Del protocolo antipiquetes al DNU: la resistencia popular que pasó todo el día en las calles

💪 Miles de personas se manifestaron en Plaza de Mayo en el marco de un nuevo aniversario del 20 de diciembre y de las medidas de ajuste de Javier Milei. Tras el anuncio del DNU, hubo masivas concentraciones en el Congreso y en distintos barrios de la Ciudad.

Trabajadores, trabajadoras y estudiantes se movilizaron hacia Plaza de Mayo en contra del ajuste y en otro aniversario del estallido de 2001. Como todos los años, los movimientos populares y agrupaciones de izquierda estuvieron ahí, pero esta vez hubo algo diferente: la insistente amenaza de un protocolo antipiquetes ejecutado por el gobierno nacional. 

«El que corta no cobra», se escuchaba por los altoparlantes en las estaciones de trenes del AMBA. La frase se repitió durante los últimos días hasta el cansancio. La reprodujeron en carteles, entrevistas y conferencias de prensa. También insistieron en que se iban a hacer auditorías sobre las organizaciones sociales para eliminar la intermediación y que se iban a sacar las ayudas del Estado para quienes fueran con niños a la movilización. 

— No tenemos miedo a que nos saquen un plan porque $50.000 es lo mínimo que podemos perder -dice con firmeza Ana, integrante de la FOL, a pocas horas de la marcha-. Si no salimos a la calle vamos a perder mucho más. Vamos a perder el futuro de nuestros hijos, el futuro y la comida de la gente.

Durante toda la mañana y el mediodía, las fuerzas federales desplegaron un fuerte operativo de seguridad: pidieron documentos e ingresaron a micros para controlar a quienes viajaban. Supervisaron Javier Milei y Patricia Bullrich, quien remarcó que “el protocolo para el mantenimiento del orden público es completamente legal” a pesar de que organismos de derechos humanos dijeron lo contrario y lo denunciaron ante la ONU y a la CIDH. 

Cerca de las 16 en el Obelisco, hay incertidumbre. La promesa de represión está en el aire. Integrantes de la Policía de la Ciudad, la Federal y Gendarmería comienzan a circular en la zona, mientras algunos drones vuelan en el aire. Quisieron impedir el avance de una de las columnas, pero fracasaron en el intento. Las agrupaciones se concentran en Diagonal Norte y Diagonal Sur, después de haber cambiado varias veces en el día el punto de partida, con dirección a Plaza de Mayo. Lo que comenzó a un costado, se bifurca. Los manifestantes ya no entran en la vereda y una vez más la calle vuelve a ser la protagonista de la protesta social.

— Vení Patricia, vení mirá y date cuenta que en la calle somos más— corean.

Fotos: Santiago Oroz

16.15: La Policía de la Ciudad reprime a una persona. Un tumulto de gente se agrupa a su alrededor, pero los oficiales lo tiran al piso y luego se lo llevan a otra calle. Lo separan del resto y forman un cordón para que nadie más pueda pasar. Hechos como éstos se repiten en distintos puntos de la marcha. 

— Unidad de los trabajadores y al que no le gusta se jode, se jode.  

Los manifestantes se encolumnan. Entrelazan sus brazos para resistir ante un posible ataque de la policía. Entre la tensión de algunos y el miedo de otros, se colan algunas sonrisas consoladoras y abrazos.  

16.30: Un círculo humano rodea y cuida a Nora Cortiñas, la que siempre está donde hay que estar, que desde su silla de ruedas sonríe y saluda a quienes van a saludarla. 

— Madres de la Plaza, el pueblo las abraza. 

Uno de los pedidos del Gobierno fue que no asistan menores de edad para la marcha. “Los días de movilizaciones nosotros nos organizamos. En el jardín que tenemos en el Bajo Flores, las compañeras se turnan. Están de lunes a viernes desde las 8 de la mañana hasta las 8 de la noche, para que madres y padres puedan trabajar o puedan asistir a una marcha si se convoca. No todas las agrupaciones tienen los recursos o esta organización y por eso muchas veces van con niños”, dijo Ana a El Grito del Sur

— Vayan a laburar— grita una mujer a los manifestantes. 

“Yo me levanto a las 4 o 5 de la mañana. Ordeno mi casa, cocino a mis hijos, alisto al más chico para llevarlo a la escuela y después me voy a trabajar a las 9 de la mañana. Soy promotora de género”, cuenta la integrante del Frente de Organizaciones en Lucha. Ana trabaja en su barrio. Arma, junto a sus compañeras, una mesa en la calle todas las mañanas. Atienden a vecinas y vecinos. Trabaja con promotoras de salud que atienden o derivan a aquellos que necesitan ayuda. Muchas veces, a pesar de que haya terminado su jornada laboral, atiende llamadas a la madrugada, sábados y domingos. Su teléfono está abierto todos los días a toda hora para las vecinas del barrio.

“A mí me ha tocado hasta comprar un paquete de papel higiénico, un shampoo para las familias que no tenían, porque está muy caro”, sostiene Ana y agrega: “Nosotros sabemos trabajar en todo. Yo soy masajista, soy kinesióloga auxiliar. Lo que gano en el Potenciar Trabajo es un mínimo. Hay compañeras que hacen costura, que venden comida, ropa o artículos de belleza. No hay ni un día de descanso para nosotras. Por eso me da impotencia que nos digan vagos”. 

Durante la manifestación, la policía detiene al menos dos personas. Sin embargo, la mayor parte del tiempo se desarrolló de manera pacífica. Por su parte, Javier Milei supervisa la movilización desde el Departamento Central de Policía. “Hay miedo y sobre todo incertidumbre, pero nosotras ya estamos curtidas. Ya lo pasamos con Macri, también con Bullrich”, afirma Ana y remarca: “Nos atacan pero ellos saben que nosotros somos muy importantes en el barrio y que la ciudad se cae abajo si no hay organizaciones sociales. Hay gente que no tendría dónde comer. Los comedores son los que ayudan a muchas personas pobres con lo poco que tienen”. 

Fotos: Santiago Oroz

17.15: Voceros se suben al escenario para expresar su mirada crítica sobre las medidas de ajuste anunciadas por el Gobierno. “Javier Milei ya anunció su plan de gobierno: una declaración de guerra contra los derechos laborales, sociales y democráticos. Milei y Luis Caputo ya han decretado la megadevaluación, un duro ataque a los salarios, jubilaciones y una inflación que profundiza la pobreza del pueblo”, advirtió uno de los voceros.

A lo largo de la semana y durante el día, periodistas expresaron su rechazo hacia organizaciones y la protesta social: 

—  En el noticiero dicen que las organizaciones nos obligan a salir a la calle. Nosotras pensamos distinto: es la ministra la que nos está extorsionando, porque dice que si salimos a la calle ‘nos va a quitar el plan’. Acá no extorsionamos. Preguntamos a las compañeras y quien está dispuesta a salir lo hace. El que no quiere se puede quedar— explica Ana. 

18.00: Ante el terror que se sembró, germinó la organización y la resistencia. La marcha se desconcentra con tranquilidad y con algunas sonrisas que llegaron con el alivio de que no se haya cumplido la promesa de la Ministra de Seguridad. 

Por Avenida de Mayo, un hombre mayor camina hacia el Obelisco. En su pecho y espalda tiene estampados dos carteles con la imagen de Patricia Bullrich y Javier Milei en una movilización que ocurrió durante la pandemia. En el papel, hay un texto escrito a mano: ¿Por qué ellos sí y nosotros no? 

La movilización popular podría haber terminado su día ahí. Sin embargo, después del anuncio del DNU que plantea una desregulación económica total en diferentes actividades, las cacerolas vuelven a sonar. Vecinos y vecinas de la Ciudad de Buenos Aires comienzan a golpear sus ollas y sartenes desde balcones, plazas, veredas y, por supuesto, calles. 

Derogaron la Ley de Alquileres, la de Abastecimiento, la Ley de Góndolas, la Ley Compre Nacional, el Observatorio de Precios del Ministerio de Economía. También la normativa que impide la privatización de las empresas públicas, la Ley de Manejo de Fuego. Modificaron el marco regulatorio de las medicinas prepagas y obras sociales. Cambiaron la Ley de Sociedades para que los clubes de fútbol puedan pasar a ser sociedades anónimas si así lo desean. La impotencia frente a la eliminación de leyes y artículos que buscan la protección de los que menos tienen llevó a miles de personas al Congreso a las 11 de la noche. 

-A dónde están, que no se ven, es la famosa CGT.

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