Ni blancos, ni chetos, ni uniformes

🧐 En su discurso de cierre de campaña rumbo a las PASO, el precandidato a presidente por La Libertad Avanza volvió a mostrarse contra "los políticos ladrones que saquean el país". También criticó a los medios de comunicación. Crónica exclusiva desde el Movistar Arena con testimonios de sus más fieles seguidores.

Todavía quedaba algo de sol cuando las calles cercanas al Movistar Arena comenzaron a llenarse de seguidores de La Libertad Avanza. Anoche, más de 15 mil personas se acercaron hasta el barrio de Chacarita para escuchar el cierre de campaña de Javier Milei, actual precandidato a presidente. El evento también contó con la participación de los principales referentes del espacio político como Victoria Villarruel, Lilia Lemoine y Alberto Benegas Lynch.

Desde las 16 horas, un grupo de seguidores comenzó a hacer fila en el Parque Los Andes para retirar las entradas en el “Mileimóvil”, un colectivo ploteado con la imagen del libertario. Los tickets eran entregados por Karina Milei, hermana del precandidato y jefa de comunicación del partido.  

En “La rebeldía se volvió de derecha”, el historiador Pablo Stefanoni plantea que uno de los orígenes de las nuevas derechas proviene de la cultura del anonimato, hija de foros de Internet como 4chan o Reddit. Y aunque en el cierre de campaña había algún que otro individuo que aparentaba una sobredosis de Minecraft, lo cierto es que el público que concurrió ayer era muy heterogéneo. El componente incel quedó sepultado, y en la fila para ingresar al estadio, se veían madres con hijos, jubilados, estudiantes y hombres de mediana edad. 

“Yo era bien zurdo antes de 2020, en mi familia eran todos de izquierda y pasé por los peores colegios públicos”, cuenta Teo, un estudiante de programación de 19 años. Luego agrega: “El día en el que nos encerraron por la pandemia me di cuenta que estaba todo mal”. Para Teo, la medida más urgente es terminar con el peso argentino y apuntar por la dolarización: “Es una moneda que no sirve para nada”.

El Partido Libertario surgió como tal en octubre de 2018. No obstante, fue a partir de la pandemia de Covid-19 que las propuestas del espacio político empezaron a ocupar un lugar en la agenda pública. En las elecciones legislativas de 2021, La Libertad Avanza logró el ingreso de Milei y Villarruel a la Cámara de Diputados. Además, alcanzó el 17% de los votos porteños, consolidándose como tercera fuerza en la Ciudad.

A medida que transcurría la tarde, llegaron varios micros provenientes del conurbano. Allí viajaban las columnas organizadas por los candidatos de la Provincia de Buenos Aires. En el último tiempo, el espacio político logró romper los límites de CABA y abrir sedes partidarias en La Matanza, Morón, Merlo, Lanús y Quilmes. 

“Soy el primer candidato a concejal migrante en el partido de Merlo”, relata Enrique, un obrero de la construcción nacido en Boquerón, Paraguay. Su aspecto no pasa desapercibido: ingresó al estadio disfrazado de león. Conversar con él es difícil, cada 30 segundos alguien se acerca para pedirle una foto. “Para mí la política es algo nuevo. Conocí a Milei antes de fin de año y arranqué a buscar un lugar para poder hacer algo y no seguir votando a los mismos”, agrega. Para él, la propuesta más importante es la dolarización: “Creo que lo va a lograr”.

Entre los seguidores de Milei no existe la figura del “apolítico”. Al contrario, los fanáticos del “peluca” demandan con vehemencia una mayor participación en la política o en la economía. En un contexto de fuerte crisis de representación de los partidos tradicionales, no es de extrañar que la figura de un outsider tenga tanta pregnancia entre los sectores más postergados, como trabajadores precarizados, migrantes o desempleados.  

Fotos: Julieta Bugacoff

Belén, trabajadora de casas particulares, viajó desde Hurlingham para asistir al cierre de campaña. Conoció a Milei a través de YouTube: “Él me explicó de economía. A partir de eso entendí la realidad, y quise participar más”. La entrevistada rememoró con orgullo el día en el que, por primera vez, discutió con su nuera de política: “Ella militaba en La Cámpora desde los 13. Yo no entendía nada, era como si hablara en otro idioma y si opinaba me sacaba cagando”. También señala: “De golpe me di cuenta que ella no sabía ni lo que era la inflación. Solo repetía un discurso que le habían enseñado, y ahí yo le discutía todo”.  

Tanto Belén como Enrique adquirieron un lenguaje para hablar de economía y de política a partir del consumo de contenidos de Javier Milei. Sus testimonios son solo dos, de entre varios que relataron historias similares. Mientras que la derecha tradicional elige apostar por la “despolitización” de los conflictos sociales, la derecha más radical fomenta la idea de que todo el mundo puede discutir de política o economía, y son ellos quienes brindan las herramientas para que esto sea posible. 

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A las 21 horas las puertas del estadio ya se encontraban cerradas y la multitud aguardaba la llegada de los candidatos. Mientras tanto, una pantalla gigante transmitía escenas de edificios explotando. Dos adolescentes bromean: 

-Mirá, ahí se cae el Banco Central.

-Ya se vino a la mierda el Congreso. 

-Y esa última fue la escuela del orto. No vamos a ir nunca más. 

Durante los actos de La Libertad Avanza, los referentes del partido acceden al escenario por las escaleras del costado. Milei, en cambio, irrumpe en medio de la multitud, acompañado por personal de seguridad. La gente se amontona para verlo -sacarse una foto es imposible- y desde lejos, crea una sensación de estampida. Recién ahí, después de cruzar el campo de punta a punta, agarra el micrófono. El cierre de campaña no estuvo exento de esta performance

Hay una gran cuota de ambigüedad en la puesta en escena de Milei. El precandidato habla de políticos y periodistas chorros, pero nunca da nombres (aunque tira indirectas); implosiona edificios, pero no especifica cuáles. Como bien explicó Belén, una militante que asistió al evento: “La casta puede ser lo que vos quieras. Es el jefe que te paga mal, o el político chanta que se roba la guita”.   

El discurso del precandidato a presidente inició a las 21:30. Desde el primer momento remarcó que La Libertad Avanza busca dar la lucha contra los políticos ladrones que saquean el país. También criticó a la prensa: “Los únicos que no entienden a quién me refiero cuando digo que se les acaban los privilegios son los periodistas ensobrados”, afirmó. 

El discurso del precandidato a presidente inició a las 21:30. Fotos: Julieta Bugacoff

Además, Milei dedicó varios minutos para hablar sobre el crecimiento de su espacio político: “Al principio dijeron que los liberales éramos muy simpáticos para las audiencias, pero que no generamos votos”. Luego recordó las legislativas de 2021 y retrucó: “seguían insistiendo en que íbamos a desaparecer, que no nos iban a escuchar, pero hoy los discursos más vistos en la Cámara de Diputados son de quien les habla”. Por último, concluyó: “Dicen que es imposible que los argentinos voten a un presidente liberal, pero estamos preparados para representar a los argentinos de bien. Vayan a votar, la única forma de sacar este país adelante es yendo a votar”. 

Otras demandas

De las entrevistas realizadas durante la jornada, se desprende que la mayor preocupación de quienes apoyan al partido libertario se relaciona con la economía, los impuestos o la dolarización. Fueron pocos los que se refirieron de manera directa a temáticas vinculadas con la salud, el trabajo o la educación. Sin embargo, el hecho de que no se hable tanto de esas problemáticas no implica que no estén presentes entre las preocupaciones de los seguidores de Javier Milei. 

Natalio, de 20 años, comenta que podrá terminar el secundario recién ahora porque durante la pandemia no pudo acceder a Internet. “Yo creo que la educación pública tiene que existir, pero tiene que ser mejor, porque la mía fue muy mala y me cagó la vida”, cuenta con tristeza. En relación a las propuestas del espacio político que defiende, señala que él cree que hay una diferencia entre lo que Javier Milei dice que va a hacer, y lo que en realidad plantea: “Es un acting para llamar la atención. Él no quiere dinamitar el Congreso, o cerrar las escuelas públicas”. 

Fabiana -el nombre es falso por pedido de la entrevistada- tiene 46 años y trabaja como empleada pública del Estado desde hace seis años. Llegó al Ministerio en el que trabaja luego de que la despidieran de una empresa privada: “Yo sé que militar acá es una contradicción muy grande, pero son mis ideas y no las puedo negociar”. Para ella, uno de los mayores problemas se relaciona con la salud: “Soy monotributista y no puedo pagar una prepaga. La salud pública tiene que existir, pero debería funcionar bien. El problema es que toda la plata que debería destinarse a eso se la roban”.   

Ariana -de más de 70- llegó al estadio acompañada por su nieto: “A mí me da mucha vergüenza pedirle plata a mi hija, pero no me queda otra”. Ella empezó a apoyar a Milei luego de escucharlo en C5N: “Yo vi pasar gobiernos de todos los colores, y después de este último, dejé de creer en todos. Voy a votar a Javier porque es nuevo, y porque es el único que se anima a ir contra la casta, que tanto nos jodió”.

Fotos: Julieta Bugacoff

En “Qué pudo que no pudo el Estado”, la socióloga Mariana Heredia concluye que la experiencia del Covid-19 evidenció los alcances y los límites del Estado Argentino: “Puede actuar con compromiso, coordinación, creatividad, y rapidez ante la urgencia. No puede sostener sus logros, corregir sus defectos, e inscribir la resolución de las crisis en una senda superadora”. 

De los testimonios citados, se desprende que las preocupaciones planteadas por los seguidores de Milei se vinculan en última instancia con el funcionamiento del Estado. El panorama económico y social actual es -en parte- hijo de la pandemia. En este contexto, la extrema derecha aparece como un espacio político pedagógico, capaz de brindar “soluciones concretas” ante un modelo al que le cuesta reconocer y corregir sus defectos. 

La dolarización aparece como un delirio, pero la incertidumbre económica o el malestar respecto al funcionamiento de la salud y la educación pública son preocupaciones pertinentes. Lo que ocurra en los próximos años dependerá de la capacidad del progresismo o de la izquierda para hacer lugar a esas demandas, afrontar los debates incómodos y plantear nuevas soluciones. 

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Julieta Bugacoff

Es estudiante de antropología (UNSAM) y egresada de periodismo (TEA). Trabaja como periodista y fotógrafa freelance y colabora con El Cohete a la Luna, Infobae y El Grito del Sur, entre otros medios. Tiene un gato fanático de los fideos con salsa, y milita en el ejército revolucionario de la menta granizada.