El caso M: entre la desidia estatal y el rol de la «mala madre»

M. ya está de vuelta entre nosotres. Pero durante la búsqueda se cruzaron la solidaridad popular de Cildañez con la revictimización del Gobierno porteño y los medios hegemónicos. 📣

Hace apenas algunas horas se conoció el paradero de M., la niña de 7 años en situación de calle que se encontraba desaparecida desde el lunes 16. La menor había sido secuestrada por Carlos Savanz, de 35 años, quien la secuestró bajo la promesa de cambiar su bicicleta luego de haber establecido una relación previa con la niño. Actualmente el hombre se encuentra detenido imputado por sustracción de una menor y la niña fue restituida gracias al despliegue de les vecines.

Durante su búsqueda, mientras el Ministerio de Seguridad declaraba la “Alerta Sofía” (un sistema que difunde información del niñe desaparecide a través de redes sociales, canales de televisión o dispositivos móviles), los medios masivos se enfocaron en el rol de la madre, juzgando su accionar y posicionándola en el rol de “mala madre” luego de que declarara “Yo le permití ir a cambiar la bicicleta; ella se había encariñado con este hombre. Él jugaba siempre con ella adelante mío, no sé qué se me dio por darle permiso”. “Algunos periodistas querían justificar el hecho con lo poco que Estela cuidaba a su hija. ¿Cómo la dejó ir con alguien que no era de su familia? No entienden que en situación de calle la noción de familia se construye con otra lógica, que se componen redes diversas en la constante lucha por sobrevivir» manifestaron desde la Asamblea de personas en situación de calle.

La realidad de las niñeces y maternidades en situación de calle es tan compleja como invisible para el grueso de la sociedad. Mientras las madres de clase media se parecen cada vez más autosuficientes, libres y empoderadas quienes no responden a este ideal son expulsadas del sistema y cuestionadas por estar al margen, en un círculo vicioso que las pone en el banquillo de los acusados y las aleja de los lugares donde deberían encontrar respuestas y contención. “Hay un estereotipo de maternidad ideal que se exige a todas las mujeres y en el caso de las compañeras en situación de calle esto se ve cristalizado en las intervenciones que hace el Estado. Constantemente se considera que no pueden cuidar, de que no están maternando bien y esto lleva a que cualquier medida sea punitiva y violenta, tendiente a una separación del niño de su madre mediante a lo que se llama ‘protección de derechos’ ” explica Ailén Braille, trabajadora del Centro de Atención Integral para la Adolescencia y la Niñez (CAINA). “Las mujeres con un hijos en situación de calle tienen que crear tanto redes afectivas como económicas.La ranchada se vuelve un espacio de contención y cuidado colectivo en el que se sienten seguras aunque tal vez no lo estén. Hay que modificar la mirada estatal sobre niñeces y maternidades en situación de calle porque sino el Estado llega siempre tarde, cuando pasan estas cosas, cuando la situación se extralimita” asegura la Braille, quien denuncia que las instituciones sostienen lógicas expulsivas y revictimizantes.

Según el último censo popular de calle realizado por las organizaciones sociales, en 2019  7251 personas estaban sin techo en Capital Federal. De estas, 871 eran menores y 40 embarazadas. En el mismo año el Gobierno de la Ciudad contabilizó solamente  1.146 personas sin vivienda. Si bien el relevamiento del 2020 debió ser suspendido, las organizaciones estiman que por la crisis sanitaria hubo un aumento de la población que tiene dificultades para acceder a la vivienda, algo que no quedó reflejado en el actual presupuesto destinado a los subsidios habitacionales, donde la meta quedó fija en 19.600  familias asistidas. Hace algunos meses las organizaciones sociales firmaron un acuerdo con el Gobierno para realizar el próximo censo en conjunto, buscando saldar las diferencias metodológicas y recabar datos sociodemográficos. Sin embargo, del presupuesto destinado a la vivienda en CABA  viene en una caída constante desde 2017, disminuyendo en 2021 un 17% respecto al año anterior “Tenemos que dejar de pensar políticas de urgencia como las que piensa el Gobierno de la Ciudad, que tienen que ver con dar un lugar para dormir por una noche, y realmente pensar soluciones que puedan modificar de manera estructural las causas que llevan la situación de calle, garantizando que realmente todas las personas puedan acceder a una vivienda digna como lo dictamina la Constitución” afirma Rosario Fassina, coordinadora del Programa Derecho a la Ciudad de la Asociación Civil por la igualdad y la Justicia (ACIJ).

“Para nosotres la maternidad en situación de calle es el mayor entrecruzamiento de las violencias a las que están expuestas los cuerpos de las personas gestantes.” asegura Daniela Camozzi, integrante de No Tan Distintas, organización que cumplió diez años trabajando con mujeres y personas trans en situación de calle. “En el caso de M. vemos cómo en vez de haber estado presente con una política integral el Estado aparece para criminalizar y volver a violentar con intervenciones muy crueles.”

Ante la falta de respuestas superadoras muchas veces las instituciones estatales proceden a separar a las mujeres de sus hijes, basándose en la ley nacional 26.061 de Protección Integral de los Derechos de las Niñas, Niños y Adolescentes y 114 en CABA. Sin embargo, Braile asegura que esto supone una mala interpretación de la ley, donde se especifica que se trata de intervenciones de última instancia y que el niño debe sostener los núcleos familiares y comunitarios bajo cualquier excepcionalidad. “La forma que tiene el Estado de intervenir, de manera violenta, cuestionando su maternidad sin otorgar recursos para que haya una solución real, genera que las compañeras huyan de las instituciones por miedo a que les saquen a los pibes. Necesitamos pensar políticas públicas que trabajen todos los aspectos y no solo la evaluación de la situación del niño, interrogando a las compañeras sino que puedan contenerlas” afirma la ex trabajadora del área de niñeces del centro de integración Frida.“La pobreza no puede ser la excusa para tomar una medida de abrigo”.

“Cuando se separa a la madre de les hijes nosotres trabajamos para que la mujer entienda que se trata de una situación estructural y pueda aliviar la angustia que muchas veces tiene. Son las organizaciones las que tienen que amortiguar estas situaciones con todas las dificultades que conlleva.” agrega Camozzi.

Si la aparición con vida de M. es un motivo de alegría también es un síntoma de la apatía social. Este caso, como muchos otros, pone evidencia la precariedad a la que quedan expuestas las personas con capacidad de gestar y las niñeces en situación de calle y la urgencia de debatir nuevas estrategias de contención donde las instituciones integren a la perspectiva de género la de clase.

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Dalia Cybel

Historiadora del arte y periodista feminista. Fanática de los libros y la siesta. En Instagram es @orquidiarios