Caso Luna: «Había pruebas suficientes como para condenar a González Rizzi»

😠 Esta semana, el Tribunal Oral en lo Criminal N° 15 de la Ciudad de Buenos Aires dejó libre de cargos a Hernán González Rizzi, pero recién el martes 28 de noviembre dirá sus fundamentos. Tanto la joven como su madre esperaban una condena ejemplar.

Luna tenía nueve años cuando su madre, Yama Corín, comenzó a percibir signos de un posible abuso sexual por parte de su progenitor, de quien estaba separada desde hacía ocho años. Consultó con una terapeuta, quien confirmó sus sospechas. De modo que radicó la denuncia penal en el año 2012.

Doce años demoró la Justicia en llevar el caso a un tribunal. Burocracia y vueltas. “El juicio llevó muchos años en trámite porque primero hubo un debate de competencia, luego la causa estuvo radicada durante mucho tiempo en Morón, en el departamento judicial ante la fiscalía número 7 y ahí avanzaba todo súper lento ni se desarrollaban medidas probatorias, nada”, reveló la abogada de Luna y su mamá protectora, Yama, Marina González Rodríguez en diálogo con El Grito del Sur.

“Cuando llegó a Capital, una vez que se resolvió el debate de competencia, y después de que Luna pudiera declarar ya siendo mayor de edad en la fiscalía, ahí empezó a avanzar todo más rápido”, sostuvo. 

Una vez que se decidieron los fueros, el juicio comenzó el 8 de agosto de este año en el Tribunal Oral en lo Criminal N° 15 de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, contra Hernán González Rizzi, progenitor de Luna, acusado por los cargos de abuso sexual agravado por el vínculo y «aprovechándose de la situación de convivencia preexistente». Además, la parte denunciante solicitó que se lo investigara a su vez por «corrupción de menores». Por otro lado, el fiscal Guillermo Morosi había solicitado una condena de 15 años de prisión.

El juicio, que se extendió durante cuatro meses, mantuvo la esperanza de Luna y Yama puesta en el martes 21 de noviembre, fecha en la que estuvo pautada, los jueces Virginia Sansone, Adrián Martín y María Elisa Gaeta leerían la sentencia. Y así fue. 

“Nos citaron a las 13 horas. Hubo palabras finales por parte del imputado, pasaron a deliberar”, repasó la letrada González Rodríguez sobre la cronología de la audiencia. “En esas últimas palabras, el acusado obviamente sostuvo su inocencia, y también dijo que él y su defensa no sostenían que Luna mentía sino que su relato había sido contaminado. Lo mismo que en el alegato”, precisó, en referencia al mal empleo del Síndrome de Alienación Parental (SAP).

La defensa hacia Luna y Yama quedó demostrada que se extendía de las puertas del Tribunal. Junto a ellas, y en su apoyo, estuvieron presentes la referente de Madres de Plaza de Mayo (Línea Fundadora) Nora Cortiñas y la abogada Nelly Minyersky, junto a la Agrupación Feminista Mundanas en alianza con el Ministerio de Mujeres, Géneros y Diversidad; activistas y colectivas.

“Fue fuerte y súper importante el acompañamiento sobre todo hacia Yama y de Luna”, resaltó la abogada. “Para nosotras, la presencia tanto de Nelly como de Norita fue muy importante y muy simbólica, sobre todo en los tiempos que corren donde las ideas negacionistas de la dictadura están tan presentes y aparecen como opción, cuando en otro momento no lo eran. Dos mujeres históricas de la lucha por los derechos humanos, y de los hijos y de las hijas en particular”, destacó la abogada.

Dentro, la situación era otra en Lavalle 1171, donde el peso de la ley cayó sin fundamentos, sin explicaciones. “Nos entregaron el veredicto a las 16.30” —recordó Marina González — y nos avisaron que el 28 de noviembre van a entregar los fundamentos de la sentencia, que ahí sabremos cuáles son los argumentos con los que basaron el veredicto».

“Dijeron que lo absolvían por todos los delitos que lo habían acusado tanto la fiscalía como la querella. Eso fue todo. No hubo más. Obviamente para nosotros fue sorpresivo. Nos parecía que había pruebas suficientes como para condenar. Eso me llama la atención: si el Ministerio Público Fiscal consideró que había pruebas suficientes, cómo es que el tribunal llega a otra conclusión diferente y alcanzó esa resolución y temperamento”, cuestionó la abogada. Del mismo modo, que hace unos meses nos preguntamos en torno al caso Arcoíris, ¿de qué forma se explica el ensañamiento del Poder Judicial? y ¿qué medidas y amparo tienen las familias y madres protectoras? O reflexionábamos, a partir del crimen y la Ley Lucio Dupuy, cómo operan juezas y jueces cuando peligran o se denuncian los casos de abusos en las infancias.

“Con respecto de por qué pienso que lo absolvieron, lo pienso, lo pienso y lo pienso pero no encuentro una explicación. De hecho, éste no es el resultado que esperábamos”, reconoció la abogada, al tiempo que continuó: “Cuando terminó la audiencia, Luna se puso a llorar. Tanto ella como su mamá se pusieron muy tristes. Por suerte todas las compañeras estaban esperando afuera para acompañar el dolor y el malestar. Quizá nosotras entendimos que era un Tribunal que se posaba sobre las garantías y los derechos humanos, que iba a generar mejores condiciones para que hubiera Justicia. Evidentemente no hay que perder de vista que la Justicia se sigue posando en una lógica patriarcal y que es muy difícil que las víctimas sean escuchadas sobre todo en esta clase de delitos que ocurren puertas adentro”.

“Voy a esperar a leer los fundamentos” —declaró con inquietud— “La única explicación que se me ocurre es que hayan tomado como válidos los argumentos de la defensa, que tenían que ver con la contaminación del relato de Luna por todos los años que pasaron desde que sucedió el hecho hasta ahora. O que hayan encontrado algún vericueto técnico que no les haya cerrado, pero la verdad lo pienso y no tengo una respuesta”.

“Cuando nos notifiquen los fundamentos, pienso charlarlo con Yama y con Luna pero nos queda la instancia de apelación. Así que calculo que continuaremos hacia Casación”, nos confirmó la abogada, trazando el camino que sigue la causa que una vez más pone en agenda el debate por la reforma judicial transfeminista, y que las y los jueces, que son funcionarios, dejen de actuar impunes.

Ante cualquier situación de vulneración en los derechos de las niñas, niños y adolescentes, la Línea 102 y la Línea 137 brindan un servicio gratuito y confidencial, de atención especializada. En casos de violencia de género también podés comunicarte con la Línea 144, que funciona en todo el país.

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