Yván Gil asumió el cargo de Ministro de Relaciones Exteriores de Venezuela en marzo de este año, después de haberse desempeñado como Viceministro para Europa. Durante su gestión en ese puesto, manejó con diplomacia la compleja tarea de defender al chavismo ante las sanciones impuestas por la Unión Europea, sumadas a las 900 sanciones establecidas por el gobierno de Estados Unidos.
En su intervención en el Seminario Internacional sobre Comunicación Contrahegemónica, Gil trazó un recorrido por la historia política de Venezuela en las últimas tres décadas, resaltando que la Revolución Bolivariana nació como una lucha contra la hegemonía imperialista y colonialista liderada por Hugo Chávez. Sin embargo “desde el 2014, con el emergente de Leopoldo Lopez, acá en Venezuela vemos una nueva arremetida del imperio norteamericano y que se dió en toda América Latina con la acción de fuerzas fascistas”.
A su vez, explica que “para poder hacer esto, tienen que contar con un lavado a través de los medios de comunicación y de las redes sociales con la construcción de una narrativa hegemónica donde impere la simplificación de la política, la despolitización, el racismo, la violencia, el desmonte del estado y demás”.
En este sentido, el Ministro se refiere al intento de golpe de Estado en Brasil, a los hechos de violencia política en Ecuador y las recientes elecciones en Argentina. “El fascismo va a arrasar con todo: con las fuerzas revolucionarias, con las progresistas y las del centro”, advierte.
“El reto fundamental es construir la narrativa progresista o la narrativa revolucionaria real, no solo de defensa ante el ataque fascista y la intención de expoliar todos los derechos de las clases trabajadoras de América Latina sino también pasar a una ofensiva ideológica, a una ofensiva mediática que permita aglutinar fuerzas en la dirección que nosotros estamos”, argumenta.
Siguiendo esta linea, Gil arremete con una autocritica a los sectores de izquierda: “La izquierda en América Latina se ha dejado arrebatar las banderas de la protección de los trabajadores”, algo que señala que se puede ver en Argentina con una juventud que sufre el deterioro de las condiciones de vida y ve como salida a Javier Milei.
El rol de los medios
“Los medios de comunicación, ante este panorama, crean una matriz generalizada de aceptación o de resignación a esta realidad. Por eso es que el reto fundamental que tienen las fuerzas progresistas y revolucionarias es la de construir una narrativa sólida y convincente para proteger y mejorar los derechos de los trabajadores, así como para contrarrestar los discursos simplificados de la derecha. La tarea es doble: luchar contra la hegemonía existente y construir una narrativa que pueda llegar y convencer a las fuerzas vivas de la sociedad”, detalla el Ministro.
En Venezuela vienen dando la batalla comunicacional luego del golpe mediático en 2002 impulsado por una cruenta campaña mediática dirigida a empañar la figura del mandatario fallecido Hugo Chávez. “Estamos montados en esa bola desde hace tiempo y parte del éxito de la revolución bolivariana ha sido poder cabalgar sobre estos ataques. Tomamos las riendas de la acción en las redes sociales y prácticamente estamos equiparados”, apunta entusiasmado.
Integración latinoamericana en tiempos complejos
En enero de este año, Argentina y Venezuela reafirmaron su compromiso de “impulsar las relaciones bilaterales y los nuevos desafíos de la región». Este hecho se dio con la visita de Gil a Argentina para participar en la VII Cumbre de Presidentes de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac).
Durante este período de cuatro años de gobierno de Alberto Fernández, Venezuela y Argentina repararon sus relaciones fracturadas durante la administración de Mauricio Macri (2015-2019), pero el interrogante ahora se vuelve a presentar: si ganan proyectos de derecha, cómo continuarán esas relaciones. Al respecto, Gil señala que el gobierno de Venezuela profesa la Revolución Bolivariana pero considera que la integración tiene que ir más allá de eso. “Nosotros debemos construir un modelo de integración que sea capaz de navegar dentro de las diferencias ideológicas que puedan surgir en determinados gobiernos. Tenemos la convicción de la unión latinoamericana y tener medios objetivos para ejercerla. El otro aspecto que repito es que el fascismo es una amenaza que debe ser combatida y evitada”.
“Cada país tiene una realidad política propia, no todos pueden tener una sola línea de acción ideológica, ojalá fluyera, pero no podemos pedirle a todos porque cada realidad responde a las circunstancias históricas locales económicas sociales, que es muy difícil armonizarlas”, finaliza el Ministro.
