«Si la votación era un año atrás, Trump arrasaba»

De acuerdo con la politóloga argentina Florencia Grillo, quien cubrió las elecciones estadounidenses desde Washington DC, "la pandemia permitió a los demócratas reacomodarse porque es en lo que Trump falló". Los desafíos de Biden-Harris para contener al progresismo demócrata y poner límites a los sectores radicalizados de la oposición.

El sábado, después de cuatro días de contar votos, Joe Biden y Kamala Harris se consagraron vencedores en las elecciones de Estados Unidos y, a partir del 20 de enero de 2021, ocuparán el cargo de presidente y vicepresidenta. El escrutinio en Pensilvania le dio el triunfo al binomio demócrata con el 49,5 por ciento de los sufragios, mientras que Donald Trump obtuvo 49,3. El mandatario saliente sostiene que hubo fraude.

“No voy a ser el presidente que divida, sino el que una”, prometió Biden en el acto de celebración en el estado de Delaware. El presidente electo aseguró que busca gobernar en alianza con los republicanos y anunció que este lunes pondrá en marcha un comité de científicos para elaborar un plan para frenar la pandemia de coronavirus.

El triunfo demócrata viene acompañado de un hecho histórico: es la primera vez que una mujer llega a la Casa Blanca. «Aunque seré la primera mujer en el cargo, no seré la última; las niñas hoy verán que este es un país de posibilidades», celebró Harris, que vestía un traje blanco, el color de las sufragistas.

Al momento del cierre de esta nota, Trump no reconoció la derrota. “Gané esta elección por mucho”, chilló en su cuenta de Twitter el sábado a la tarde y sostuvo que logró 71,000,000 “votos legales”. En la semana, el mandatario se presentó frente a las Cortes Supremas de Michigan y Pensilvania para denunciar -sin pruebas- que hubo fraude electoral. La Justicia desestimó ambos reclamos.

Sin embargo, a pesar de los pronósticos optimistas de analistas políticos que auguraban una blue wave (ola azul, en referencia al color que simboliza al Partido Demócrata), la diferencia entre ambos candidatos fue menor de la que se esperaba y, en algunos casos, incluso inferior al 1 por ciento.

“Hay que ver qué pasa en los próximos casi 60 días hasta la asunción de Biden en enero, porque Trump va a intentar socavar la legitimidad diciendo que hubo fraude en las elecciones”, apunta desde Estados Unidos la politóloga Florencia Grillo en diálogo con El Grito del Sur.

Otra pregunta que Grillo se hace es a qué sectores va a representar el Partido Republicano después de la derrota de Trump. “Ya intentaron representar al núcleo duro del Partido y perdieron. A los demócratas les pasó lo mismo en 2016 y aprendieron: esta vez incorporaron a más latinos, afroamericanos y jóvenes entre sus electores y ganaron -señala-. ¿Qué va a pasar con los republicanos y con Trump, un hombre que es un outsider de la política y sostiene un discurso apolítico? ¿Va a ser líder del Partido?”.

¿Por qué fue clave Pensilvania para el triunfo demócrata?

Creo que el Partido Demócrata hizo un esfuerzo para ganar en Pensilvania. En 2016, Trump ganó por menos de un 1 por ciento y es un estado tradicionalmente demócrata, entonces perder en Pensilvania fue como una puñalada en el corazón. Esta vez, Biden y Harris concentraron sus esfuerzos ahí e incluso hicieron sus cierres de campaña (de forma separada) en las ciudades de Filadelfia y Pittsburgh. Además, Pensilvania es el estado natal de Biden, por lo que tenía la obligación moral de ganar ahí. El tenía una muy buena imagen, en especial en votantes blancos (que viven en centros urbanos), pero no pasa lo mismo entre la población afroamericana. Ahí la que tiene mejor imagen es Harris. También es un estado muy importante porque da 20 electores dentro del colegio electoral, entonces era uno de los que más ‘valía’, por decirlo de alguna manera.

¿Cómo fue el recuento de votos en Pensilvania?

Lo que más se tardó en contar fueron los votos de centros urbanos, que es donde el voto demócrata es mayor. Primero llegaron los de poblados chicos, por eso Trump empezó con una ventaja el martes a la noche y de ahí se agarra para decir que hubo fraude: ‘¿Cómo es que si yo empecé ganando ahora pierdo?’. El sistema de conteo es ese, primero se cuentan los poblados chicos porque la cantidad de votos es menor y después las ciudades. Esto no lo inventaron los demócratas, pero claramente a Trump no le importa.

¿Cuál es la primera lectura que se puede hacer de estas elecciones?

En primer lugar, lo que se observa es la consolidación del Partido Demócrata después de la derrota de Hillary Clinton y Tim Kaine en las elecciones de 2016. En segundo lugar, Donald Trump no está tan derrotado como los demócratas y la mayoría de los analistas pensaban; pudo consolidar un voto latino que en 2016 no alcanzó. Otra cosa que me parece importante destacar es el nivel de participación que fue mucho mayor a la que esperaban y es la más alta de las últimas décadas (en un país donde la votación no es obligatoria). En el contexto de la pandemia, se hizo más sencillo de lo que era antes registrarse para votar, por lo que muchas personas se inscribieron para que les llegara la boleta a su casa y después votar por correo. Muchos estados tienen requisitos para permitir que las personas se registren para votar y, con la pandemia, los sacaron. Y otro aspecto es que, por primera vez en la historia, una mujer logró llegar a la Casa Blanca.

¿Qué representa la llegada de Kamala Harris como vicepresidenta?

La llegada de Harris no es algo menor. Hay que destacar que es una mujer afroamericana de descendencia india (su padre es de Jamaica y su madre de India) en un contexto en el que los inmigrantes y los afroamericanos fueron los más golpeados por el gobierno de Trump. Es como una revancha. Lo que noto en este binomio demócrata, a diferencia de Clinton-Kaine, es que es una representación de los distintos sectores al interior del Partido. Kamala es la incorporación del ala progresista (a la fórmula presidencial), que vino teniendo más fuerza que el ala conservadora desde las elecciones de 2018 en la que fue electa como representante en el Congreso Alexandria Ocasio Cortéz. Todas las caras jóvenes del Partido Demócrata son del ala liberal. Ahora en Nueva York entraron dos varones afroamericanos que son abiertamente homosexuales. Hay una nueva generación mucho más liberal que el establishment demócrata. Por eso los republicanos tienen un desafío mayor de cara al futuro.

¿Cómo es que Trump, a pesar de haber sido tan criticado, en especial por su manejo de la pandemia, logró tener tantos votos y pelear cabeza a cabeza la elección?

Todos los analistas hablaban de una blue wave, pero no llegó por el contexto de polarización política y porque el presidente, en las últimas semanas, hizo un llamado a votar por correo, por más que ahora diga otra cosa. Se dijo que había que ir a votar, que era importante que el votante se inscribiera y recibiera su boleta. Antes de la pandemia, las tasas de desempleo en las poblaciones latina y afroamericana nunca había sido menor y eso fue gracias a las políticas del America First. Si la votación era el 3 de noviembre de 2019, Trump arrasaba. La pandemia permitió a los demócratas reacomodarse, les dio aire para poder llegar a las elecciones porque es en lo que la administración Trump falló. Si se habla de los tres años de gobierno anteriores, lo tenés que votar. E incluso eso es a lo que los republicanos apelaron, usaron hasta el mismo eslogan, Make America great again, como si el último año no hubiera existido, como si las 60 millones de personas que pidieron seguro de desempleo no existieran o como si las xxx de muertes por coronavirus no hubieran sucedido. Es algo que no se puede pasar por alto y Biden lo entendió perfectamente.

Joe Biden y Kamala Harris

¿Cómo influyó el movimiento Black Lives Matter en estas elecciones, teniendo en cuenta que las protestas por casos de asesinatos y violencia institucional contra la población afroamericana empezaron durante el gobierno de Barack Obama?

Primero, me parece importante decir que es peligroso y grave que el presidente no condene a los grupos supremacistas blancos que se empezaron a exacerbar después de las protestas por el asesinato de George Floyd. El presidente avaló el discurso supremacista y eso marcó su campaña. La campaña de Trump fue otra después del asesinato de Floyd, se radicalizó. Y Biden, que no ha tenido comentarios afortunados sobre la población afroamericana, termina tomando una bandera, además de un movimiento que es apolítico, y lo termina politizando, lo vuelve partidario, lo incorpora dentro de la plataforma del Partido Demócrata. Biden va a tener que rendir cuentas con este sector, al igual que con otros, porque hoy por hoy el Partido Demócrata tiene sectores muy diversos en su interior. Va a ser muy difícil.

Se especulaba con que el voto latino iba a ser más azul en esta elección, en especial en Florida, pero terminó favoreciendo a los republicanos. ¿Por qué te parece que fue así?

Esta es la primera vez que la población latina representa a la primera minoría étnica en Estados Unidos con alrededor de un 13 por ciento de personas. Había 32 millones de latinos habilitados para votar, que es algo que no había pasado antes, cuando la primera minoría étnica después de los blancos eran los afroamericanos. La elección de 2020 se apuntó a los latinos. Los demócratas invirtieron mucho dinero en publicidad en español, pero no les alcanzó porque la estrategia electoral estuvo mal enfocada: concibieron a la comunidad latina como un todo homogéneo y no es así. Los latinos están más polarizados. ¿Por qué? Porque no es lo mismo ser latino en California que en Florida. California es un estado demócrata, más progresista, más poblado y es donde más empleo hay. En Florida hay menos oportunidades laborales y viven personas más arraigadas a lo religioso, muchos escaparon de regímenes híbridos y tienen una tendencia más conservadora que el resto de los latinos. Es en este último grupo donde prendió mucho el discurso de los republicanos, que decían que Biden y Harris representan al socialismo. Cada vez que Trump iba a Florida tenía el mismo discurso, mencionaba las palabras “anticomunista”, “China”, “el virus chino”. Y la gente lo aplaudía, estaba de acuerdo.

El presidente Trump ya intentó judicializar la elección en dos estados que desestimaron su reclamo, ¿puede ir a la Corte Suprema de Justicia?

Trump tiene una mayoría conservadora en la Corte Suprema después de la designación apresurada de la jueza Amy Coney Barrett (en reemplazo de la liberal y feminista Ruth Bader Ginsburg), consolidó una mayoría de seis de nueve jueces. Y hay que tener en cuenta que Trump designó tres jueces que le van a responder a él. Ahora, no creo que el resto de los jueces considere la denuncia que hace la campaña de Trump sin pruebas de fraude. Ya las cortes de Michigan y Pensilvania desestimaron las denuncias el mismo día que se presentaron, no creo que la Corte Suprema la acepte si la acusación no tiene pies ni cabeza.

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Ludmila Ferrer

Periodista y Licenciada en Comunicación Social (UBA). Escribe también en Página/12 y sigue más podcasts de los que puede escuchar.