«La familia, un pequeño país»: el lugar de los afectos en la estrategia de Massa y Milei

🧐 Massa y Milei mueven sus fichas de cara al balotaje y, entre otras cosas, muestran diversas facetas familiares. ¿Qué rol juega la familia en estas elecciones? ¿Y en la construcción de las figuras políticas?

A la cabecera de una mesa larga, y como moraleja tras una sarta de discusiones, ridiculeces y alguna que otra perlita, los Benvenuto pronunciaban su máxima, la conclusión final, la que podía con todo lo que había pasado. «Al final», comenzaba pronunciando el personaje de Guillermo Francella, y a coro, el resto completaba la frase: «lo primero es la familia», que remataba con una tarantela (del autor Ignacio Copani) cantada por el conjunto de integrantes: «Los domingos en familia, una caja de sorpresas… (…) La familia es un típico clan, comparte la risa, la bronca y el pan. La familia es la copia más fiel. Parece la tuya, la mía y la de él. La familia, un pequeño país, si está bien unida puede ser feliz«. 

La ascendencia italiana de la familia, que representa la descendencia que tuvieron los miles de migrantes -tan vinculados a la formación de la Nación-, también está directamente emparentada con la premisa de base, que hasta cita El Padrino: “Un hombre que no vive con su familia no puede ser un hombre”; y que además remite a la obra magna de la política: El Príncipe, de Maquiavelo, donde analiza las formas de organización de gobierno propias pero también comunes entre la república y el principado, donde el fin último es mantener el poder, a toda costa.

En un panorama político y social actual argentino que nos impulsa a revisar y revisitar los ‘90, tanto la identificación como la transparencia que buscaba transmitir dicho programa de televisión -con la característica de que se emitía en vivo- son dos cuestiones aspiracionales de estas elecciones y en la carrera por el balotaje del próximo domingo 19 de noviembre entre Sergio Massa y Javier Milei: donde la familia ocupa un lugar en el escenario de los candidatos. 

“Si bien es evidente que no estamos en un orden monárquico en el cual la legitimidad de las figuras políticas se establece por linajes familiares, es evidente que hasta el día de hoy, con toda el agua que ha corrido bajo el puente hacia la sociedad moderna en la que vivimos, los lazos familiares tienen una importancia tanto para la construcción de liderazgos políticos, como la legitimación de las figuras políticas en la vía pública”, explica Andrés Scharager, investigador del Conicet, con sede en la escuela Idaes de la UNSAM, en contacto con El Grito del Sur.

El Licenciado y Magíster en Antropología Social establece la relación de la política argentina con las familias presidenciales o, dicho en otros términos, de las y los presidentes y sus familias con la vida política tiene un anclaje principalmente en los últimos 30 años. “Podemos pensar muchos casos donde las familias de los presidentes y las presidentas tienen una incidencia en la política: desde el hijo de De la Rúa, Antonio, hasta Máximo Kirchner, o casos algo más recientes en clave más conyugal como Chiche y Eduardo Duhalde, los propios Cristina y Néstor, y el más actual, Massa y Malena Galmarini”, considera, por poner algunos ejemplos de un campo que reconoce mucho más amplio.

“Esto no significa que estemos ante un modelo de familia tradicional como única forma de legitimación de la familia presidencial”, puntualiza Scharager. Incluso si nos remontamos a la restauración de la democracia que cumple sus 40 años, encontramos la sanción de la Ley de Divorcio Vincular, promulgada por Raúl Alfonsín, que habilitó legalmente la disolución de la unión matrimonial, quebrando el mandato tan asociado a la injerencia de la Iglesia Católica.

Hacia el panorama electoral presente, ¿qué rol juega la familia en estas elecciones? ¿Y en la construcción de las figuras políticas? ¿Qué importancia tiene mostrar a la familia en el entorno de los candidatos? ¿Cómo impacta o qué impacto tiene en el electorado?

“En la Argentina actual no estamos en la etapa en la cual un presidente tenga que mostrar una familia núcleo típica de una pareja casada con dos hijos y un perro, para validarse socialmente y mostrarse como una figura que genere apego, identificación o legitimidad”, repara el también Doctor en Ciencias Sociales (UBA), al tiempo que remarca: “No quiere decir que no sea importante, pero tampoco un criterio excluyente” como es pensando en el último gobierno, el ejemplo de Alberto Fernández quien “llegó a la presidencia divorciado, con una nueva pareja, con quien tuvo un hijo dentro de su mandato electo”, con su perro Dylan que resaltó una identidad propia, y la centralidad de su hije Dyhzy, desde una representación hacia las diversidades que desde algún punto promovió la implementación de gestiones como el DNI no binario.

Alberto Fernández y su familia

En el caso de Massa, Malena Galmarini tiene un rol activo en política: es presidenta de AySA pero además en sus redes sociales se presenta estableciendo sus prioridades, primero como madre, compañera y titular de la empresa pública nacional. Esto diferencia al candidato de los casos de Milei y hasta de Patricia Bullrich que corrió su ámbito personal – de la ascendencia aristocrática de los Luro Pueyrredón, como le señaló Myriam Bregman en el primer debate; también de ser prima de Fabiana Cantilo, y prima segunda de Esteban Bullrich– de lo que fue su campaña desde Juntos por el Cambio. 

La disposición de la cuestión familiar fue otra ficha que los candidatos eligieron mover y no en los bunkers. Milei estuvo junto a sus compañeros de campaña ubicados de la misma manera que en las PASO, Massa subió primero solo, finalmente junto a su compañero de fórmula, Agustín Rossi y ambos con sus familias, frente a Bullrich, cuyo objetivo fue mostrar unido a JxC, que en su lugar dejó un meme y, a posteriori de la alianza, otra frase singular, la de Mauricio Macri contando: “Antonia (por su hija de 11 años) me dijo ‘papá, no hay alternativa, tenés que apoyar a Milei’.

Durante el recorrido y posicionamiento de los candidatos, fue decisivo desde trazar el vínculo de la candidata a vice con Milei, Victoria Villarruel con su padre Eduardo, así como la aparición de Moria Casán, ‘Mamá Mo’ (como la llamó simpático Massa, por su parentesco: su suegro, el dirigente Fernando Galmarini, está en pareja con la conductora y ex vedette), en los actos, una ventana popular innegable (ya que se encuentra en uno de sus momentos con mejor imagen positiva). Mientras que, en línea con la arista del espectáculo, emergió la singular figura de Fátima Florez que llevó a Milei desde una extraña aparición en el Bailando de Tinelli, hasta la Mesa de Mirtha Legrand (siempre en otra vereda a Moria). En este escenario, la figura de la Primera Dama (o del Primer Caballero) tiene un anclaje monárquico, pero también republicano, ya que si bien intelectuales aseguran que está inspirada en las del rey y reina consorte, otros marcan que su rol tiene que ver con que si el presidente “es el primer ciudadano”, “su pareja pasa a ser la primera dama”; lo mismo sea cual sea su identidad de género.

Javier Milei

“Me parece que hay un dato interesante respecto a la decisión estratégica de Massa sobre mostrarse junto a su familia sobre el escenario” —señala Andrés Scharager— “Pensemos que hace un año, Massa decía que era su hijo quien le insistía que él no tenía que ser candidato a presidente, entonces apenas asumió como Ministro de Economía dijo: ‘yo llegué acá para ser ministro pero no me voy a postular para presidente porque me genera conflictos familiares’. Y vemos ahora cómo, después de su lanzamiento a la presidencia, la familia de Massa aparece como impulsora de esa candidatura y trata de mostrar que ahora hay una cohesión familiar detrás de un proyecto, que no es solamente individual sino que incorpora al conjunto de su familia: que tiene incluso a Malena Galmarini como una punta de lanza importante del armado político del propio”.

“Fue una intención del propio Massa no subir a figuras políticas, ni del peronismo ni del kirchnerismo en un sentido más específico. Decidió hablar solo (con la bandera argentina de fondo en las pantallas), resaltando su figura personal. Recién después incorporó a su familia y a la de Rossi, al escenario, como forma de mostrarse en este sentido más tradicional que no prima demasiado para contraponerse a Milei, que parece como un sujeto aislado, rodeado de figuras desconocidas, a quien no se le conoce mucho de su vida privada, hasta que apareció la novedad de esta nueva pareja, ni familiar más allá de esta figura que parece un poco críptica que es su hermana, Karina, quien aparece como su ‘jefe político’, como la llama”, añade.

Sergio Massa

En síntesis y consonancia, el candidato de Sergio Massa se acomoda en los principios de Dios, Patria y Familia. “Su decisión es poner en juego la figura de la familia como también una manera de mostrarse públicamente; frente a un adversario, que parece no solamente un ‘salto al vacío’ -como se lo acusa- sino también como un sujeto a quien no se le conoce nada del pasado”, cierra Scharager, en relación a la memoria, otra gran consigna a la que la alternativa oficialista alude, y desde donde habla.

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