«Esta CGT es la peor de la historia: fue la que acompañó todo el proceso macrista»

El secretario general de la Unión Ferroviaria, Seccional Buenos Aires Oeste, describe la situación actual del Ferrocarril Sarmiento y le apunta a la conducción de la CGT: "Los dirigentes de la mayoría de los gremios no tienen nada que ver con las ideas de la clase obrera".

Desde el Ministerio de Transporte de la Nación se aconseja reducir al mínimo el uso de colectivos y trenes para evitar la propagación del virus. Aunque la situación parece estar controlada, es un hecho que miles de personas usan todos los días el ferrocarril para viajar desde distintos puntos del Conurbano a la Ciudad de Buenos Aires. El Grito del Sur se comunicó con Rubén «Pollo» Sobrero, secretario general de la Unión Ferroviaria en la Seccional Oeste por la Lista Bordó y uno de los principales referentes del sindicalismo combativo, para hablar sobre la situación de los trabajadores y las trabajadoras del Sarmiento, la coyuntura política y el panorama sindical de cara a la renovación de las autoridades de la CGT en 2021. “La crisis que va a dejar esta pandemia nos tiene que llevar a tomar medidas de fondo, como por ejemplo que los ricos paguen más. No puede ser que no paguen un impuesto a las riquezas mientras los laburantes pagamos el impuesto al salario”, sostiene el dirigente ferroviario.

La semana pasada, varios trabajadores y trabajadoras del Sarmiento dieron positivo por coronavirus. ¿Cuál es la situación sanitaria allí?

Estamos atravesando la misma situación que atraviesa toda la Provincia con esta enfermedad. Es un momento muy difícil. Ojalá que haya salido la cura con la vacuna que informaron desde Rusia y de otros países también. Ojalá que llegue a buen término porque es una enfermedad muy grave que hay que tomarla muy en serio. Nosotros estamos respaldando fuerte la cuarentena que, hasta ahora, era lo único que frenaba la expansión del virus. Esperamos que esto mejore y que podamos salir de esta pandemia más fuertes que nunca.

¿Cómo está la relación con la empresa Trenes Argentinos? ¿Les dan todos los elementos necesarios de protección sanitaria?

Hubo vaivenes. Al principio tuvimos muchos problemas y tomamos medidas para que nos den los elementos, pero ahora que pudimos encaminar todas esas discusiones la verdad que los elementos de seguridad están bien. Y, además, como están todos los delegados presentes, si no tenemos los elementos sanitarios no se labura. Así que por ahora se está cumpliendo, y a la vez se está cumpliendo con los usuarios del transporte, que es un aspecto muy importante. La desinfección de los trenes cada hora, que se está haciendo en las puntas de las estaciones -en Once, en Moreno, en Castelar- es muy buena. Es decir, uno puede viajar tranquilo, dentro de las posibilidades, porque obviamente que si sube al tren un tipo contagiado, por más que desinfectemos cada hora, mucho más no se puede hacer.

Es una constante que cada vez que se corta el servicio por un reclamo gremial, estalla la bronca de los pasajeros contra los laburantes ferroviarios. En este contexto, ¿ves que hay mayor solidaridad y entendimiento por parte de los usuarios o todo lo contrario?

La gente entiende que esto no es un conflicto gremial. Nosotros tenemos un protocolo de seguridad que cumplir, y cuando hubo casos positivos como los que tuvimos en Control de Trenes, con muchos compañeros con contactos estrechos, no pudimos mantener las formaciones en funcionamiento, y sólo pudimos lograr que salgan algunos trenes a la mañana. Pero bajo ningún punto de vista nosotros vamos a tener un conflicto gremial en medio de la pandemia. Yo creo que hay que separar las cosas, todos los laburantes tenemos que ser solidarios porque los que viajan en los trenes son los médicos, los enfermeros, que son los tipos que nos están cuidando a todos. Entonces, en una situación como ésta vos no podés mirar el problema personal sino que tenemos que mirar el problema de conjunto. De conjunto quiere decir que todos tenemos que ayudar para salir de este agujero. Y cuando digo todos hablo de nosotros, los laburantes, los tipos de barrio, porque la gente pudiente no viaja en los trenes. Bajo esta situación hay que priorizar la solidaridad de clase.

¿Qué perspectiva le ves al proceso de unidad que se está intentando construir en la CGT? ¿Qué escenario imaginás de cara a la renovación de autoridades del año que viene?

Esta CGT es la peor de la historia. No nos olvidemos que fue esta CGT la que acompañó todo el proceso macrista. No nos olvidemos que cuando le pedimos un paro contra Macri no dudaron en irse corriendo de un acto, aquella vez que la gente tocó el palco por primera vez en la historia del movimiento obrero. Yo creo que hace falta una renovación muy profunda dentro de los gremios. Los dirigentes de la mayoría de los gremios no tienen nada que ver con las ideas de la clase obrera, se necesita una renovación. A muchos dirigentes ya se les pasó el cuarto de hora. Hace falta empezar a pensar otro modelo sindical, que sea más democrático, en donde tengan participación las minorías y que esté atado a muchos valores que se perdieron, que por suerte nosotros los seguimos manteniendo.

Este lunes hubo un encuentro entre la UTEP y algunos sindicatos de la CGT como Camioneros y la UOCRA, donde lanzaron una propuesta de salario universal y la creación de 4 millones de puestos de trabajo. ¿Qué opinás de este encuentro entre movimientos sociales y sindicatos?

No conozco el proyecto de Juan (Grabois). Yo más o menos sabía lo que él quería hacer porque la última vez que lo vi me contó algo. Yo creo que organizar al movimiento de desocupados está muy bien, pero habría que ver bajo qué posta se hace. Nosotros tendríamos que lograr que todo un sector de la sociedad que está fuera del sistema laboral vuelva a ser reinsertado en medio de una crisis muy profunda y eso nos va a costar muchísimo. La crisis que va a dejar esta pandemia nos tiene que llevar a tomar medidas de fondo, como por ejemplo que los ricos paguen más: no puede ser que no paguen un impuesto a las riquezas mientras los laburantes pagamos el impuesto al salario. No puede ser que el directorio de Vicentin no caiga en cana después de haber estafado al país. A mi modo de ver, el Gobierno no está haciendo las cosas bien.

¿Por qué el FIT tiene expresión electoral de unidad pero no tiene expresión sindical de unidad?

Estamos haciendo un esfuerzo muy grande. El FIT fue un gran avance y eso quiere decir que toda la izquierda puede unirse, incluyendo las nuevas agrupaciones que se incorporaron. Hoy toda la izquierda está junta en el plenario del sindicalismo combativo. El tema de la unidad es muy complicado, pero creo que estamos avanzando. Creo que llegó el momento de entender que si nos unimos somos algo y que si nos dividimos somos el hazme reír de la sociedad. Con respecto a este problema que vos me estás planteando, yo estoy dando una batalla muy fuerte dentro del plenario de sindicalismo combativo para mejorar la unidad y creo que estamos en el camino correcto, después va a depender de las decisiones que tomen las direcciones de los distintos partidos. Pero la realidad es que nunca nos fue bien separados. El tema de la unidad es un gran problema para nosotros, pero creo que estamos ante los inicios de una posibilidad de reunificación. Fue muy duro el golpe que recibió el trotskismo en Argentina. Para mí, y lo hablo a título personal, el único partido que acarició una influencia de masas dentro del trotskismo fue el MAS en los años noventa, que llenaba una plaza con ciento diez mil personas, que tenía sindicatos y comisiones internas. La destrucción del MAS nos llevó a convertirnos en 17 partidos, y las consecuencias de esa ruptura todavía la estamos pagando. Reconstruirnos a partir de ahí fue muy doloroso para los que creemos que la salida de fondo del movimiento obrero es cambiar el sistema y no cambiar de partidos. Y creo que nos está yendo bien en ese sentido.

Gran parte del movimiento obrero se identifica con el peronismo y con la figura de CFK. ¿Ves que sucede lo mismo en las bases de trabajadores y trabajadoras que representás en el Sarmiento?

Yo creo que electoralmente Cristina es la persona más fuerte, pero dentro del movimiento obrero no es tan así. Dentro del movimiento obrero hay muchas corrientes, obviamente peronistas, porque eso es así: el movimiento obrero es peronista y eso es una realidad. Pero nosotros no discutimos acerca de personas, discutimos el sistema. Nosotros estamos convencidos de que el movimiento obrero va a recuperar su dignidad el día que haya socialismo en el país.

¿Por qué la izquierda no pudo capitalizar electoral y políticamente el descontento popular con el gobierno de Macri?

No llegamos. No se pudo. Pero ahora sí estamos creciendo. Nosotros somos un sector minoritario y uno tiene que entender que la realidad es como es. La única verdad es la realidad. No tenemos la fuerza que tiene Cristina, eso es obvio. Pero la lucha de clases va a poner las cosas en su lugar, porque en definitiva es la lucha de clases lo que acomoda a las sociedades. Y, a la vez, los procesos políticos nos van a ubicar en el lugar que tenemos que estar.

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¿Cómo ves al gobierno de Alberto Fernández?

Yo estoy muy enojado con lo que pasó con Vicentin. También estoy muy enojado con el tema del impuesto a las riquezas. El único que presentó un proyecto de ley de impuesto a las riquezas fue el FIT. Y estoy muy enojado también con cómo se está manejando el tema de la Justicia, porque no hay dudas de que a estos jueces que tenemos hay que colgarlos, pero mucho no se puede hacer si no tenés a la gente movilizada y sobre todo en un momento en el que las dudas y los retrocesos de Alberto Fernández le dieron mucho aire a los sectores de derecha.

Mencionaste a la Justicia. ¿Qué pensás del proyecto de ley de reforma judicial que se envió al Congreso?

Para mí el tema de fondo es con qué criterio político se va a reformar la Justicia. Porque todos estamos de acuerdo en que esta Justicia no sirve para nada, pero hay que discutir con qué criterio se va a reformar. Por eso, yo cuando discuto lo hago sobre la base de qué sistema político necesitamos para que los laburantes vivamos en un sistema sin desigualdades sociales. Yo creo que la única manera de terminar con las desigualdades es implementando el socialismo, pero no el socialismo del siglo XXI de Chávez ni nada de eso, sino un verdadero socialismo en donde las desigualdades sociales desaparezcan. A partir de esta base yo organizo todas mis discusiones políticas. Y obviamente con el peronismo tengo una discusión distinta a la que tengo con los liberales. Ahora bien, la discusión de fondo es si dentro del sistema capitalista hay una salida para la clase obrera. Nosotros en ese sentido somos categóricos: decimos que no. Vos fijate que la crisis mundial del capitalismo nos está llevando puestos a todos con un bichito que ni siquiera se ve. Eso es una muestra de debilidad que tiene este sistema. Y, además, vamos a quedar con un 50% de desocupados en todo el mundo. A eso tenemos que darle una respuesta política. Yo creo que el partido que mejor se pare ante esa respuesta política va a ser el que mejor represente a la clase obrera y va a ser, a la vez, el que va a imponer un nuevo sistema.

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Jeremías Herrera

Licenciado en Comunicación Social por la Universidad de Buenos Aires