La eventual ruptura de Juntos por el Cambio puede arruinarle la fiesta a Jorge Macri

🔍 Son horas decisivas para la continuidad de la alianza opositora, que define si se dobla o se rompe. Los tironeos respecto del apoyo a Javier Milei en el balotaje contra Sergio Massa pueden tener un efecto colateral para la gobernabilidad en CABA, donde el Jefe de Gobierno electo empieza a involucrarse en la repartija de cargos.

Las elecciones porteñas consagraron a Jorge Macri como uno de los referentes nacionales a futuro del PRO tras el fracaso de Patricia Bullrich, aunque el exintendente de Vicente López deberá hacer frente a su gestión porteña con la incertidumbre de la continuidad de Juntos por el Cambio y, consecuentemente, a una Legislatura con números ajustados y una previsible fuga de aliados que puede complicarle la gobernabilidad en el distrito.

La disyuntiva que se le presenta a Macri, tras obtener casi la mitad de los votos de los porteñas y porteñas y evitar el balotaje luego de que se bajara Leandro Santoro, obliga al Jefe de Gobierno electo a evaluar también la necesidad de abrir negociaciones de cara a la conformación de su gabinete, algo que no figuró entre las prioridades de su campaña y que en un principio tenía planeado repartir entre varios dirigentes nacionales del núcleo duro del PRO que volverán al llano a partir de diciembre.

El principal problema para el primo del expresidente Mauricio Macri es madurar la idea de concretar la convocatoria, pero también con qué fuerzas cerrar esos acuerdos de gobernabilidad: si con los actuales socios de JxC y retener dentro de la coalición opositora al radicalismo, la Coalición Cívica y Confianza Pública o dar un giro más a la derecha y acercarse a La Libertad Avanza, a la luz del nuevo alineamiento del PRO con Javier Milei de cara al balotaje presidencial.

Si bien la decisión está atada, en cierta medida, a lo que ocurra con la dirigencia nacional de JxC, el próximo alcalde del PRO comenzó a involucrarse en las primeras discusiones por la distribución de cargos porteños: por ejemplo, frente a las tres vacantes que se abren en noviembre en el Consejo de la Magistratura, donde ordenó la designación de un hombre de su confianza. Esta primera intervención encendió las alertas entre los aliados al oficialismo porteño, que esperaban participar de las conversaciones. “No vemos que haya una voluntad ni intención de Jorge de convocarnos por ahora”, confió, con evidente enojo, un dirigente que no pertenece a las filas del macrismo, pero que hace años trabaja en la gestión de la Ciudad.

Más allá de la Justicia, Macri deberá diseñar el esquema de gabinete de ministros que lo acompañarán en el mandato que arranca el 10 de diciembre y optar por mantener la cantidad de carteras que tiene Horacio Rodríguez Larreta o modificarlas. Los nombres aún no se conocen, pero trascendió que en el armado intervienen el expresidente Macri, que intenta acomodar a algunos de su núcleo cercano en la Ciudad; y el actual alcalde que también busca que figuras clave de su gestión perduren tras el desembarco del exintendente bonaerense.

Por lo pronto, en la sede del Gobierno porteño de Parque Patricios hay desconcierto por el traspaso y los empleados de las distintas áreas aseguran que solo están “ordenando los papeles” para la retirada.

La desorientación, en tanto, también se percibe en los pasillos de la Legislatura porteña, donde solo se observa movimiento por el inicio de la tarea del recuento definitivo de los votos de las elecciones a cargo de la Dirección Nacional Electoral.

Hasta la semana pasada, el Palacio permaneció desolado, con las luces apagadas de los despachos más relevantes, como los de la vicepresidencia primera, a cargo de Emannuel Ferrario. Para contrarrestar el letargo, se espera este jueves una sesión ordinaria que no tendrá un temario extenso, sino que servirá para “calentar motores” frente a la próxima prevista para el 2 de noviembre.

La intención de los bloques políticos que conviven en el recinto es cerrar el año con la aprobación de un paquete de leyes mínimo. De hecho, está demorado el tratamiento del Presupuesto 2024 y hay dudas de su aprobación en diciembre.

De cara al próximo año legislativo, Jorge Macri deberá también analizar cómo lograr el acompañamiento en las leyes que requiera del Parlamento para la gestión ante la dificultad de no tener con una mayoría en la cámara superior a 31 bancas de las 60 en total.

De acuerdo con el conteo provisorio, el interbloque de JxC contará con 30 escaños de mantener la conformación con los actuales partidos: Pro, UCR, Coalición Cívica, Confianza Pública, Republicanos Unidos y el Socialismo. Si ocurre una fractura de la alianza, entonces quedará mucho más lejos de poder contar con la aprobación de los proyectos que considere clave.

Allí surge nuevamente la necesidad de estrechar puentes con espacios como los libertarios de Milei y Ramiro Marra, que desde diciembre tendrán un bloque de nueve miembros, la tercera fuerza política con representación en la Legislatura detrás del bloque de Unión por la Patria, que con 18 sillas se consolidó como la primera minoría parlamentaria.

La perspectiva, en tanto, en las comunas porteñas muestra que de las 15 unidades de descentralización que tiene la Ciudad, al menos 13 permanecerán con la conducción de JxC, tal como ocurre actualmente. En tanto, la Comuna 8 tendrá una mayoría de juntistas de UP y en la 4 se aguarda la definición con los resultados electorales finales.

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