Día Internacional de la Memoria Trans: «Marchamos con velas por nuestras compañeras asesinadas»

✊ Este lunes 20 de noviembre, luego del triunfo de Javier Milei, la comunidad travesti trans se moviliza desde Plaza de Mayo hasta el Congreso para no olvidar y pedir justicia por todos los travesticidios.

“Antiguamente, cuando unx de nosotrxs fallecía, todxs nos encargamos de hacer los honores, dejando de lado los rencores y peleas”, recuerda en redes el Archivo de la Memoria Trans, un baluarte audiovisual fundado por la activista trans Belén Correa para la protección, construcción y reivindicación de la historia de una comunidad, en celebración y en peligro: con 6 mil piezas que recorren y permiten reconstruir el siglo XX hasta la década del noventa. Desde el año 2017, el espacio social impulsa un acto en diversas plazas, hasta que desde 2020 decidieron comenzar a marchar desde Plaza de Mayo hasta el Congreso. 

“Es importante contarle a la sociedad que el día 20 de noviembre, gane quien gane, avance la derecha o Massa, nosotras hacemos un acto igual que se llama la Marcha de las Candelas donde todas las travestis marchamos con velas de Plaza de Mayo hacia el Congreso y con nuestra bandera trans, con el nombre de todes quienes fueron asesinades en nuestro país”, contó a este medio -previo a los comicios- Luciana Viera, comunicadora, docente y activista trans. 

En la jornada se dedicó un momento especial y palabras para Diana Zoe López García, quien fue asesinada por quien era su pareja, Fabián Norberto Villegas, el sábado 11 de noviembre en el hotel que ambos compartían. “Esta persona tiene que cumplir su condena y las activistas, compañeras e integrantes del colectivo, vamos a estar ahí para que se cumpla la ley. “Vamos a hacer justicia por ella”, prometió Luciana. “El colectivo sufrió una pérdida enorme. Inmensa. Perdimos una histórica”, expresó, como si con Zoe partiera parte de aquella memoria que supieron conseguir. 

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“La vida nos fue cruzando”

Hay fotos de Zoe en la movilización del 20N. El Archivo de la Memoria Trans, las comparte. Este año, sus amigos, compañeras, y amores la despidieron a ella. Qué cruel resultan los caminos de la vida, de esa vida que la comunidad travesti trans defiende como pocos. 

Zoe López García

“Era una mina que abrazaba la causa. Cuanto acto había, ella estaba. Zoe tenía 47 años y para nosotras alcanzar esa expectativa de vida es un montón porque en Argentina y para el colectivo travesti trans es entre 30 a 40 años, que es la media del promedio de vida de las personas hetero cis a nivel local y mundial. Estamos hablando de que nuestras compañeras que pasan los 40 años –en el caso de Zoe los 47– nosotras decimos que son y fueron sobrevivientes”, resaltó Luciana y añadió: “Sobrevivientes a un sistema que excluye, que todavía discrimina y que termina en un travesticidio pero también en travesticidios sociales”.

El Día Internacional de la Memoria Trans nació en memoria de Rita Hester, una mujer trans afroamericana estadounidense reconocida por su trabajo en la defensa de los derechos de la población trans, que fue asesinada en 1998. Ante esto, la diseñadora gráfica transexual y activista Gwendolyn Ann Smith convocó a una vigilia el viernes siguiente exponiendo la falta de sensibilidad, difusión y respeto por parte de los medios de comunicación. Allí asistieron unas 250 personas. 

“Es importante destacar que son crímenes de odio, que tienen un nombre y es travesticidios” —señaló Luciana— “Que lo tenemos gracias a Diana Sacayán”, puntualizó. “Zoe no se murió, fue asesinada. Los medios no comunican nuestras muertes. Y está bueno que salgan a decir esto: porque a veces parece que nuestras muertes son secundarias”.

Hoy y en Argentina, cada 20 de noviembre se conmemora a las identidades travesti trans y no binarias que fueron asesinadas. Mientras tanto, Tehuel de la Torre sigue desaparecido y su causa sin ser esclarecida judicialmente. Según reporta el último informe del Observatorio de las Violencias de Género Ahora Que Sí Nos Ven junto al medio Feminacida: desde el 1 de enero de 2020 a lo que lleva transcurrido de este 2023, se cometieron 29 transfemicidios y travesticidios. 

En 2022, el documento elaborado por la Defensoría LGBT de la Defensoría del Pueblo de la Ciudad de Buenos Aires contó: “del total de 89 casos de lesiones al derecho a la vida a personas del colectivo de la diversidad sexual registradas en 2022, el 20% (18) fueron asesinatos y el 80% (71) restante son casos de muertes por violencia estructural; es decir muertes en donde la vulneración sistemática e histórica de derechos generó las condiciones materiales de precariedad en la que se inscriben estos decesos, todos ellos evitables. De los 18 asesinatos perpetrados hacia la diversidad sexual, el 92% de las víctimas fueron mujeres trans (82); el 7% varones gays (6); y el 1% restante varones trans (1)”.

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“Madre de muchas, tía de tantas”

Como Rita Hester, Zoe era una referente. Era la primera trabajadora trans en la Secretaría General de la Presidencia de la Nación, de Casa Rosada y presidenta del Hotel Gondolín. «El Gondo», para les amigues. Un edificio ubicado sobre la calle Aráoz al 900, en el barrio porteño de Villa Crespo, donde funciona una cooperativa para hospedar a personas travestis trans que buscan una vivienda, un hogar. 

“Más que la presidenta, Zoe era la mamá de las compañeras que se albergan en el hotel” — la reconoció Luciana— “Esa mamá que a muchas de nosotras nos falta cuando decidimos abrazar nuestra identidad. Cuando decimos quiénes queremos ser, solemos sufrir esa violencia en el primer núcleo que es la familia: de donde muchas veces somos desterradas o expulsadas. Y Zoe cumplió ese papel: madre de muchas, tía de tantas”.

Hace unas semanas, Luciana, quien trabaja en el área de Comunicación de la Cámara de Diputados, se encontró con Zoe en el Congreso. “Ella iba mucho. Nos cruzamos y habíamos quedado en ir a tomar un café” —suspiró— “Era muy amena cuando hablaba. Te transmitía una ternura tan radical. Daba gusto hablar con Zoe. Aunque sea el diálogo más básico que pudieras tener con ella, te ibas interpelada de alguna u otra manera. Cuando me enteré el sábado, me conmovió un montón”.

En el ejercicio de ir para atrás, para intentar dirigir a dónde vamos, Luciana trae hoy los días en que se conocieron. “Nos vimos por primera vez hace bastantes años. Durante mis primeras visitas al Hotel Gondolín, cuando recién empezaba mi militancia. De ahí, después la vida nos fue cruzando en distintos espacios”.

“La vuelvo a encontrar cuando me convoca la productora Explosión, para escribir el guión de una serie de podcast para ELA, acerca de identidades trans en la política y en la presentación nos volvemos a cruzar. Luego, yo ingreso a trabajar en el Congreso de la Nación, previo a que salga la Ley de Cupo Laboral Travesti Trans, hubo ahí un deje entre todas nosotras, entre las que son marronas y no marronas -la interseccionalidad presente en nuestro colectivo también- donde un grupo de chicas no querían que yo esté porque supuestamente era muy hegemónica. Y Zoe que siempre fue una persona muy conciliadora y muy predispuesta a la escucha. Una mina que era muy compañera, de entender y aconsejar. Primero me tiró un: ‘Nena qué hacés acá, andate a tu casa’. Y después me acuerdo que me dio un consejo: ‘que siempre me haga escuchar’ y que ‘no permita que nadie me calle’, por ese incidente y que ella estaba conmigo”, señaló.

Para Luciana, tener presente ese momento, como si lo volviera a vivir, es parte de la reconstrucción de la memoria. Del mismo modo que el periodista y crítico de cine, Diego Trerotola, nos decía que “a veces al pasado se lo oculta por conveniencia política o por censura”. O que también, la ex editora de género en TN y El Trece, Marina Abiuso, desmitificaba el rótulo con que se pretendía descalificar a la marcha del Ni Una Menos (que también nació en recuperación de los nombres e historias de tantas chicas y adultas, que murieron por violencia de género): “Nos decían que el Ni Una Menos era una ‘marcha política’. La marcha fue política. Pero, en lo personal, tampoco le tengo miedo a lo partidario, porque debería ser el piso para las reformas y que se articulen entre partidos”.
En este sentido (que más aún perseguimos e intentamos comprender cuando alguien muere o nos lo arrebatan de nuestras vidas), que las causas y la lucha no se pierdan y se sostengan en el marco electoral que parece consumir cualquier otro tema, es otro acto de posicionamiento y resistencia. Por eso, la comunidad, el dolor, y la furia travesti llamaron el 20 de noviembre a salir a las calles. En un mar de fueguitos, diría Eduardo Galeano; por las candelas que se llevan como antorchas.

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