con el triunfo de Cambiemos a nivel nacional. En ese marco se conformó en el año 2017 -en acuerdo con la Coalición Cívica de Elisa Carrió- el bloque legislativo porteño «Vamos Juntos», que le proporcionó a Larreta una «mayoría automática» y le permitió batir el récord de privatización de tierras públicas en apenas dos años. Lo cierto es que a futuro no se puede esperar algo muy distinto: si se observa lo que hizo en Vicente López, Jorge Macri se parece bastante a Larreta en el rubro inmobiliario.

Jorge Macri y Mauricio Macri, los primos sean unidos.

A lo largo de los últimos meses, Larreta pasó de abrirle el juego a Martín Lousteau a experimentar una cercanía cada vez mayor con quien fuera su rival allá por el año 2015. La implementación del sistema de Boleta Única Electrónica (BUE) fue un claro guiño para incrementar las chances de Lousteau en la interna, en un contexto en el que Mauricio Macri insistía con que Juntos por el Cambio tuviera un candidato único. Por su parte, el Jefe de Gobierno argumentaba que de esta forma se le restaría peso al candidato de Milei en la Ciudad (Ramiro Marra), cuestión que efectivamente ocurrió.

A pesar de las tensiones acumuladas, el apellido Macri volvió a demostrar su condición de imbatible en territorio porteño. Fueron menos de 30 mil votos de diferencia y Lousteau deberá esperar cuatro años más para que la tercera sea la vencida. Entre ambos superaron el 55 por ciento, con lo cual Juntos por el Cambio se encamina a obtener un triunfo en primera vuelta. El PRO mantiene su principal bastión político y modelo de gestión gubernamental, aunque todo indica que deberá ceder mayores cuotas de poder en el futuro gabinete porteño. Cabe destacar que hoy UCR-Evolución maneja -entre otras áreas- el Ministerio de Desarrollo Económico y Producción, a cargo del yacobittista José Luis Giusti. Es decir que el primo Jorge deberá lidiar no sólo con los pedidos de Mauricio, que va a mirar más que nunca de reojo el pago chico, sino que también deberá emular a Larreta abriéndose a otros sectores políticos para garantizar la gobernabilidad en sus próximos cuatro años de gobierno.

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Sebastián Furlong

Licenciado y profesor en Ciencias de la Comunicación (UBA). Retrato periodísticamente el conurbano y la ciudad de la furia. Agenda popular y política para analizar la realidad y aportar al quehacer colectivo.