«Veo a ciertos músicos como empresas que ofrecen bienestar y liviandad»

💃🏼 Luego del escándalo entre Lali y Milei y el retroceso de las políticas culturales, El Grito del Sur se contactó con Femigangsta para hablar de música, feminismo e ídolos del rock.

Feminismo es libertad, revolución, es ser conscientes”. Por los parlantes salen flotando las palabras de la voz de Agnes Simon. Más conocida como Femi o Femigangsta, la cantante neuquina tiene una melodía pegajosa que se repetirá en todas las canciones de su autoría. Los ritmos van cambiando a lo largo de los años, develando un proceso de maduración. Los mensajes potentes no faltan, se cuelan entre R&B, jazz, hip hop y sonoridades alternativas.

Escuchar a Femigangsta es entrar en un flash, su flash. Nacida en Zapala en 1994, Femi crea un arte que nunca cae en la zona de confort. Al principio se acercó a la música como un juego compartido con Bruno, uno de sus seis hermanos, hasta que el sueño se hizo realidad: en su primera gira internacional pasó por Madrid y Bilbao recogiendo aplausos. 

A finales de 2018, entre el ardor de la lucha por el aborto legal y la inundación de la marea verde, lanzó su primer single: Voy, una canción que se hizo eco de las consignas feministas. En 2019 sacó Pajaritos y Ya sé con la producción de Neuen arte y Miss Bolivia, respectivamente. Con ellas logró alcanzar el Top 50 viral de Spotify. En octubre del año pasado lanzó Cultura Famélica, su primer disco, al que calificó como “mi pequeño gran aporte al mundo”. También participó del homenaje “Sandro por nosotras” donde interpretó las canciones que conmueven a su mamá.

Además de la música, Agnes utiliza el humor para difundir sus ideas políticas en redes sociales. “Hipotecame el futuro del país que me lo meto en el ojete” dijo respecto al expresidente Mauricio Macri en 2018. Recientemente rimó sobre Conan, el perro clonado de Javier Milei y opinó sobre las políticas regresivas a nivel cultural. “La libertad no es una palabra propia de este piloto de gobierno, la libertad no es sino un concepto hermano de la cultura que odian y quieren destruir”, aseveró en uno de los posteos de su Instagram, donde acumula 224 mil seguidores. 

Luego de que el Presidente se peleara a muerte con la artista pop Lali Esposito llenando las redes de comentarios odiantes, El Grito del Sur contactó a Femigangsta para hablar de música, feminismo e ídolos del rock mientras compartían unos mates virtuales. 

Estudiaste abogacía. ¿Cómo es que llegas a la música?

Para mí, el arte es previo a cualquier carrera. Mi primer acercamiento a lo artístico fue el dibujo, de hecho mi mamá tiene una anécdota muy simpática en la que cuenta que dibujé toda la casa recién pintada con hombrecitos. Cuando era chica hacía historietas para estudiar las materias que no me gustaban, escribía canciones para mis compañeros, cantaba en los actos. La verdad es que la música siempre estuvo muy presente en mi vida. Lo que a mí más me gustaba siendo una chica de los 90’ en un pueblo era escuchar e investigar sobre música. Yo miraba las comedias de los 90 y me encantaban las cortinas musicales de jazz. 

Tu carrera no puede desligarse de la ola verde y el feminismo. ¿Cómo te interpela el movimiento de mujeres y diversidades?

Yo creo que cuando uno es letrista, que no es lo mismo que ser intérprete, es muy difícil evitar trasladar la forma en la que uno piensa. No es que cuando yo hago algo artístico me proponga ser política, sino que estoy inmersa en esa realidad, me enoja, me indigna, me atraviesa. No es algo deliberado. Soy una feminidad y formo parte del feminismo y en ese sentido va a estar volcado en mi música. Desde Voy, que es casi una obra de fotoperiodismo, hasta el disco, que es mucho más metafórico y abstracto.  

¿Crees que tu postura política afecta a tu popularidad? 

Para mí todo depende de la búsqueda que tengas, de tus ambiciones. Yo podría haber tomado otras decisiones para ser más masiva, pero no es mi manera de ser. No me sentiría contenta si le gustara al país entero solo cantando de lo bueno que es salir de noche, estar fuerte y escabiar. A veces la gente me dice que soy una artista infravalorada. Yo no me siento así, creo que me valora la gente a la que le llega mi música y eso me alcanza. 

En el último tiempo hubo un gran revuelo por el enfrentamiento de Lali con Milei. ¿Creés que los artistas deben hacer explícito su pensamiento político? 

No creo que todos tengamos que posicionarnos políticamente y hacer la revolución. Está mal esperar eso de alguien que antes de ser un artista es más bien un paquete o un conjunto de marcas. Yo veo a ciertos músicos como una empresa: llegaron a donde llegaron por ofrecer paquetes de bienestar y liviandad. No creo que sea una obligación pronunciarse políticamente, porque entiendo que hay mucha gente por detrás de ellos que vive de su música. Está perfecto que las personas se involucren, pero no creo que sea su obligación.

¿Qué pensás de las políticas culturales regresivas de La Libertad Avanza? ¿Cómo afectan a quienes se dedican a la música?

Yo creo que Milei no pudo cumplir con el grueso de las medidas económicas que le prometió a sus votantes y se está agarrando del retroceso en otras áreas para tener un chivo expiatorio. Quiere camuflar su fracaso en términos políticos. Los proyectos musicales independientes, como es mi caso, están seriamente afectados por sus medidas. Los costos de trabajar no se condicen con la realidad. Lo que está haciendo es destruirnos: no tenemos manera de salir a tocar, es imposible hacer una gira, incluso cuando hay demanda del público. Obviamente así solo va a sobrevivir solo el que pueda encontrar una dinámica en la cual no pierda plata con su material. 

La ley de cupo femenino en festivales significó un avance; sin embargo, el rock sigue siendo un ambiente machista. ¿Cómo lo manejás? ¿Cuál es tu criterio a la hora de elegir tu equipo?

Yo he tenido mucha suerte con la gente que se acercó a mí. Estoy rodeada de buenas personas. El encontronazo a veces se da por fuera del equipo, donde todavía sigue estando la figura del técnico de sonido que no te mira cuando habla porque piensa que no entendés nada. Siempre va a haber gente que tiene un sesgo prejuicioso y machista.  

¿Qué pasó con la figura del ídolo de rock después de la ola de escraches? 

Creo que hubo cambios muy positivos. Como persona que tiene contacto con el mundo de los músicos, considero que hay otra mirada. Hubo un momento de mucha tensión y de rever el estado de cosas que fue necesario. Hoy en día, la forma en que un músico se refiere a sus fans no es la misma que hace 20 años. Hay modos que ya no tienen lugar.

¿Cómo fue grabar tu primer disco Cultura Famélica? 

El disco fue un proceso de varios años de experimentación, de pruebas, de incomodarse. Yo quería que mi disco sea algo que me represente realmente como identidad artística. Este disco lo busqué mucho, con conciencia, respeto y con la capacidad de entender lo que tenía que ver con los temas y lo que no. Es un camino muy genuino de permitirse hacer realmente lo que uno quiere. Una vez encontrada la punta del ovillo, el disco se fue dando de manera orgánica. Lo que surgió fue parte exclusivamente de lo que yo tenía ganas de hacer, con esa gestualidad artesanal que conlleva ordenar lo que uno tiene en la cabeza y en el corazón. Cultura Famélica tiene muchas capas, es un disco para dejarlo madurando. Para que te des cuenta, quedé con tal manija creativa que es probable que este año saque otro.

¿Qué artistas argentinos admirás?

Yo creo que en Argentina el músico más grande, que fue un pionero, es Gustavo Cerati. Yo no crecí con Cerati, porque en ese momento quería llevarle la contra a lo que se escuchaba en mi casa. Cuando empecé a involucrarme con su música, me pareció impresionante. Por otro lado, soy fanática del Pity Alvarez. Me parece el mejor letrista del país y creo que por su consumo problemático no se lo reconoce como debería. Hay un gran sesgo clasista. Si vos buscas “compositores argentinos” en Google no solo que no te aparece una mujer ni por casualidad, sino que tampoco te aparece el Pity Alvarez. El Pity es un poeta, tiene una narrativa y una manera de hablar cuestiones humanas de una forma muy natural. Tiene una inteligencia emocional para experimentar cosas que son trascendentales y trasladarlas a palabras corrientes.

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Dalia Cybel

Historiadora del arte y periodista feminista. Fanática de los libros y la siesta. En Instagram es @orquidiarios