Apuestas y juegos online: una adicción que se extiende entre los adolescentes

💸 Impulsadas por famosos e influencers, las apuestas online aumentan en la población adolescente. El Grito del Sur se comunicó con Mariela Coletti, directora de Entrelazar, para conocer más a fondo el fenómeno.

“Esto es como una adicción sin sustancia, como si el dinero pudiera convertirse en droga”, explica Mariela Coletti, psicóloga y directora de Entrelazar, un renombrado centro de investigación y tratamiento de adicción al juego en Argentina.

La ludopatía es la incapacidad de un sujeto para poner fin a la práctica de los juegos de azar y las apuestas a pesar de conocer sus consecuencias negativas. La misma tiene que ver con liquidar bienes, sean materiales o no. Si bien la patología se genera a partir de una relación enfermiza con el juego, a lo largo de esta entrevista Coletti enfatizará en que el problema sucede más allá del objeto, cuando se crea una dependencia. 

Cuando pensamos en la ludopatía, con frecuencia se nos viene a la cabeza un sujeto varón de mediana edad que frecuenta quinielas, hipódromos y casinos. Si bien en algún momento esto fue así, el panorama comenzó a cambiar cuando llegaron las apuestas online, con la facilidad de tener la adicción al alcance de la mano. La nueva modalidad propició que la mala relación con el juego comience a presentarse cada vez en poblaciones más jóvenes, siendo aún más difícil de detectar por el anonimato que permite.

“Nosotros hace mucho veíamos un cambio de perfil en los casos de ludopatía. Hace 50 años, la mayoría de las personas que la presentaban eran hombres de mediana edad con problemas con sus vínculos. Luego se agregaron las mujeres con la incursión de las tragamonedas, que fueron la vedette de los juegos de azar durante décadas. Hace unos diez años, lo que vemos es que las apuestas online comenzaron a expandirse en el público joven y adolescente”, afirma Mariela.

“Cuando es entre adolescentes, incluso llega a generarse una competencia en el mismo colegio a ver quién gana más. Cuando es entre los jóvenes, lo que suele suceder es que por la presión de poder independizarse de la familia lo consideran como el camino más fácil para conseguir ingresos. Con la ilusión de poder hacerse de dinero terminan poniendo en jaque su vida”, cuenta.

La falta de contención y la ausencia de tratamiento idóneo llevan a que en muchas ocasiones los adolescentes usen inclusive el tiempo de recreo o falten a clase para practicar el juego patológico. “Hay una hiper valoración del dinero por parte de toda la sociedad y especialmente de los más jóvenes que impacta mucho. Todos quieren ganar millones en dos minutos”, repone Coletti. 

Si bien es difícil conocer la masividad del fenómeno, en 2018 la Organización Mundial de la Salud (OMS) incluyó la adicción a los videojuegos como enfermedad mental y, según la organización española “Pantallas Amigas”, la edad promedio a la que los jóvenes comienzan a utilizar videojuegos de manera diaria se sitúa en los 11 años, siendo más varones que mujeres. 

Algunos de los factores desencadenantes de la adicción pueden ser la conexión excesiva a internet, la carencia de filtros en los contenidos para menores, la falta de límites por parte de los tutores, la dependencia patológica del teléfono móvil y el ocio mal tramitado. Además, la ludopatía en la adolescencia puede ser resultado de conductas y carencias vividas en la infancia.  

“Hay dos factores claves en este fenómeno: por un lado, los influencers y los famosos comenzaron a publicitar las páginas de apuestas en sus perfiles, creando un contenido muy peligroso. Por otro lado, la digitalización del dinero y el acceso a billeteras online propicia que los adolescentes tengan acceso a nuevas formas de pago. Es muy fácil para los chicos hoy apostar a través de cuentas propias o ajenas”, explica Mariela. “Ese contexto hizo que entre los adolescentes, especialmente los varones, que tienen un arraigo muy fuerte con el dinero y lo asimilan a la idea de triunfar, se expanda cada vez más”.

La adicción se puede generar en cualquier estrato social y género, pero usualmente sucede cuando la persona tiene ciertos rasgos de personalidad vulnerables. Estos dispositivos tecnológicos generan una forma de segregar cortisol y dopamina, hormona y neurotransmisor relacionados con la felicidad. Cuando aparece la adicción al juego puede ser un modo de distraerse de dolores, duelos difíciles, frustraciones amorosas, de paliar soledades o tapar angustias. En el caso de los adolescentes, el juego online -tanto de apuestas como en red- hace que el sujeto se sumerja en esa realidad virtual, algo semejante a lo que ocurre en las máquinas tragamonedas. El sujeto se abstrae y todo alrededor parece detenerse. 

¿Cuál es el rol del Estado?

Recientemente, la senadora Laura Clark -en colaboración con Faro Digital- presentó en el Senado de la Provincia de Buenos Aires un proyecto de ley para prevenir la ludopatía en adolescentes. El mismo crea un programa dedicado a jóvenes de entre 12 y 18 años que sean estudiantes de instituciones tanto públicas como privadas. La intención se basa en promover políticas activas y específicas sobre ludopatía en esta población. Además busca formar al cuerpo docente e instaurar la primera semana de septiembre como Semana Provincial de la Prevención de la Ludopatía en Adolescentes, fomentando el uso consciente y reflexivo de las plataformas digitales. La posible ley impulsa la creación de informes de impacto relevando la implementación de dichas políticas. Se trata de no solo abordar las consecuencias individuales de la ludopatía, sino también comprenderla como un problema cultural que requiere atención y acompañamiento. Así se integra el paradigma de los cuidados y la ciudadanía digital incorporando el trabajo pedagógico sobre lo lúdico bajo la consigna «que el juego no te gane».

Según los fundamentos del proyecto, se calcula que en Argentina hay unas 19 millones de personas que apuestan asiduamente, mientras 7 de cada 100 argentinos pueden ser considerados adictos. Por su parte, un informe de Global Online Gambling Market del año 2020 revela que las casas de azar online recaudaron en ese año 65.316 millones de dólares y se proyectan más de 130.000 millones de dólares para el 2027.

“El Estado debería garantizar que se prevenga, se trate, se realicen campañas de difusión, que se sepa que no es una pavada. Mientras más gente apuesta, más probabilidad hay de que la persona se vuelva adicta. Si vos no ponés restricciones y permitís las publicidades, después no sirve de nada que pongas un cartel en la calle diciendo que el juego compulsivo es malo”, continúa Coletti y retruca: “El Estado no ha hecho más que favorecer la profusión de todo esto».

Según un informe realizado por Playtech, 9 de cada 10 argentinos consultados aseguró ser «responsable» a la hora de jugar en línea. Sin embargo, la mayoría de los usuarios (un 53%) vinculó la responsabilidad con los posibles problemas económicos de una práctica compulsiva. El 84% de los argentinos encuestados nunca recibió una advertencia sobre su nivel de juego, una cifra que en comparación con la región es alta. En Brasil, por ejemplo, el 52% de los encuestados dijo haber sido alertado sobre su comportamiento. Del informe se desprende que una de cada tres personas (33%) en promedio en Latinoamérica recibió una advertencia sobre su nivel de ludopatía.

“Cuando se convierte en una patología comienza a haber malos manejos del dinero, irritabilidad por la pérdida y euforia cuando se gana. Son cambios bruscos que tal vez el entorno no entiende a qué se deben. Las personas empiezan a mentir para ocultar los vaivenes de dinero e incluso llegan a sustraer bienes a miembros de la familia”, asevera la psicóloga. “Desde lo subjetivo, la persona sabe que se volvió adicta cuando es lo que más le importa en la vida. Cuando el juego no le permite disfrutar de otros espacios. La adicción los va colonizando y se sienten cada vez más tomados”.

Tratarse para salir a flote

Desde Entrelazar advierten que el tratamiento no es sencillo ni lineal, que hay recaídas, mentiras y frustraciones. Ante éstas, invitan a “sostenerse en el deseo de seguir el tratamiento y no bajar los brazos”. “Nuestro trabajo consta de entrevistas individuales y vinculares articuladas entre sí. Si es necesario, según el caso, también interviene un psiquiatra y se receta medicación porque a veces la adicción al juego aparece como síntoma de problemas psiquiátricos de base”, aporta la psicóloga.

“El juego es una práctica que se va instalando subrepticiamente, que se minimiza mucho y cuando empieza a cambiar de color uno no se da cuenta. Nadie te va a decir ‘andá a consumir cocaína’, pero no ven la misma relevancia si le apostás a un Boca-River. Muchas veces los pacientes creen que no tienen ningún problema o que si dejan de jugar ya está resuelto. No ven que es una patología”.

«Nosotros ponemos el foco en lo subjetivo”, advierte la entrevistada. “No se trata solo de dejar de apostar, sino de trabajar lo que está por detrás de la adicción. Nuestra manera de abordarlo no es punitiva, sabemos que la persona no va a dejar de jugar hasta que no pueda hacer un giro”, concluye la especialista.

Desde la página de Entrelazar explican que el propósito del tratamiento es que el sujeto capte para qué se entrega al juego de ese modo excesivo, que construya una vida sin tantas repeticiones, sepa cómo enfrentarlas y tome responsabilidad por sus actos, tanto los voluntarios como los involuntarios. “Lo que comprobamos es que mediante el trabajo, se recupera y encuentra sustituciones a esa pasión desmesurada”, finalizan.

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El Grito del Sur

El Grito del Sur es un medio popular de la Ciudad de Buenos Aires.
Fundado el 23 de septiembre de 2012 en el natalicio de Mariano Moreno.