La organización La Revolución de las Viejas (LRDLV) presentó en el Congreso de la Nación un proyecto de ley que apunta a eliminar todas las formas de discriminación en base a la edad. “Tenemos leyes que protegen a niños y adolescentes, pero no había una ley que protegiera y reafirmara los derechos que tenemos los viejos. El edadismo es la tercera causa de discriminación en el mundo (luego del racismo y el sexismo) -dijo a El Grito del Sur Nancy Quiñones, referente de LRDLV de Catamarca-. Queremos que nos respeten porque los viejos somos sujetos de derecho. ¡Los viejos somos futuro!”.
Según datos del informe «Perspectivas de la población mundial 2019» de la Organización de Naciones Unidas (ONU), una de cada seis personas en el mundo tendrá en 2050 más de 65 años (16%), mientras que al momento de la realización del estudio la proporción era una de cada 11 (9%).
“El tema de la edad y la vejez es transversal a todos porque, si no nos morimos en el camino, todos vamos a llegar a ser viejos. Por eso es importante y por eso lo militamos con tanto ahínco. Queremos abrir una puerta de derechos que te benefician a vos y a los que viene”, reflexionó Nancy.
El proyecto ya ingresó a la Cámara de Diputados con la firma de Anahí Costa (Frente de Todos), la acompañaron otros 14 legisladores y será tratado en las comisiones de Derechos Humanos y Garantías, Legislación del Trabajo, y Presupuesto y Hacienda. Según el texto, la ley “tiene como finalidad promover la igualdad de oportunidades entre los y las ciudadanos/as para un pleno ejercicio de los derechos durante todo su ciclo de vida, erradicar prejuicios y estereotipos estigmatizantes; prevenir, reparar, sancionar y eliminar todas las formas de discriminación por razones de edad”.
Además de establecer la capacitación obligatoria contra el edadismo y el viejismo para todas las personas que se desempeñen en la función pública en todos sus niveles y jerarquías en los poderes Ejecutivo, Legislativo y Judicial de la Nación, entre otras cosas, el proyecto busca erradicar el edadismo en el empleo.
Para lograrlo, una de sus propuestas consiste en la implementación del curriculum vitae ciego. Es decir, cuando las personas se presenten a un puesto de trabajo envíen un CV sin incluir su foto ni indicar la edad. “Creemos que se deben juzgar las capacidades y las trayectorias de las personas. Los estereotipos, la edad, el género…nada de eso es motivo para que te rechacen en un trabajo”, apuntó Quiñones.
El proyecto también crearía el Régimen Especial de Promoción del Empleo para Personas Mayores de 45 años y para Personas Trans mayores de 35 años, que otorga beneficios impositivos (la deducción de cargas patronales) para pymes y grandes empresas que contraten a personas mayores de 45 años o personas trans mayores de 35 años que se encuentren desempleadas hasta por lo menos 6 meses antes de la contratación.
Asimismo, el proyecto establece la creación del Programa de Reinserción Laboral para mujeres mayores de 45 años “con el objetivo de promover el acceso al trabajo formal y estable en el sistema público a mujeres que se hayan encontrado fuera del mercado laboral formal por un largo periodo de tiempo en razón de haber dedicado ese tiempo a tareas domésticas o de cuidado no remuneradas”.
La norma propone un cupo del 1% en el sector público para mujeres mayores de 45 años que se hayan dedicado a tareas no remuneradas por más de 10 años que puedan demostrar que tuvieron bajo su responsabilidad los cuidados de una persona con algún grado de dependencia.
La elaboración del proyecto, remarcó Quiñones, fue profundamente federal, con compañeras de LRDLV de distintas provincias. “Las leyes se pueden hacer en Buenos Aires, pero ésta tiene el contenido de nuestras vivencias. No es una ley para nosotras, la ley la hicimos nosotras y después tuvo el aporte de Anahí y de otros diputados”, dijo y recordó que antes se había presentado un proyecto similar promovido por la hoy vocera presidencial Gabriela Cerruti, el cual perdió estado parlamentario.
“Llegada una edad nos dejan de considerar sujetos de derecho. Nos mandaban a quedarnos en casa, a viajar y cuidar a nuestros nietos. Eso no está mal, pero es una decisión que tenemos que tomar nosotras, nosotros y nosotres -sostuvo la integrante catamarqueña de LRDLV-. La palabra ‘vieja’ suele tener connotación negativa y nosotras defendemos la narrativa del ser vieja, con ese afán de honrar la vida, de reconocernos que llegamos a pasar los 60, los 70 años y que eso es un logro, en especial después de la pandemia. No queremos que nos dejen a un costado”.
