Nahir Galarza: la película reaviva el debate del caso

🎞️ Con una producción que quería llegar a toda costa y un estreno casi desapercibido -pese a la estrategia de su plataforma para atraer a nuevos suscriptores-, la película sobre la mujer más joven del país en ser condenada a prisión perpetua consiguió el protagonismo mediático y resuena frente a la curiosidad de averiguar: ¿qué se pasó por alto?

Valentina Zenere percibe en Nahir Galarza algo indescifrable. Eso la atrapó mucho, además del intento por comprender las razones por las que decidió actuar como actuó. Es el mismo interés el que atrae a ver el film dirigido por Hernán Guerschuny («Casi feliz», «Doble discurso») que lanzó la plataforma de Amazon Prime Video, carente de un guión elaborado, que esquiva las complejidades de la causa y que musicaliza uno de sus momentos más dramáticos con “Maldita Noche” de Bandana. El contraste no funciona (ni logra el efecto como sí el plano secuencia final de “El Clan”, de Pablo Trapero con “Sunny Afternoon” de The Kinks) y por el contrario resalta más el carácter de ficción donde se escuda el proyecto.

La actriz (reconocida por producciones como «Élite», «Soy Luna» y «Casi Ángeles») realizó un buen trabajo de composición de personaje. Probablemente lo mejor de la biopic: incluyó su cambio de postura, lentes de contacto y el ejercicio vocal para acercarse a un timbre de voz agudo muy parecido. Una proximidad a la que pocos se le acercaron. Es cierto. A Nahir la envuelve un misterio que vuelve relevante a su película.

“El éxito de las series o películas del true crime tiene que ver con el morbo de acercarse a la verdad. Una verdad que por otro lado es muy difícil”, observa la periodista Sonia Tessa en diálogo con El Grito del Sur. Si bien no es de ahora generar producciones basadas en hechos reales, en los últimos años el género creció como una fórmula efectiva, ya que además de asegurarse de antemano cierto interés social (tomando de parámetro el suceso verídico; no así un proyecto que sale a la luz y quieren ver cómo impacta) no requiere la creatividad de un guion original. La serie de Guillermo Coppola, el crimen de María Marta García Belsunce (serie y documental que optan por puntos de vista opuestos), la próxima serie de Carlos Menem (también para Prime Video) y su reciente documental sobre el atentado a su hijo. La lista es interminable. “Lo que se vende al espectador es la posibilidad de saber toda la verdad y de estar dentro de esa escena, que en su momento fueron tan conmovedoras para la sociedad como lo fue el caso de Nahir”, continúa.

Como una película, el periodismo también construye historias. Al intentar reunir los datos, armar una cronología, dar con las voces involucradas, informar sobre avances y novedades, y preguntarse más allá, termina generando un relato de un relato, que en su praxis se estima que aspira a garantizar el derecho a la información, aunque emplee técnicas más o menos narrativas. Incluso, Nahir tuvo su entrevista televisiva (con Mariana Fabbiani) y forma parte de la película.

La película se desarrolla desde la madrugada del 29 de diciembre de 2017, como punta de hilo que desatar, cuando Fernando Pastorizzo (Federico en la ficción) recibió dos disparos: uno por la espalda y otro en el pecho. Sonia se enteró de la noticia aquel fin de año. “Lo que más recuerdo era esa incomodidad, por la serie de elementos que se daban: una chica joven, linda, rubia, todas las características para convertirse en un culebrón donde ella fuera la recontra mala que mató a un chico. Un relato, que entiendo a la familia porque acá hay una víctima y no hay que olvidarse de eso y más allá de que es probable que sea culpable porque la Justicia lo ha acreditado, pero seguramente las complejidades de la relación también existieron”, señala la periodista.

No obstante, la película genera su propia agenda para rever, hablar, darle pantalla a la causa. “En todo caso es una excusa –más allá de ser un negocio de la plataforma, que por lo que veo tampoco ha dado un resultado muy interesante, veremos cómo se desarrolla y si llega a ser tan vista– para revisar socialmente todo lo que condensó Nahir como figura: les resultó funcional a quienes querían desmentir esa violencia estructural que significa el patriarcado”, remonta la periodista. La ficción muestra desde las marchas de justicia por Fernando con carteles de Ni Uno Menos en la ciudad entrerriana de Gualeguaychú, que fue punta de lanza desde el femicidio de Micaela García que implementó la Ley Micaela para el tratamiento de los casos con perspectiva de género. “Configurarla como una monstruo mientras femicidios se cometen cada 24 horas y cada vez pasan más desapercibidos”, añade.

El periodismo feminista (con Las 12, como un espacio referente) aportó una perspectiva en el tratamiento mediático del crimen, que hasta por entonces no se daba y resaltó la celeridad con la que Nahir fue detenida (también incrementada por su rápida confesión) y sentenciada. “En aquel momento me acuerdo que lo que más trabajamos fue poner un freno a la demonización que se le atribuía por el hecho de ser una mujer que cometió un delito y poner en claro que el caso de Nahir Galarza no era un femicidio al revés sino otro tipo de situación. Observábamos que cuando ocurre un caso de femicidio la respuesta de algunos sectores era ‘no son todos los varones’ pero cuando es una chica que mata, señalaban: ‘¿vieron que las mujeres también matan?’”, expresa Sonia.

En Argentina, las dos personas más jóvenes en recibir la sentencia máxima que un tribunal puede dictar son: Carlos Robledo Puch por asesinar mientras dormían y por la espalda a al menos once personas entre marzo de 1971 y febrero de 1972, y Nahir Galarza. En 2018, poco antes de que la joven de 19 años fuera condenada a prisión perpetua el 3 de julio por el Tribunal de Juicio y Apelaciones de Gualeguaychú –mientras los jueces apuraban la audiencia porque jugaba la Selección–, Rodolfo Palacios publicaba su libro sobre el “Ángel”. Allí uno de los comentarios iniciales es el del director Luis Ortega (que ese mismo año estrenó su película) reflexionando sobre el acto de matar: “una abstracción que nadie llorará pero le garantizará al criminal su destino”. Ser mujer y haber cometido el delito implica cruzar un doble límite social.

“Esta imposibilidad de que una mujer pueda cometer un delito se enmarca en la cuestión machista del rol que se presume que ocupa la mujer” —responde a este medio la abogada Melisa García, fundadora de Abofem Argentina— “Pensemos que hace no mucho tiempo veníamos discutiendo el rol reproductivo de la mujer y su inserción en el mundo laboral. Parece ajeno, pero también hace a la posibilidad de tomar acciones o cometer actos ilegales, delitos. Este rol de estar por debajo. Y si la mujer comete algún acto que está penado o es ilegal, la fuerza que cae por parte de todo el aparato del Estado y los medios de comunicación va a ser extremadamente tajante”.

Se construyeron imágenes polarizadas de Nahir. Por un lado, la victimaria fría. Por otro, la película la ubica en el lugar de víctima de varios hombres: su padre, Fernando, un tío que denunció luego de un psicodiagnóstico en 2022 (aunque fue sobreseído). Poco ahonda en su clase social o si efectivamente tenía delirios de reina de carnaval; amaga a mostrar a su hermano con discapacidad y un costado dulce con él, también un vistazo a una amiga de prisión que fue noticia. La excepción que asoma un poco más de complejidad es la escena donde muestra que ella manda el mensaje (en la causa la historia de Instagram) una vez en su casa luego del crimen. En la entrevista, sostiene que su versión más real es la que muestra en ese momento. ¿Qué Nahir es posible distinguir entre las figuras que se le atribuyen?

“Ella pudo haber sido y de hecho fue la persona que cometió ese delito pero tiene que haber todo un contexto que no elimina que también haya sido víctima ni que eso la justifique, sino que estaríamos hablando de otra tipificación en lo que corresponde a la legítima defensa” —profundiza la letrada— “Indudablemente creo que hay algo significativo que se lleva adelante en esta película al mostrar que existía violencia de género. Y que cuando una persona está sumida en una situación de violencia en una cuestión asimétrica, las acciones que puede tomar van a verse totalmente condicionadas sobre cómo va a reaccionar y a defenderse. La mayoría de los casos donde una mujer que comete un homicidio bajo situaciones de violencia de género busca hacerlo en un momento en el que se sienta de alguna manera en alguna posibilidad o posición física para poder ejercer ese hecho (ya sea durmiendo o de espaldas). Generalmente no lo va a hacer de manera directa, por el temor inminente de que él pueda contraatacar”. 

Con una semana de diferencia al estreno de la película, Máximo Thomsen dio su primera entrevista televisiva a Rolando Barbano para Telenoche. En redes, se cuestionó que se le diera cámara tanto al rugbier como a Nahir para mostrar sus puntos de vista. Por otra parte, al contar detrás de la nota, el periodista reveló que el nuevo abogado del joven sentenciado a prisión perpetua por el crimen de Fernando Báez Sosa, Francisco Oneto (ex candidato a vicegobernador de la Provincia de Buenos Aires por La Libertad Avanza), le dijo: —Convenceme que tiene que hablar con vos y no con la streamera— en referencia a una plataforma que estaría buscando los derechos para adaptar el caso y que además le pagaría por ello.

La causa de Nahir Galarza está en la Corte Suprema de la Nación con cinco presentaciones de la abogada Raquel Hermida Leyenda dentro de las cuales se encuentra la denuncia a Marcelo Galarza, padre de Nahir (en la ficción, César Bordón; la madre Yamina Kroh es personificada por Mónica Antonópulos), su último testimonio de cuando aún ejercía como su abogada. “Ella da a entender que el padre está vinculado al proxenetismo y que ese es el motivo por el que ella dejó de representar a Nahir”, aporta Tessa.

Si bien la película toma la perspectiva de la acusada y su ex defensora tiene una participación como “la abogada feminista de Buenos Aires” (interpretada por la actriz Maite Velo), ella repudió la película. “No participo. Nunca fui consultada. Me da asco que lucren con una muerte, con una larga detención, con una gran mentira. Es una ficción que revela una asociación ilícita entre abogados, el padre y un oscuro representante de mujeres. El productor se puso muy nervioso cuando denuncié al padre. No doy notas. No voy a colaborar con la prisión de Nahir”, tuiteó antes del estreno.

En primeras conversaciones, el guión iba a ser desarrollado por la autora y filósofa Tamara Tenenbaum para una serie adaptando el libro de Mauro Szeta con Mauro Fulco. Finalmente alejados del proyecto y con una producción que quería llegar a toda costa, se tomó el texto del representante mediático Jorge Zonzini y la perspectiva de Nahir, y que al parecer cobró por ceder sus derechos. Pese a varios afiches en la vía pública y una jornada de entrevistas que se organizó dos días antes, el estreno pasó casi desapercibido frente a la estrategia de la plataforma para generar nuevos suscriptores. Gradualmente atrajo el foco de canales y medios.

Nahir es representada por José Ostolaza, su nuevo abogado, que ya conversó con el ciclo de Fabbiani. Su estrategia será intentar revocar la condena a prisión perpetua, confirmada en julio de 2019 por la Sala II de la Cámara de Concordia que desestimó que existiera violencia de género, porque “no se pudo acreditar que fuera física”, rechazó la existencia de asimetría de poder y descartó que la muerte hubiera sido accidental. 

En marzo de 2020, la Sala Penal del Superior Tribunal de Justicia, integrada por los jueces Miguel Giorgio, Claudia Mizawak y Daniel Carubia, ratificó la condena, y un mes después rechazó el pedido de excarcelación. Entonces, la defensa solicitó a la Corte Suprema de Justicia de la Nación un nuevo juicio, señalando la “arbitrariedad” que hubo en el primero. A estas instancias, Ostolaza alega el atenuante de violencia de género aunque no se explica por qué toma esa parte del relato y no la acusación de Nahir contra su padre. Tampoco es claro en mencionar su rol en el hecho: dijo que disparó “en defensa propia”, después que «se le disparó el arma».

Si su sentencia sigue firme, Nahir tendrá 54 años cuando pueda presentar su pedido de libertad condicional. “Que haya sido una mujer de 19 años también es importante” —puntualiza García, y cierra— “Si partimos de la mayoría de edad nos encontramos con ciertas capacidades para comprender lo que es una comisión de un delito y ser una persona adulta en términos del derecho. Con esto no estoy diciendo que sabía que lo que estaba haciendo era un delito. Lo que quiero decir es que cuando agarramos la letra fría de la ley, sin entrar en la contextualización (familiar, el lugar específico donde vivían, la idiosincrasia de la ciudad), ni en la ampliación que hay respecto de la protección a los derechos humanos, perdemos un montón de cuestiones que son analizables al momento de tener en cuenta la comisión de un delito. Cuando se busca que sea una condena ejemplar, es un mensaje. Hay un montón de elementos, que son propios de ese expediente (si existe una protección por parte de ella al padre por su rol específico en las fuerzas de seguridad y porque era su arma reglamentaria) y está bien que se estén reviendo para ampliar la causa y si en definitiva ella tiene que cumplir una condena por el delito que cometió sea entendiendo y acorde a lo que sucedió”.
La película juega con el off de la nota dentro de la Unidad Penal 6 de Paraná. Hacia el final, ya sin micrófono, luces y cámaras apagadas, Nahir vuelve a su celda, donde termina una falda con lentejuelas en su máquina de coser.

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