Sin series estigmatizantes y lejos de las imágenes y estereotipos que construyen los grandes medios, en las cárceles de nuestro país también pasan cosas esperanzadoras. En octubre, por ejemplo, comienza la primer Conferencia Latinoamericana de Radio en Cárceles.
Organizada por FM La Tribu, Prison Radio International y el Programa de Extensión en Cárceles de la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Buenos Aires (UBA), esta iniciativa busca generar vínculos entre proyectos pedagógicos y de comunicación con personas privadas de libertad y fortalecer la comunidad global de radios en contextos de encierro.
«La experiencia de Radioculta, el proyecto de comunicación que funciona al interior de la cárcel de Devoto, nace a partir de la iniciativa de los estudiantes que están detenidos en el penal y que tenían la intención de empezar estos talleres», explicó Alejandro Demasi, integrante del colectivo La Tribu y del proyecto Radioculta. La propuesta ya lleva siete años de funcionamiento y comenzó como una serie de talleres de oficios y comunicación y ahora produjo un podcast con las voces de los protagonistas.
«En estos años en Devoto tuvimos la posibilidad de conocer un penal desde otra perspectiva, de poder entender a las personas que están detenidas no solamente como presos: también son familiares, hinchas, músicos. Tienen mucho más para contar que su condición de detenidos», señaló Demasi.
El evento tendrá lugar en las instalaciones de FM La Tribu en el barrio de Almagro y en el Centro Universitario Devoto (CUD), dentro del Complejo Penitenciario Federal de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, y se desarrollará los días 4 y 5 de octubre de 2023. Contará además con una reunión virtual el 3 de octubre a través de la plataforma Zoom.
«En Devoto notamos que las personas que realizan el taller construyen un código de conversación que permite escucharse, resignificar los silencios, establecer una conversación con compañeros por fuera de la lógica un poco más violenta que tiene el pabellón», agregó el comunicador. «También posibilita la revinculación con sus familiares y comprenden la responsabilidad que implica el hecho de comunicar», sentenció Demasi.
Desde Radioculta señalan también que el espacio le permite a las personas privadas de su libertad opinar de temas que trascienden la vida carcelaria, como la situación política o la realidad económica del país. Sin interpretaciones ni intermediarios, visibilizando sus opiniones y apostando a derribar los mitos: el de la puerta giratoria, el estigma de que en la cárcel no se trabaja y otras imágenes estereotipadas.
