La rebelión de los alfiles. El rey blanco movió las Torres y desató el terremoto. El gobernador de Chubut, que fue larretista primero y después de Bullrich, se reunió con el killer Mauricio y dos días después salió a picarla. La amenaza de cortar la provisión petrolera encontró eco en una mayoría abrumadora de gobernadores y unificó a Jorge Macri con Axel Kicillof. La soledad del poder aleja al presidente twittero de su marco de alianzas más cercano. De la reposera al centro: Macri presiona al Gobierno, muestra su poder sobre los gobernadores PRO y pelea la interna partidaria aislando a Bullrich. En este país, el que tiene plata hace lo que quiere.
El hombre unidimensional. Milei es una criatura fiscalista: solo mira las reservas del Banco Central que iba a incendiar y que crecen al calor de una clase media que quema ahorros en supervivencia. Mientras tanto, el padre del difunto Conan se reunió con la número dos del FMI, la única Gita que anda dando vueltas por el país, y amenaza con reeditar un crédito caputista. El verdadero amigo es el que te saca el Twitter cuando estás patinando: mientras las provincias Unidas del Sur se rebelaban contra el ajuste central, Milei festejaba su incorporación al partido libertario australiano. Burbuja de sentido, funcionarios trolls y Beto Medvedev como intelectual orgánico de la contrarrevolución cultural.
Bullrich tuvo una mala semana. Sus discursos en un inglés capusottesco no opacaron el show de su delfín: el diputado y mano derecha de la ministra de Seguridad, Damián Arabia, apareció en el carnaval de Venecia viajando con la tuya mientras en el Congreso pedía ajuste a grito pelado. La historia reciente da sobrada cuenta de que ser trolo y fascista no es incompatible, aunque el diputado saudita ataque como Pinochet y se defienda como Lemebel. Tras el affaire Torres, Pato y Alberto tienen algo en común: la incapacidad total de conducir el partido que presiden.
(Nueva) Unión de Centro Democrático. Con la bicameral de DNU conformada, el Congreso retorna al centro de la escena. Massot, los radicales, el cordobesismo y Pichetto desempeñarán nuevamente un rol clave. A priori, el poroteo indicaría que los números del Senado alcanzan para voltear el decreto pero en Diputados serán los opoficialistas quienes tengan la llave que incline la balanza. El radicalismo cruje con un Valdés libertario y un Lousteau demócrata radical. Los provinciales cada vez más lejos del Gobierno. ¿Y si además de la Ómnibus se cae el DNU?
La crisis del peronismo pasa desapercibida por el estruendoso show del otro lado de la vereda. Silencio, pochoclos y dejalos que se maten. Esta semana Alberto regresa al país tras su gira madrileña de tapas y museos. Circula la idea de una conducción colegiada del PJ que pueda unificar a gobernadores, kirchneristas y massistas reciclados. Será una nueva oportunidad para discutir el carácter que deben tener las expresiones locales del peronismo que en Tucumán dirige Jaldo, en Córdoba Schiaretti y en Jujuy (hasta hace muy poco) Rivarola. El fenómeno Milei es un reflejo en espejo de lo que sucede de este lado.
Paro de trenes, de estatales, de docentes, de sanitarios, de aeronáuticos. Un Consejo del Salario que fracasa, un aumento por decreto y la reforma laboral de facto al calor de los salarios más bajos de la región. Comedores sin comida y un movimiento piquetero que se unifica en la resistencia. Por abajo, la cosa no pareciera estar tan bien como anuncian las imágenes en Inteligencia Artificial que difunde el Presidente. Camioneros agita otro paro y las universidades ajustan oferta horaria y anuncian que tienen fondos para funcionar apenas medio año. La resistencia sectorial de la comunidad organizada.
Cada año de perro son siete de humano. Ergo, estos dos meses del papá de los caninos equivaldrían a un año entero de gestión. INADI, busto de Néstor y show para el núcleo duro. La pregunta es por la paciencia de los que lo votaron sin ser libertarios. Según el último sondeo de Zubán Córdoba, la imagen del Presidente se derrumbó casi cinco puntos en dos meses. El futuro que no viene y el pasado que se fue.
El secretario de Estado de Estados Unidos, Antony Blinken, anduvo por el país y se alegró de que Argentina volviera «al lado de Occidente, del progreso, la democracia y la libertad”. Pese a que Milei apuesta abiertamente por un triunfo de Trump, la llegada del libertario le sirve a los yanquis en una región donde Brasil, México y Colombia juegan por izquierda y condenan abiertamente su rol en el genocidio de Gaza. Geopolítica e inversiones: un aliado diplomático y una fuente privilegiada para la extracción de litio. Business are business.
Algo comparten Moreno y Milei: ambos son fenómenos potentes en las redes sociales. La diferencia es que Milei sacó un 30% de los votos y Moreno no pudo superar a Gabriel Solano, el derrotado en la interna troskista. Moderados reconvertidos en ortodoxos discuten con el manto de la doctrina pero llamaron a votar en blanco. Si un partido es un programa, el justicialismo debería apuntar a algo mejor que a streamers y panelistas.
