El homenaje a las “víctimas del terrorismo” convocado por la candidata a vicepresidenta de La Libertad Avanza (LLA), Victoria Villarruel, fue ampliamente repudiado con una masiva marcha de organismos en defensa de los derechos humanos y partidos políticos, a excepción de Juntos por el Cambio, que entregó el control de la Legislatura porteña a la fuerza libertaria de manera inédita.
La actividad fue en el salón Dorado del Parlamento, donde solo podían ingresar las personas que figuraban en una lista en manos de los organizadores, que responden a la compañera de fórmula de Javier Milei -una diputada nacional sin injerencia en la Legislatura- y tras el chequeo de que portaran una pulsera de parte de los agentes de seguridad contratados también por LLA.
El acceso al edificio de la Legislatura, que desde temprano estuvo bajo un amplio operativo de la Policía de la Ciudad que desplegó un doble vallado perimetral, también fue custodiado por los libertarios, al punto de impedir el trabajo de los medios periodísticos destinados, entre los que había locales y extranjeros, a partir de una instrucción emitida a la Dirección de Prensa para prohibir el ingreso.
Un acto semi-público
La orden emanada por el despacho de la legisladora Lucía Montenegro, de LLA, incluyó que ningún trabajador y trabajadora de prensa podía entrar al salón, así como tampoco a la Sala de Periodistas de la Legislatura, que funciona en el Parlamento hace décadas con sus puertas abiertas, hasta ayer.
Pese a la insistencia de los profesionales, fue reiteradamente rechazada la entrada por las autoridades de Juntos por el Cambio en cabeza de Emmanuel Ferrario, quien es el vicepresidente primero que prefirió irse del edificio a media tarde, cuando el clima de tensión brotaba por los pasillos legislativos.
Por las galerías en donde suelen caminar los diputados y las diputadas en días de sesión, sólo se veía pasar a los libertarios que hacían funciones de protocolo, pese a que la Legislatura cuenta con un prestigioso equipo, y orientaban al salón a los asistentes, entre los cuales se vio al exdiputado Alfredo Olmedo, que fue precandidato por la lista de Milei al Parlasur.
También, algunos de los concurrentes daban declaraciones en la que ponían en duda el robo de bebés, hijos de detenidos-desaparecidos durante la dictadura militar, y aseguraban que existió una “propaganda que hizo la subversión cuando tomó el poder por medio de (el expresidente Raúl) Alfonsín”.
Mientras, el salón Dorado se iba llenando y sumaron unas 300 personas que, pasadas las 18.30, aplaudieron el ingreso de Villarruel, que lucía un tapado color arena, y se mostraba sonriente. En la primera fila la esperaban los expositores que tuvo el acto: Lorenza Ferrari, Graciela Saraspe y Arturo Larrabure.
Durante su discurso, Villarruel reivindicó a las víctimas de Montoneros y ERP y señaló que “durante 40 años fueron desaparecidas de la historia, fueron barridas debajo de la alfombra de la historia. Se las negó, se negaron sus derechos a la verdad, la justicia y la reparación”. Agregó que “el Estado viola los derechos para garantizarle la impunidad a un grupo de violentos que hasta el día de hoy gozan de su libertad y de las garantías que les da nuestra democracia”.
Antes del cierre, en el que fue entonado el Himno Nacional, la diputada apuntó contra los que se opusieron al acto en la Legislatura al considerar que son “cómplices de los que derramaron la sangre de nuestros inocentes”. “Pide al pueblo que no tenga miedo, que nos acompañe a pedir verdad y justicia porque nosotros lo vamos a hacer hasta el último minuto de nuestras vidas”.
La masiva marcha de repudio en las calles y las protestas dentro de la Legislatura
La jornada de repudio al acto negacionista comenzó al mediodía, ya con el dispositivo de seguridad en funciones, con una conferencia de prensa que ofrecieron los referentes del Encuentro Memoria, Verdad y Justicia, que nuclea a organizaciones de derechos humanos, políticas, sociales, sindicales y estudiantiles. La actividad debió realizarse en la intersección de Perú y Diagonal Sur, fuera de la Legislatura, otra vez por decisión de JxC.
“Nada tiene de democrático el reivindicar a quienes hacen apología del régimen dictatorial que significó la negación de todos los derechos y libertades democráticas”, afirmaron las organizaciones en un documento. Remarcaron que “en este país no hubo una guerra entre dos demonios, sino que fue un terrorismo de Estado, un genocidio con 30.000 víctimas directas, delitos aberrantes y crímenes de lesa humanidad que no prescriben”.
Ya por la tarde, se congregaron las organizaciones como Madres de Plaza de Mayo Línea Fundadora, Asamblea Permanente por los Derechos Humanos, Familiares de Detenidos y Desaparecidos por Razones Políticas, y la Fundación Memoria Histórica y Social Argentina. También se concentraron militantes del Movimiento Socialista de los Trabajadores (MST), el Partido Obrero y la Izquierda Socialista.
Para “no pisar el palito”
Llamativamente no se vio una participación masiva de dirigentes de Unión por la Patria (UxP) -ex Frente de Todos-, sino que a última hora de la tarde emitieron, en redes sociales, un comunicado en repudio “ante cualquier expresión de negacionismo».
«Resulta inaceptable que una institución fundamental del sistema democrático como la Legislatura de la Ciudad sea un espacio donde se reivindique a la dictadura», recriminaron a Ferrario como autoridad del Parlamento en una conducción en la que está secundado por el radical Martín Ocampo y el exsocialista y ahora oficialista porteño Roy Cortina.
En diálogo con algunos periodistas acreditados, un legislador del peronismo porteño indicó que la decisión adoptada por UxP respondió a un acuerdo para “no pisar el palito” que, a su entender, planteaba este homenaje con la intención que se generaran disturbios o hechos de violencia.
Sin embargo, el intento de argumentar la ausencia del bloque opositor quedó opacado por dos acciones de protesta que se realizaron de manera pacífica, sin incidentes y fijando la posición de rechazo y repudio en el hall de ingreso al salón Dorado.
La primera estuvo a cargo de legisladores del Frente de Izquierda, entre ellos Gabriel Solano, Alejandrina Barry y Vanesa Gagliardi, que se apostaron con carteles que decían «El negacionismo es fascismo» y «Fue genocidio, no guerra». La segunda fue de la Asociación de Trabajadores del Estado (ATE) de la Legislatura, quienes realizaron una ronda para rechazar el acto negacionista, en silencio y portando pañuelos blancos con la cifra de los 30.000.
